Trabalibros entrevista a Eduard Punset, autor de "El sueño de Alicia"

jueves, 7 de noviembre de 2013
"La curiosidad, la empatía y los intentos de que la ciencia penetre en la cultura popular son los cimientos del nuevo mundo que se está perfilando".
Eduard Punset no necesita presentación: es, con toda seguridad, el divulgador científico más popular de nuestro país. Su programa Redes que emite TVE, del que es director y presentador desde hace dieciséis años, se ha convertido en un referente en su género.

Además de lo anterior, este Licenciado en Derecho por la Universidad de Madrid y máster en Ciencias Económicas por la Universidad de Londres trabajó para la cadena de televisión BBC, para el semanario The Economist y colaboró con el Fondo Monetario Internacional en Estados Unidos y en Haití. Ejerció de Ministro para las Comunidades Europeas con Adolfo Suárez, fue Consejero de Finanzas de la Generalitat y presidió la Delegación del Parlamento Europeo para Polonia. Desempeñó los cargos de Presidente de la eléctrica Enher y Subdirector general de Estudios Económicos y Financieros del Banco Hispanoamericano. Entre otros muchos galardones recibió el Premio Rey Jaime I de Periodismo 2006. 

El sueño de Alicia (Eduardo Punset)-TrabalibrosEl éxito le acompaña también en su vertiente literaria, siendo el autor de divulgación científica con más lectores en España. Entre sus numerosos libros se encuentran títulos como "Viaje al optimismo", "Viaje a las emociones", "El viaje al amor", "Excusas para no pensar", "El viaje al poder de la mente", "El templo de la ciencia" y "El viaje a la felicidad".

Trabalibros ha tenido la ocasión de entrevistarle sobre su última obra, "El sueño de Alicia" (editorial Destino), un libro "vibrante que fusiona la aventura vital con los últimos descubrimientos de la ciencia".

- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): En “El sueño de Alicia” ficción y divulgación científica se retroalimentan de forma equilibrada, como en la vida lo hacen las emociones y las ideas, entre las cuales hay siempre un flujo bidireccional. Sin embargo, a lo largo de la historia se han sobrevalorado las habilidades deliberativas y lógicas del cortex cerebral en detrimento de otras provenientes de áreas del cerebro evolutivamente más antiguas. ¿Por qué cree que ha sucedido esto? ¿Qué hemos perdido con ello?

- Eduard Punset (E.P.): "El Sueño de Alicia" es de los primeros intentos para erosionar la inexplicable separación entre ensayo y la ficción, entre la divulgación científica y la novela. El efecto más dañino de esta separación entre dos mundos inseparables ha sido no profundizar en las emociones y su gestión, así como en la estructura de la intuición. La corrección de este error pudo arrancar cuando los científicos neurológos pudieron demostrar que la intuición activaba más cordones cerebrales que el llamado pensamiento racional. Con este modo de pensar se perdió el cuidado y el gusto por la creatividad.

- B.M.: Una vez que los neurocientíficos han quitado a la intuición su velo casi mágico, ésta se ha revelado como una potente herramienta de análisis, digamos, preconsciente. El hecho de que no conozcamos los pasos intermedios que sigue esta facultad no la hace irracional ni menos valiosa a la hora de tomar decisiones. ¿De qué manera se podrían potenciar esta y otras capacidades mentales relegadas hasta ahora a un segundo plano, de forma que nos permitieran un mayor control de nuestra vida y de nuestro propio “elemento”?

- E.P.: ¿De qué manera podemos resucitar nuestras capacidades mentales ahora relegadas? Uno de los errores más frecuentes es el de considerar que procesos como el de la intuición son pura magia y que no requieren también un cierto aprendizaje; la intuición requiere conocer el entramado que la precede. Pero por encima de todo, es necesario terminar con la jerarquización heredada de las competencias, sin darse cuenta de que las dimanantes del pensamiento racional sirvieron, sobre todo,  para encontrar trabajo en las sociedades fruto de la revolución industrial; ahora bien, la consiguiente jerarquización de estas competencias chocó de frente con la posibilidades de explotarlas en las modernas sociedades del conocimiento. Hemos constatado que el trabajo dependía, sobre todo, de saber profundizar en lo que el gran educando Robinson ha llamado “el elemento” con el que uno fraterniza. De ahí que en el futuro ya no podrá separarse como en el pasado entretenimiento y conocimiento.

Eduard Punset (5)-Trabalibros

- B.M.: Somos inteligencias emocionales, pero no sentimos lo que deseamos sentir y, además, sufrimos los vaivenes constantes de lo que habitualmente se llama nuestro “corazón”. ¿Son las emociones, coloreadas culturalmente como sentimientos, los termómetros del estado general de nuestra vida? ¿Son, como dijo Gracián, “los portillos por los que se nos muestra el alma”? (que por cierto, como dice usted en uno de sus libros, está en el cerebro).

- E.P.: El gran fallo del hombre moderno es no haberse acostumbrado a la gestión emocional. En las escuelas no se enseñan las características de cada emoción: las positivas, como la alegría o las negativas, como el miedo o el desprecio. Es cierto que la respuesta de un médico del siglo XVll a un paciente sobre el lugar en el que estaban escondidas las emociones, fue el cerebro. Y tenía razón, hoy que ya hemos aprendido que cerebro y mente son la misma cosa. Para aprender sobre el raciocinio racional, hubo que descubrir primero que no solo existían los sentimientos viscerales como el hambre o la sed, sino también la capacidad de empatizar sobre sentimientos no fisiológicos ni locales como los citados anteriormente, sino también los genéricos y psicológicos como el dolor de los demás.

- B.M.: Alicia, la protagonista principal de su libro, es sumamente curiosa y siempre está hambrienta de conocimientos. ¿Piensa usted que el binomio curiosidad/creatividad, impulsado en un ámbito en el que se concilie entretenimiento y conocimiento, es la mejor garantía de éxito en cualquier área de la vida?

- E.P.: Tiene Vd. toda la razón del mundo. Grandes científicos han comprobado que no solo cuentan los recursos disponibles, sino sobre todo el conocimiento; y este solo aparece cuando se es consciente de que cualquier tiempo pasado fue peor – no mejor, como creía Jorge Manriqe- y cuando se es capaz de conciliar entretenimiento y conocimiento. Solo hará falta un conocimiento adicional: darse cuenta de que el pensamiento científico no debiera fijarse únicamente en observar lo que se ve a nivel anatómico, sino en controlarlo.

- B.M.: En una entrevista que le hicimos hace poco a su hija Carolina con ocasión de la publicación de su libro “No importa de dónde vienes, sino adónde vas” le definió a usted como un humanista a la antigua usanza, un hombre abierto y sin prejuicios. ¿Qué tipo de legado intelectual y moral se propone usted dejar con su obra? 

- E.P.: La curiosidad, la empatía y los intentos de que la ciencia penetre en la cultura popular son los cimientos del nuevo mundo que se está perfilando. Carolina está demostrando a los demás, con su libro y su trabajo, que nunca ha dejado de pensar lo mismo: ganarle parte de su dominio al dogma, saber situarse en el sentimiento y dolor de los demás –algo que empezó a perfilarse hace menos de cien mil años-, y ayudar a que la ciencia irrumpa en la cultura popular.

Desde Trabalibros agradecemos a Eduard Punset su gran amabilidad y le deseamos que tenga “un camino blanco”.
El sueño de Alicia (Eduard Punset)-Trabalibros Eduard Punset (3)-Trabalibros Eduard Punset (5)-Trabalibros Eduard Punset-Trabalibros
subir