La escritora estadounidense
Gail Carson Levine comenzó su carrera literaria tomando clases de escritura y dibujando ilustraciones para libros infantiles. Cuando decidió dar el paso, y dedicarse solo a la escritura, vivió un período, casi diez años, de continuos rechazos editoriales; pero para ella fue un período de aprendizaje. Entre sus obras, encontramos: "El refugio de las hadas y la búsqueda de la varita mágica", "Dos princesas sin miedo", "¡Cuidado con los sueños… sobre todo cuando se cumplen!", "El secreto de las hadas", "Historia de Dos Castillos" y el que vamos a tratar hoy, "
El mundo encantado de Ela".
Por lo general, sus libros tienen un final romántico (dejemos si es feliz o no al criterio de cada lector), crea personajes mágicos, habla de la bondad, la fuerza personal, la autoconfianza como emblemas de sus personajes. Sus narraciones giran alrededor de personajes femeninos de fuerte identidad. A priori, podría pensarse que sus novelas son las típicas historias en las que las niñas quieren ser princesas, pero no es así.
Como la propia autora explica en su página web (
https://www.gailcarsonlevine.com/) cuando comenzó a escribir el libro de Ela, pensó en basarse en la historia de
Cenicienta, pero era un personaje que no terminaba de entender (“¡Es tan desagradablemente buena!”, dice la autora en su web refiriéndose al personaje de Cenicienta). Pero, en parte, sí fue inspiración de su obra, pues convirtió el mayor defecto que veía a Cenicienta en la maldición que persigue a Ela: la
obediencia. En el libro la maldición se presenta como un don que el hada Lucinda le concede a Ela al nacer. Ela podría haber aceptado esa condición y vivir tranquilamente en un mundo casi ideal, pero la rebeldía la lleva a vivir aventuras terrenales para conseguir encontrar al
hada Lucinda y tratar de convencerla de que le retire ese, supuesto, don.
También ha tenido su versión cinematográfica, "Hechizada". Una adaptación con bastantes cambios, fruto de las “exigencias del guion”, protagonizada por Anne Hathaway y Hugh Dancy. ¿Mejor ver la película o leer el libro? Leer el libro, no porque la película sea mala, eso va en gustos, sino porque al leer el libro es la imaginación de cada cual la que construye los escenarios y da forma a los personajes. Si tenemos imaginación, ¿por qué dejar que nos lo den ya todo construido?
"El mundo encantado de Ela" tiene más de una lectura, sobre todo si cada lectura se hace a diferentes edades. Desde un simple
cuento de hadas, más o menos tradicional, hasta una crítica al sometimiento al que se pretende condenar a las mujeres, el de la obediencia a los demás. Por lo tanto, no es recomendable guiarse por las apariencias y catalogarlo como un cuento infantil. No encontraremos una compleja redacción, sino una bastante sencilla: la que
Gail Carson Levine otorga al inconformismo.