"Cava en ti una parte para el misterio; no te labres siempre por entero con el arado del examen, sino que deja en tu corazón un rinconcillo, un barbecho para las semillas que traigan los vientos, y reserva a la asamblea un pequeño sitio para los pájaros que pasen. Prepara en tu alma un lugar para el huésped inesperado, y un altar para el dios desconocido".
"[...] Un autor es un laboratorio para piezas más complejas, para ideas poco practicadas. Su interior sirve como un espacio experimental en el que se testan y malean materias temáticas especialmente virulentas, entre ellas, sustancias de alto contenido tóxico. Existe una relación directa entre la grandeza de un autor y la peligrosidad de las materias temáticas que procesa y domina. De lo inofensivo sólo brota lo inofensivo, de lo peligroso brota el pensamiento, y cuando el pensamiento encuentra el punto exacto de la forma, surge el momento artístico".
"La distancia nos recuerda que en el universo hay muchas cosas más que gente; que incluso la gente es mucho más que gente. Nos recuerda que existen espacios mentales dentro de nuestro cráneo, tan enormes como los espacios que hay fuera de él. La experiencia de la distancia, de la interior y la exterior, de la distancia en el tiempo y en el espacio es la experiencia religiosa primera y fundamental".
"[...] No te rindas, por favor no cedas, / Aunque el frío queme, / Aunque el miedo muerda, / Aunque el sol se ponga y se calle el viento, / Aún hay fuego en tu alma, / Aún hay vida en tus sueños. / Porque cada día es un comienzo nuevo, / Porque esta es la hora y el mejor momento. / Porque no estás solo, porque yo te quiero".
"De algún modo parecía como si la granja se hubiera enriquecido sin enriquecer a los animales mismos; exceptuando, naturalmente, los cerdos y los perros. Tal vez eso se debiera en parte al hecho de haber tantos cerdos y tantos perros. No era que estos animales no trabajaran a su manera. Existía, como Squealer nunca se cansaba de explicarles, un sinfín de labores en la supervisión y organización de la Granja. Gran parte de este trabajo tenía características tales que los demás animales eran demasiado ignorantes para comprenderlo".
"La prueba de una inteligencia de primera clase es la capacidad para retener en la mente dos ideas opuestas a la vez sin perder la capacidad de funcionar" (Scott Fitzgerald). Esta frase ha sido citada muchas veces, pero a mí me parece que eso lo hace todo el mundo.
Lo que tenemos ahí dentro es un hervidero de pequeñas ideas luchando entre ellas. A veces se acoplan unas a otras, a veces se enfrentan ferozmente. Nunca logran un todo confortable en el que instalarse. Y si lo hacen, el resultado es la cabeza de un fanático".
"Una mujer desnuda y en lo oscuro / tiene una claridad que nos alumbra / de modo que si ocurre un desconsuelo / un apagón o una noche sin luna / es conveniente y hasta imprescindible / tener a mano una mujer desnuda. / Una mujer desnuda y en lo oscura / genera un resplandor que da confianza / entonces dominguea el almanaque / vibran en su rincón las telarañas / y los ojos felices y felinos / miran y de mirar nunca se cansan [...]"
"Si en la noche tormentosa se quedase encendido un relámpago en el cielo, se vería el fondo del firmamento, sus entrañas, su techo trágico y cuajado de cosas, su fondo anatómico, crudo y abismal".
"Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo".
"Al paseante le acompaña siempre algo curioso, reflexivo y fantástico, y sería tonto si no lo tuviera en cuenta o incluso lo apartara de sí; pero no lo hace, más bien da la bienvenida a toda clase de extrañas y peculiares manifestaciones, hace amistad y confraterniza con ellas, porque le encantan, las convierte en cuerpos con esencia y configuración, les da formación y ánima, mientras ellas por su parte lo animan y forman".
"¿Mi tierra? / Mi tierra eres tú. / ¿Mi gente? / Mi gente eres tú. / El destierro y la muerte / para mí están adonde / no estés tú. / ¿Y mi vida? / Dime, mi vida, / ¿qué es, si no eres tú?"
