La escritora valenciana
Carmen Amoraga es licenciada en Ciencias de la Información y ha trabajado para radio, televisión y prensa. Actualmente ejerce de Directora General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana. Su novela "Algo tan parecido al amor" resultó finalista del Premio Nadal 2007 y "El tiempo mientras tanto" finalista del Premio Planeta 2010, siendo ganadora del Premio Nadal 2014 con "La vida era eso". Es autora también de obras como "Para que nada se pierda", "La larga noche" y "El rayo dormido", entre otras.
Bruno Montano de
Trabalibros ha tenido la oportunidad de entrevistarla con ocasión de la reciente publicación de su última novela "
Basta con vivir", "una novela intensa que nos habla de crecimiento, superación y resiliencia. Que nos muestra la verdad de lo que somos y cómo ayudar a otra persona puede llegar a salvarnos de nosotros mismos. Un canto a la vida y a la fuerza de la solidaridad" (editorial Destino).
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Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): Ganaste el Premio Nadal con "La vida era eso" y recuerdo una frase de esta novela que la resumía. Dice así: "aprender a perder es aprender a vivir". En "
Basta con vivir" la protagonista recupera su vida recuperando sus afectos, sus relaciones y a ella misma. Para resumir tu última novela yo te propondría esta frase: "Aprender a recuperar también es aprender a vivir".
- Carmen Amoraga (C.A.): Claro. Y aprender a vivir también es aprender a aceptar la derrota porque forma parte de la vida. En el caso de "La vida era eso" se refiere a la pérdida vital. En la vida vas ganando cosas, pero también vas perdiendo cosas vitales. Sin embargo, en "Basta con vivir" la pérdida hace más bien referencia a cuando la vida no se te da como tú quieres que se te dé. A mí, como escritora y como persona, me interesan mucho más los personajes que pierden que los personajes que tienen golpes de suerte, porque un personaje que pierde, que se cae, se puede levantar y puede volver a plantar cara, pero un personaje que tiene un golpe de suerte no va a saber nunca qué tiene que hacer para volver a tenerlo, porque no ha hecho nada para ello.
- B.M.: Las crisis existenciales son una constante en todos tus libros. Todos tus protagonistas son personas que están atravesando una crisis vital, una crisis siempre entendida como una nueva oportunidad de crecimiento.
- C.A.: Sí, pero esto también es una máxima en cualquier creación literaria. Cualquier historia que queramos contar se resume en una frase: a alguien le pasa algo, después de lo cual ya no es el mismo. Ese es el resumen de todas las novelas del mundo. A los personajes les pasa algo y lo afrontan, generalmente de mala manera, y a lo largo de la novela aprenden a afrontarlo bien, para poder superarlo.
- B.M.: En realidad se trata de ejercer esa capacidad de
resiliencia, de recuperación del tono vital, de la alegría, de la salud psicológica...
- C.A.: Y de la vida, porque en el caso de Pepa ella consigue recuperar ese modo de disfrutar de la vida. En el caso de Pepa, la diferencia entre sobrevivir y vivir está en disfrutar de la vida, en no interpretarlo todo como una agresión sino como una posibilidad de estar bien. Y la diferencia entre sobrevivir y vivir en el caso de Crina está en dejar de ser una esclava y tener una oportunidad de recuperar su vida. En el caso de Pepa la recuperación es emocional y en el caso de Crina es vital.
- B.M.: La evolución de Pepa, la protagonista principal, se puede seguir a través de los títulos de los capítulos. Al principio ella está envuelta "en un eterno nublado", luego le hacen descubrir que "la vida es un verso largo" que al final puede acabar rimando y ella lo pone en práctica y se da cuenta, en parte gracias a su madre, de que "
basta con vivir". El epílogo de Cavafis redondea el libro señalando que lo importante en la vida no es la meta sino el camino.
