La tristeza, los sentimientos de abatimiento, los trastornos del ánimo, han acompañado al hombre desde siempre y seguramente en su forma menos grave incluso pueden resultar adaptativos (recabar atención y cuidado de los demás, ser un modo de comunicación en situaciones de pérdida o separación, un modo de conservar energía para futuras adaptaciones...)
Uno de los intentos más antiguos de comprender estos trastornos "científicamente" se debe a Hipócrates, que en su aforismo número 23 del Libro VI de los "Aforismos" de Hipócrates afirma: "si la tristeza y el llanto duran largo tiempo, tal estado es melancólico". Para Hipócrates la melancolía se debe a desequilibrios en la secreción de "bilis negra" (melaina chole) o bien a una mala combustión de esta sustancia dentro del organismo. Por lo tanto este trastorno queda encuadrado dentro de su famosa e influyente concepción "humoral" de las enfermedades, concepción que dominó el pensamiento médico hasta finales del Renacimiento.
Este teoría "humoral" hipocrática de alguna manera subyace en las teorías bioquímicas actuales que explican la melancolía (hoy llamada depresión) en base a desequilibrios - no de flema y bilis, sino de aminas biógenas cerebrales, de neurotransmisores.
"¿Por qué razón todos aquellos que han sido hombres de excepción, o bien en lo que respecta a la filosofía, o bien a la ciencia del estado, la poesía o las artes resultan ser claramente melancólicos [...]?" Héroes, emperadores, filósofos, poetas, artistas, según Aristóteles han sido melancólicos y hombres de genio al mismo tiempo. Los desequilibrios de la "bilis negra" y sus variaciones de temperatura en ellos son constitucionales y constantes, por lo tanto no sufren ataques de melancolía puntuales, sino estados melancólicos permanentes que les dotan de un temperamento triste y taciturno.
En definitiva, "El hombre de genio y la melancolía", el influyente Problema XXX de Aristóteles, lo que suscita de fondo es la idea de la fisiología como determinante de la inteligencia, el talento y el genio. Lo psicológico como una consecuencia del estado del cuerpo. Cuerpo y alma interactuando y determinándose mutuamente. El triunfo de Spinoza sobre Descartes corroborado por la actual neurociencia.
Curiosidades: - La teoría de los "humores" hipocrática trataba de explicar las enfermedades, los trastornos e incluso los temperamentos en base al predominio, mezcla y temperatura de unos determinados fluidos corporales: sangre, flema, bilis...
- Según Aristóteles si la temperatura de la "bilis negra" es alta origina accesos de locura y manía y si es baja abatimiento y tristeza, lo que hoy llamaríamos trastornos maníaco-depresivos, ciclotimia o bipolaridad.
- Aristóteles piensa también que si el estado de la mezcla de bilis negra "es del todo concentrado, los individuos son extremadamente melancólicos; pero si la concentración se halla un poco atenuada da lugar a los seres excepcionales. Pero son proclives, a nada que se descuiden, a las enfermedades de la bilis negra en una u otra parte del cuerpo según los individuos".