"Bienvenido a la raza humana. Nadie controla su propia vida, Ender. Lo más que puedes hacer es elegir ser controlado por personas buenas, por personas que te quieran".
Andrew "
Ender" Wiggin no debería de haber nacido. Me explicaré mejor: en realidad, Ender no existiría de no haberle permitido nacer. En un mundo en el que el número máximo de hijos por pareja está limitado a dos, el nacimiento de Ender sólo tiene una justificación posible: el cumplimiento de una importante misión para la que está destinado.
Y es que
Ender, desde muy pequeño, ya apuntaba maneras. Las cualidades que la Flota Internacional observó en él, muy superiores a las que poseían sus hermanos Peter y Valentine, le hicieron adecuado para ingresar en la Escuela de Batalla cuando sólo contaba con seis años. Allí es entrenado concienzudamente para la guerra, siguiendo un método de aprendizaje muy peculiar basado en el juego. La instrucción bélica que recibe en esta academia militar es extremadamente dura, pero también creativa y divertida.
Ender es aleccionado física y psicológicamente por medio de simulaciones, videojuegos, experimentos sin gravedad y batallas ficticias con sus compañeros con el objetivo de formar parte de una élite de luchadores, los únicos capacitados para acabar con los
insectores.
Las altas capacidades del pequeño sorprenden a sus compañeros y profesores. Su imaginación, inteligencia y astucia hacen que tenga el perfil idóneo para encabezar la lucha contra la amenaza alienígena que tanto preocupa a los terrícolas.
Ender tendrá que superar múltiples pruebas en su formación, como si de niveles sucesivos de un videojuego se tratara, para progresar y poder pasar a las fases siguientes. En su formación deberá ser un buen compañero y el mejor estratega; sin duda le favorecerá para ello su carácter honesto y humilde. Sólo así estará preparado, más adelante, para hacer frente a los
insectores, unos seres extraterrestres que se comunican telepáticamente y que no dudarán en eliminar a la raza humana si esto supone algún inconveniente en sus planes de conquistar el mundo. Ya lo intentaron anteriormente sin éxito, un humano llamado
Mazer Rackham lo impidió. Para cuando vuelvan a intentarlo, habrá que tener preparado un nuevo héroe, alguien muy especial que, como hizo Rackham, sea capaz de vencer a los insectores y salvar a la humanidad.