- C.A.: Así es. Pero fíjate, es una novela que trata sobre la resiliencia, aunque lo que primero ves en ella es el dolor. Y mis editoras -que son maravillosas- tenían el temor de que el dolor y la sordidez echaran para atrás a algunos lectores, que podrían haberse perdido por ello esta novela. Y yo creo que en el fondo "Basta con vivir" es una novela super optimista. Más allá de cómo se resuelve la trama o del argumento es una novela optimista. Partiendo de la realidad, del hecho de que socialmente negamos la existencia de esa esclavitud que se refleja en ella y que sigue existiendo en pleno siglo XXI, de que mayoritariamente pensamos que no nos afecta y que nosotros no formamos parte de eso, de que no nos sentimos culpables de la existencia de las redes de trata de blancas y que, por tanto, pensamos que no podemos tomar ninguna medida ni somos políticos que puedan iniciar ninguna ley para que esto termine; sin embargo, somos igual de responsables que cualquiera de ellos, porque no les queremos ver.
Si por ejemplo cualquiera de nosotros supiera que unos vecinos suyos tienen unos esclavos en casa a los que no les pagan, a los que obligan a trabajar de sol a sol, a los que dan bazofia para comer y que les cobran por esa bazofia, por una tirita o por un ibuprofeno iríamos corriendo a la policía para denunciarlo. Sin embargo, somos capaces de pasar por esa rotonda o por ese burdel y pensar que la mujer que vemos está allí porque quiere. Hay prostitutas que lo son porque libremente deciden serlo -siempre que aceptemos que pensar que no tienes otra alternativa es tener libertad para elegir- pero miles de ellas vienen aquí engañadas, pensando que van a tener un trabajo y luego son obligadas a traficar con su cuerpo, del que no son dueñas. Partiendo de esa realidad, al final la sociedad las ve. Al final la sociedad ve a Crina y su trama se resuelve bien.
- B.M.:
Crina deja de ser un ser invisible, la gente empieza a ser consciente de su existencia.
- C.A.: Sí. Y el personaje de Pepa, que tiene un dolor tremendo, es muy divertido. Es un personaje lleno de ironía, con el que yo he disfrutado mucho. Pero los editores temían que los árboles no dejaran ver el bosque y ellos fueron lo que me sugirieron hacer los cuatro capítulos y el epílogo que comentas, para guiar de algún modo al lector en la evolución positiva de los personajes.
- B.M.: Ese es un esquema que se repite en tus novelas: partiendo de una situación dramática, el tono irónico e incluso gracioso de algunos personajes y la conclusión esperanzadora moderan de algún modo la trama para que ésta no deje un poso de tristeza.
- C.A.: Es que, al final, en la vida hay luces y sombras. Y yo creo que el humor es fundamental para distanciarte un poco. Crina no puede tener humor con lo que le está pasando, pero Pepa sí. Y en realidad en la vida hay tres ó cuatro dramas, lo demás son problemas. Y los problemas se pueden solucionar. Y la prueba está en que solucionan, o los asimilas, o los asumes. No todos los problemas se ven de la misma forma el día décimo que el día primero. Crina sí tiene uno de esos problemas que ella sola no puede solucionar, pero Pepa no. Y es importante aprender a relativizar eso, como hace Pepa.
- B.M.: Y lo hace justo en el momento en que deja de culpar a los demás de sus miserias e inicia su propio camino de recuperación. Hay una frase de un filósofo clásico que dice algo así: "El hombre que culpa al resto del mundo es un necio; el hombre que se culpa a sí mismo está en el camino de la sabiduría; el hombre que no culpa a nada ni a nadie, es un sabio".
- C.A.: Es que, si te fijas, estamos educados en la cultura de la culpa. Alguien tiene que tener la culpa, siempre, y si es el otro mejor.
- B.M.: La culpa en nuestra cultura es algo así como la versión religiosa de la responsabilidad, que sería un concepto más filosófico y ético.
- C.A.: Pero es que nosotros bebemos de una educación religiosa a lo largo de muchas generaciones. Y estamos acostumbrados a culpar.
- B.M.: Mediante el personaje de Rafael que aparece en "
Basta con vivir" has introducido un tema que yo traté con Ramón Pernas cuando hablé con él sobre su novela "El libro de Jonás" (
aquí la entrevista). Me refiero a la sexualidad en la tercera edad. Este es un tema que apenas aparece en la literatura.
