"Se ha derrumbado Nueva York y el orden mundial vigente hasta ahora.
Uno se despierta de pronto en un dormitorio y no sabe ya cómo encontrar el camino de regreso a la vida. El azar, la búsqueda del placer y el capricho del momento determinan nuestra vida absurda".
"Ya estoy advertida. Sé algo. Sé que no son los vestidos lo que hacen a las mujeres más o menos hermosas, ni los tratamientos de belleza, ni el precio de los potingues, ni la rareza, el precio de los atavíos. Sé que el problema está en otra parte. No sé dónde. Sólo sé que no está donde las mujeres creen".
"Sólo excepcionalmente todo parece en perfecto orden. Lo correspondiente a la vida es el desarreglo y aceptar el desorden y diferentes desórdenes es condición para la serenidad. Quedan pues excluidos como candidatos a la felicidad todos aquellos que se nieguen a convivir con el defecto, no aceptarlo equivale a una lela preferencia por lo imperfectible, por la muerte sin más".
"Incluso el horizonte, cuando te veo en él, está detrás de mi vida, no por delante, y es sólo una palabra que conduce al miedo, como si engullera y disuadiera de cualquier esperanza no ya de eternidad, sino de fijar el presente como un limbo donde esconderse de nuestros perseguidores o al miedo a llegar tarde, o no haber sabido decir a tiempo... os amo... por favor..."
"Cada día anhelo menos cosas que no puedo tener. He ido encontrando muchas de las deseadas y otras ya no las quiero. Y de cuantos deseos imposibles tuve, sólo el tiempo y la intensidad necesaria para vivir parecen urgentes.
Ese deseo de lo imposible se pierde con los años. Sin embargo, lo que deseamos con fuerza en la niñez, aún nos golpea de pronto con el placer de encontrarlo".
"- ¡Basta amar a una sola criatura desde lo más hondo para que todas las demás parezcan dignas de cariño!
Otilia bajó los ojos, y Carlota miró a lo lejos. El capitán tomó la palabra, diciendo:
- Con los sentimientos de la estimación y la veneración ocurre algo semejante. Sólo se empieza a reconocer el valor estimable que hay en el mundo cuando se encuentra ocasión de ejercitar tales disposiciones sobre un objeto".
"Parece -reflexionó sentado en el borde de la cama, con el sombrero aún en la mano, frente a Anna, la mujer con quien había vivido y dormido durante quince años en aquel dormitorio y aquella cama- que la vida está hecha de una materia distinta de la que había conocido hasta hoy. La lengua también es una materia extraña, no representa más que una señal, una pauta, como los pictogramas. Para que las palabras digan algo, primero hay que traducir ese algo".
"En cuanto a la fe en la cultura engendrada alrededor de este mar [Mediterráneo] y por sus gentes, suelo pensar, y decir a veces, que si el mundo tiene todavía algún remedio, al buen sentido mediterráneo se deberá y no a una prolongación del sentimiento fáustico de la vida, que nos ha llevado a la Luna, es cierto, pero que todavía no sabemos para qué".
"…Tal vez todos tenemos un tiempo al que llamamos el más feliz de nuestra vida.
Seguramente no fue como recordamos, y es probable que entonces fuésemos tan poco felices como en los tiempos que llamamos infelices, pero está claro que preferimos tener la felicidad detrás de nosotros en lugar de tenerla delante: eso lo hace todo más fácil…"
"…El hombre más sabio que jamás conocí, me había explicado en una ocasión que no existía en la vida experiencia comparable a la de la primera vez en que uno desnuda a una mujer. Sabio como era, no me había mentido, pero tampoco me había contado toda la verdad.
Nada me había dicho de aquel extraño tembleque de manos que convertía cada botón, cada cremallera, en tarea de titanes. Nada me había dicho de aquel embrujo de piel pálida y temblorosa, de aquel primer roce de labios ni de aquel espejismo que parecía arder en cada poro de la piel. Nada me contó de todo aquello porque sabía que el milagro sólo sucedía una vez y que, al hacerlo, hablaba un lenguaje de secretos que, apenas se desvelaban, huían para siempre…"
"…y como soy tan inteligente que ya no sirvo para nada, y como he soñado tanto que ya no soy de este mundo, aquí estoy, entre las inocentes almas de la sala 18, persuadiéndome día a día de que la sala, las almas puras y yo tenemos sentido, tenemos destino."
"Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo."
"Cómo nos sentimos, la alegría de vivir, dependen en último término y directamente de cómo la mente filtra e interpreta las experiencias cotidianas. Si somos o no felices depende de nuestra armonía interna y no del control que somos capaces de ejercer sobre las grandes fuerzas del universo".
