Harry Potter y las reliquias de la muerte

"Harry Potter y las reliquias de la muerte" es el séptimo y último volumen de la famosa saga creada por J. K. Rowling diez años antes y supone el libro que cierra definitivamente la serie.

En este volumen Harry Potter alcanza la mayoría de edad al cumplir 17 años, lo que causa que pierda la protección mágica de la que gozaba en casa de los Dursley. Lord Voldemort y los Mortífagos persiguen al trío protagonista, que logra esconderse en La Madriguera. Allí reciben la herencia que preparó para ellos Albus Dumbledore: la espada de Godric Gryffindor, un libro de cuentos escrito en runas, una snitch y el desiluminador. Los chicos suponen que esto les será útil para encontrar a los horrocruxes y así poder vencer a Lord Voldemort. Además les llama la atención un extraño símbolo que encuentran repetido en varios objetos y que más adelante descubren que representa las tres Reliquias de la Muerte: la varita de saúco, la piedra de la resurrección y la capa de la invisibilidad. La leyenda dice que quien domine estas tres Reliquias se convertirá en el "amo de la muerte" y conseguiría así la inmortalidad.

J. K. Rowling en sus novelas suele hacer gala de un derroche de imaginación, el argumento de sus novelas siempre es ingenioso y es capaz de asombrar a sus jóvenes lectores casi en cada página. "Harry Potter y las reliquias de la muerte" no se queda atrás, aunque en este caso es de agradecer que de la trama se desprendan preguntas acerca de la injusticia en el mundo o de la amistad, al encontrarnos con unos protagonistas más adultos y maduros.

Harry Potter ya se ha convertido en un mito de la literatura infantil. Su autora, J. K. Rowling, sabe hacer magia: ha logrado que millones de niños y adolescentes lean (más que leer, devoren los libros) y cuando se acaben esperen con ansiedad la publicación del siguiente. Dentro de unos años toda una generación de adultos recordará al aprendiz de mago como el personaje que les adentró en el maravilloso mundo de la literatura. Harry Potter ha sabido despertar el hambre lectora en los niños, ahora sólo hay que mantener encendida la llama.