- C.A.: Es verdad. Fíjate que yo busqué documentación sobre esto y no encontré casi nada. Lo que pasa es que yo, durante muchos años, coordinaba un suplemento sobre la Tercera Edad en el periódico El Levante y esto me permitió tener relación con muchas personas mayores, que se ganaron mi admiración y mi respeto, que es algo que la sociedad en general les pierde un poco. Y yo, en mi novela, trato de devolverles el respeto perdido de alguna manera.
- B.M.: Pepa deja de vivir pasivamente dejando que la vida y los recuerdos la hundan y empieza gracias a su compromiso solidario con Crina a actuar para provocar que las cosas positivas sucedan.
- C.A.: "Basta con vivir" trata sobre el dolor, sobre la generosidad, sobre la solidaridad, entendida como dejar de preguntarte "qué me va a pasar" y preguntarte en su lugar "qué puedo hacer". Ese cambio de actitud hace que te sumerjas en un mundo de solidaridad donde ya no dejas que las cosas pasen, sino que tú provocas que pasen, y esa es una forma solidaria de estar en el mundo. Pero este libro también trata sobre la fantasía, que es muy importante en la novela. Pérez-Galdós decía que se ve con la imaginación y no con los ojos. Lo importante es perseguir las ilusiones. Estamos educados para tratar de conseguir los sueños, pero eso es un error. Los sueños no hay que conseguirlos, hay que perseguirlos.
- B.M.: Como decía
Cavafis en su mítico poema Ítaca, "Mantén siempre a Ítaca en tu mente / llegar allí es tu destino / pero no tengas la menor prisa en tu viaje / es mejor que dure muchos años".
- C.A.: Claro. Hay que perseguir los sueños y luego, si los consigues, pues mejor. Aunque lo más probable es que no los consigas. Pero, si no los persigues, seguro que no los vas a conseguir.
- B.M.: Otra constante que yo detecto en tu obra y que también se ve en esta novela es la importancia en la vida de cerrar capítulos, de cerrar puertas. Paquita le hace una reflexión muy importante a
Pepa en un momento dado, cuando comenta que
Ramón ha cerrado puertas, ha creado una familia, ha trabajado, tiene hijos y prácticamente se ha olvidado de ella, mientras que ella no ha conseguido cerrar ese capítulo de su vida, al que sigue anclada.
- C.A.: Claro. Ramón ha ido cerrando capítulos en el libro de su vida, pero Carmen no. Y por eso ella magnifica estas situaciones. Y también las magnifica porque sólo ve las cosas desde su percepción, mientras que a lo mejor esa percepción no coincide con lo que la otra persona ha querido transmitirle.
- B.M.: Carmina Palau y José María Ángel son personajes reales, que tú has introducido en tu novela manteniendo su nombre.
- C.A.: Sí. Carmina Palau ya era psicóloga en mi novela "Algo tan parecido al amor", siguió siéndolo en "El tiempo mientras tanto", en "La vida era eso" y en "Basta con vivir" vuelve a serlo. Ella es una amiga mía muy querida, que realmente es psicóloga también. Y José María Ángel es Director General de Emergencias en la vida real y me ha ayudado mucho con la trama a nivel policial. Yo suelo hacer mucho este tipo de cosas.
- B.M.: Hablábamos antes de la
generosidad. Paquita decía que "no hay nada más egoísta que la generosidad", porque al fin y al cabo, siendo generoso te estás ayudando a ti mismo de forma indirecta.
- C.A.: Esa es una de las vertientes positivas del egoísmo, que se da en la generosidad.
- B.M.: Leyendo tu novela recordaba una idea de
Víktor Frankl: cuando un hombre encuentra el sentido a su vida consigue encauzarla y gobernarla positiva y saludablemente. ¿El sentido de la vida que encuentra Pepa es el de poder ayudar a otra persona?
- C.A.: Esa puede ser una interpretación. Pero en realidad mi intención cuando escribía la novela era mostrar que Pepa, al ayudar a otra persona, al pensar en otra persona que no es ella misma, se siente bien y empieza a aprender a relativizar lo que le pasa. La psicóloga le orienta y le sugiere que mire a los demas, porque el mundo está lleno de gente que vive tragedias y que las afronta. Al ayudar a otra persona Pepa se siente más útil, se siente mejor y siente que no es la única persona que sufre en el mundo. Se da cuenta de que el objetivo del mundo no es el de fastidiarla a ella únicamente.
