Un año más, el joven mago Harry Potter debe pasar el verano en casa de los Dursley junto con sus tíos y primo, sus únicos parientes vivos. Siempre le han odiado, al igual que a todo lo que tenga relación con la magia, y han hecho que su vida sea muy difícil. Pero esta vez, Harry tiene algo a su favor: pocos meses antes descubrió que Sirius Black, considerado un cruel asesino, es su padrino, y por miedo a que le cuente cómo lo tratan, los Dursley procuran no meterse demasiado con él. Harry ha obviado decirles que en realidad es inocente, aunque aún no ha podido demostrarlo. Es por ello que Sirius debe permanecer oculto, para desgracia suya y de Harry, que desean vivir juntos.
Aun y todo, Harry no ve la hora de salir de esa casa, y su alegría no puede ser mayor cuando recibe una invitación de los Weasley, la familia de Ron, su mejor amigo junto con Hermione, para ir con ellos a los Mundiales de quidditch. Es un deporte de magos que se juega sobre escobas y en el que Harry ha destacado desde que comenzó a jugar en su primer año en la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. La emoción le hace olvidar que la cicatriz que tiene en la frente ha vuelto a dolerle, y eso sucede cuando Voldemort, el mago oscuro que asesinó a sus padres cuando él era un bebé, está cerca…
Tras el mundial vuelven a Hogwarts y Dumbledore, el director, les da una gran sorpresa: serán la sede del Torneo de los Tres Magos. Otras dos escuelas de magia pasarán el curso con ellos, a lo largo del cual tres alumnos deberán enfrentarse a complicadas pruebas; el ganador será considerado el mejor mago y recibirá un sustancioso premio. Solo los mayores de diecisiete años pueden participar y sus nombres saldrán del cáliz de fuego; por eso, todos sin excepción se sorprenden cuando, por primera vez, ven aparecer un cuarto competidor: Harry Potter. En contra de su voluntad, deberá tomar parte en peligrosas pruebas que requieren un gran nivel de habilidades mágicas.
"Harry Potter y el cáliz de fuego" es la cuarta novela de la saga, por detrás de "La piedra filosofal", "La cámara secreta" y "El prisionero de Azkabán". Se observa una clara evolución con respecto a las tres primeras: al igual que el propio Harry, que ya tiene catorce años, el público para el que está escrita también ha crecido. Tanto el lenguaje como el tema son más complejos; se podría decir que pasa de infantil a juvenil. Las inquietudes de los tres amigos influyen en la manera de relacionarse entre ellos y con los demás; cada vez están más inmersos en la adolescencia y, al igual que en la vida real, se nota. También el tono de la narrativa es más oscuro en algunos momentos; un buen ejemplo es que los protagonistas se enfrentan a la muerte de uno de los personajes con mayor peso.
Esta es la segunda novela más larga de toda la saga, casi dobla la extensión de las anteriores con sus más de 600 páginas llenas de magia, fantasía, misterio y acción, y en las que se resaltan valores como la amistad y el trabajo en equipo.