"No aspiren al éxito: cuanto más aspiren a él y más lo conviertan en su objetivo, con mayor probabilidad lo perderán. Puesto que el éxito, como la felicidad, no puede conseguirse, debe seguirse... como si fuese el efecto secundario no intencionado de la dedicación personal a algo mayor que uno mismo".
"Busco desde que me desperté lo que necesita el día para ser un día: un poco de alegría. Busco sin buscar. Puede venir de cualquier parte. Se nos da en un segundo para el resto de la jornada.
La alegría, lo que yo llamo así, forma parte de lo minúsculo y de lo imprevisible. Un martillito de luz golpeando el bronce de lo real. La nota que de ello resulta se propaga por el aire, poco a poco hasta la lejanía.
Cuando estamos alegres, Dios se despierta".
"[...] Y lo mismo ocurre cuando uno relata más de una historia: que aunque no tengan mucho que ver unas con otras, la voz, el tono, la misma materia narrativa en la que están vertidas, las vaya juntando con su sortilegio de tal modo, que acaben pareciendo parte de la misma grande y general historia, como la vida misma, cuyo argumento raramente tiene la regularidad de los mecanismos sino al contrario, la armónica asimetría de los organismos vivos".
"Hay nardos en los floreros de la cocina. Corrí al atardecer. Me siento leve, un poco feroz, arbitraria. De modo que, si hoy me preguntaran, les diría: corran. Les diría: sientan los huesos mientras corren como sentirán después las catástrofes ajenas: sin acusar el golpe. Aguanten, les diría. Pasen por las historias sin hacerles daño (sin hacerse daño). Sean suaves como un ala, igual de peligrosos. Y respeten: recuerden que trabajan con vidas humanas. Respeten".
"Lo que está por leerse, queda siempre por leer.
Lees. Te ligas a lo que se desliga -a lo que en tu ligazón te desliga.
Eres un nudo de correspondencias.
...un nudo de inocencia, de astucia, de verosimilitudes, de inverosimilitudes, de infinita fidelidad".
"Si tienes un lago en medio de la cabeza, cosa no solamente posible sino normal, aunque esto no pueda afirmarse sin reservas, te hará falta cierto tiempo para alcanzarlo. No hay sendero, nunca hay sendero y, cerca de los bordes, tendrás que tener cuidado con la maleza, siempre peligrosa en esta época del año. No habrá tampoco barcas, por supuesto; casi nunca hay barcas, pero puedes cruzar a nado".
"No es necesario que salgas de casa. Quédate a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera solamente. Ni siquiera esperes, quédate completamente solo y en silencio. El mundo llegará a ti para hacerse desenmascarar, no puede dejar de hacerlo, se prosternará extático a tus pies".
"El silencio es como la fregona húmeda, aleja para siempre la opacidad del polvo. La mente es prisionera de las palabras, si hay un ritmo que le pertenece es el ritmo desordenado de los pensamientos; el corazón, en cambio, respira, es el único que late entre todos los órganos, y es ese latir lo que le permite entrar en sintonía con otros latidos más vastos".
"Me fatiga mi cerebro sensorial, del que entro y salgo entre cansancio y cansancio de mi cerebro racionalista, para no dejarme caer en la amargura de mi cerebro sentimental. Tengo miedo y hambre mental. Y si me arrodillara pidiéndole ayuda al Dios de los náufragos, traicionaría mi fe racionalista, con toda seguridad ningún Dios mayor ni menor me escucharía, pero me sentiría algo más reconfortado, desde la complacencia de haber cumplido con lo esperado en todo buen robinsón".
"Comer, beber, morir: tres manifestaciones primarias de la vida universal e impersonal. Los animales viven esa vida impersonal universal sin conocer su naturaleza. La gente común conoce su naturaleza pero no la vive, y si alguna vez piensa con seriedad en ella, se niega a aceptarla. Una persona esclarecida la conoce, la vive y la acepta por completo. Come, bebe y a su debido tiempo muere... pero come con una diferencia, bebe con una diferencia, muere con una diferencia".
"A nosotros nos corresponde hacer que contribuyan a nuestra felicidad, que es algo que depende a menudo de nosotros. Quien haya sabido ajustarse tan bien a su estado, y a las circunstancias en las que le colocó la fortuna, quien haya conseguido asentar su espíritu y su cuerpo sobre un cauce tranquilo, quien esté abierto a todos los sentimientos, a todas las sensaciones agradables que este estado pueda suponer, es con seguridad un excelente filósofo y debe estarle agradecido sobremanera a la naturaleza".