- B.M.: Este libro también es una denuncia contra la
trata de blancas. No sé si has leído a Juanjo Braulio, al que entrevisté hace poco sobre su libro titulado "
Sucios y malvados" (
aquí la entrevista). Su novela está ambientada en Valencia y en ella también hay una denuncia importante contra este tema.
- C.A.: No lo conozco, la verdad es que no lo he leído.
- B.M.: La
soledad es otro tema fundamental de tu novela, esa soledad no deseada que dispara todos los monstruos.
- C.A.: Claro. Pero, en realidad, aunque Pepa tiene su patología y está sola, ella quiere sobrevivir. Y para superar esa soledad se queda a Ramón. Yo creo que, en esta sociedad, estando cada vez más conectados por otra parte estamos más aislados. Pero la peor soledad es la de Crina, porque está rodeada de gente que la ignora por completo. Los personajes secundarios y terciarios me han servido para hablar de las personas mayores y también de las pequeñas maldades, que al final son más graves que las grandes maldades. Porque muy pocas personas son capaces de asesinar, pero todos somos capaces de acometer pequeñas maldades siendo personas normales.
- B.M.: Las pequeñas villanías, pero también las pequeñas heroicidades. Porque en tus novelas no hay grandes héroes, practicas una especie de épica de los pequeños héroes cotidianos.
- C.A.: Así es.
- B.M.: El tema de la esperanza es también recurrente en tus novelas y no me gustaría acabar esta entrevista sin recomendarte un libro que estoy leyendo. Se trata de "Esperanza sin optimismo", de Therry Eagleton. Es muy interesante porque delimita perfectamente la diferencia entre la esperanza y el optimismo bobalicón e irracional. Él lo que pretende es potenciar la esperanza razonada y construida con motivos, que es la que realmente ayuda.
- C.A.: Ah, qué bien. Me interesa mucho el tema, lo voy a buscar.
- B.M.: Para acabar, leí una entrevista en la que te preguntaban por el Plan de Fomento del Libro y la Lectura de la Generalitat Valenciana y hablabas de cursos de formación para libreros. Como librero tengo curiosidad, explícame en qué consisten.
- C.A.: El Plan de Fomento del Libro y la Lectura que se desarrollará inicialmente hasta 2021 descansa sobre varias patas: las bibliotecas, las escuelas, los libreros y las familias. Tanto en el caso de las escuelas como en el de los libreros nosotros somos conscientes de que se necesita formación. Las librerías son unidades fundamentales de acceso a la lectura, igual que las bibliotecas, y en el caso de las bibliotecas escolares están a cargo del criterio de alguien que, o tiene buena voluntad y la dinamiza un poco, o tiene mala voluntad y utiliza la biblioteca como un lugar donde enviar a los niños cuando son castigados. En el caso de los libreros yo creo que es posible dar herramientas para que se dinamice más y esta es una de las medidas que todavía no se han puesto en marcha pero que forman parte del Plan.
- B.M.: De hecho, en Alemania el librero es un diplomado universitario. Existe una formación reglada universitaria en la que puedes escoger la especialidad en librería, en biblioteca o en editorial.
- C.A.: Aquí es un oficio que es super necesario, pero al que en muchos casos se llega por accidente, para ganarse un dinero extra, como se llega por ejemplo a la hostelería.
- B.M.: En muchos casos el librero es simplemente un dependiente, alguien que vende libros como podría vender cualquier otra cosa. Pero también hay libreros que están desempeñando ese oficio porque aman los libros y han elegido ese trabajo porque les apasiona la lectura.
- C.A.: Es verdad. Y, por suerte, así es.
Desde
Trabalibros agradecemos a
Carmen Amoraga el tiempo que nos han dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Agradecemos también a los responsables del Hotel Astoria de Valencia el haber cedido un lugar ideal para esta conversación y a la editorial
Destino el haber hecho posible el encuentro con esta autora.