"Por el simple hecho de que existe el cuerpo -decía-, somos sombra de todas maneras, somos anfibios como las ranas: una parte de nosotros vive aquí, en lo bajo, y la otra tiende hacia lo alto. Vivir es tan sólo tener conciencia de esto, saberlo, luchar para que la luz no desaparezca derrotada por la sombra. Desconfíe de quien es perfecto -me decía-, de quien tiene las soluciones ya listas en el bolsillo, desconfíe de todo, salvo de lo que le dice su corazón".
"Dices que nada se pierde / y acaso dices verdad, / pero todo lo perdemos / y todo nos perderá. / Todo pasa y todo queda, / pero lo nuestro es pasar, / pasar haciendo caminos, / caminos sobre la mar. / Morir... ¿Caer como una gota / de mar en el mar inmenso? / ¿O ser lo que nunca he sido: / uno, sin sombra y sin sueño, / un solitario que avanza / sin camino y sin espejo?"
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en la que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".
"Sé, como sabía el poeta, que la vida no es noble ni buena, ni sagrada, y no hallo nada que respetar ni venerar en el cielo ni en la tierra, ni un solo ser, ni un solo hombre merecen mi devoción, desde hace mucho tiempo, pero gracias a este hijo tenido y perdido habrá ya siempre para mí, en lo más puro de la luz, en el resplandor de lo inexistente, un ser sagrado, una criatura de oro, de modo que el hijo se constituye en criatura aparte de la creación, el relámpago de la sacralidad que no se ha dado jamás en todo el universo".
"Uno, me aventuro, es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinitas restas. Uno está conformado por tiempos, aficiones y credos diferentes".
"El hombre no es de ninguna manera un producto firme y duradero [...], es más bien un ensayo y una transición; no es otra cosa sino el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu. Hacia el espíritu, hacia Dios, lo impulsa la determinación más íntima; hacia la naturaleza, en retorno a la madre, lo atrae el más íntimo deseo: entre ambos poderes vacila su vida temblando de miedo".
"Seguía teniendo miedo, pero ya no tenía miedo al miedo, incluso podía apoyarme en él, incluso podía contemplar el mundo tal como es, podía gustarme el frío, podía gustarme salir cuando está lloviendo a mares, podían gustarme las nubes bajas, podía gustarme el abandono, podía gustar de la soledad, apreciar el insomnio, amar la noche, adorar caminar por la noche sin meta. ¡Qué ribera más extraordinaria es el mundo cuando de repente se ha hecho inmenso, intrusivo, incomprensible, y completamente indiferente! Entonces se parece al nacimiento. ¡Y qué felicidad que no te aplaste la angustia pánica frente al día que llega con cada amanecer!"
"(Aquí estoy ahora, delante de este vaso tan verde, y el corazón pesándome. ¿Será verdad que la vida arranca de escenas como aquélla? ¿Será verdad que de niños vivimos la vida entera, de un sorbo, para repetirnos después estúpidamente, ciegamente, sin sentido alguno?)"
[...] retenía las anécdotas oídas al pasar y lo aprendido en sus lecturas, elaboraba la sustancia de sus propios sueños y con esos materiales fabricó un mundo para mí. Las palabras son gratis, decía y se las apropiaba, todas eran suyas. Ella sembró en mi cabeza la idea de que la realidad no es sólo como se percibe en la superficie, también tiene una dimensión mágica y, si a uno se le antoja, es legítimo exagerarla y ponerle color para que el tránsito por esta vida no resulte tan aburrido".
"La ira puede convertirse en alegría, y la cólera puede convertirse en placer. Pero una nación jamás puede ser reconstruida, y una vida no puede volver a nacer".
"Es mejor que vengas siempre a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; tres horas antes empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así el valor de la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón".
"La mayor aventura es la que nos espera. Hoy y mañana aún no se han dicho. Las posibilidades, los cambios son todos vuestros por hacer. El molde de su vida en sus manos está para romper".
"El amor se cuenta siempre en números romanos, como si fuera el tiempo mágico de los adolescentes, como si pudieran ser dichas las caricias más dulces en vez de formar todo parte inescrutable de un secreto: ahí se mueve el espía, en la nebulosa estratégica de lo que no se dice, ni se ve, ni asiste a la escritura pública de su identidad fuera de las órdenes guardadas bajo llave en una agenda de instrucciones".