Dave Gurney es un detective de homicidios retirado, un policía de gran éxito profesional gracias a que posee una mente lineal y lógica, "que se alertaba por la más ligera discontinuidad en el relato de un sospechoso" una mente "capaz de percibir una fisura demasiado fina para que la mayoría de los ojos la vieran".
Gurney es un hombre inquieto, acostumbrado a lidiar con investigaciones sobre crímenes y asesinos en serie. Tras 25 años de servicio no le estimula demasiado la inactividad que a veces conlleva la jubilación y se ha aficionado a la fotografía. Aunque los protagonistas de sus imágenes son poco convencionales, ya que dedica su creatividad a obtener "retratos de los asesinos por el hombre que los detuvo".
Su vida transcurre sin sorpresas hasta que un día un conocido acude a él para que le ayude. Le cuenta que hace unos días recibió una carta con este enigmático mensaje: "¿Crees en el destino? Yo sí, porque pensaba que no volvería a verte y, de repente, un día, allí estaba. Todo volvió: cómo sonaba, cómo se movía, y más que ninguna otra cosa, cómo pensaba. Si alguien te pidiera que pensaras en un número, yo sé en qué número pensarías. ¿No me crees? Te lo demostraré. Piensa en cualquier número del uno al mil: el primero que se te ocurra. Imagínatelo. Ahora verás lo bien que conozco tus secretos. Abre el sobrecito".
Imposible resistirse a ese juego... el número que pensó era el 658, exactamente la misma cifra que aparecía escrita dentro del segundo sobre. ¿Cómo puede alguien adivinar este número y hacerlo además unos días antes, en el momento de tirar la carta al correo? ¿Se trata de alguien capaz de leer la mente? El misterioso remitente pedía además que le enviaran una cantidad exacta de dinero a nombre de un tal X. Arybdis para desvelar la incógnita.
El ex-detective acepta el caso y comienza sus investigaciones para averiguar la identidad del autor de la carta. Lo que en principio parece un extraña forma de chantaje acaba teniendo conexión con un asesinato actual y una serie de crímenes que sucedieron en el pasado.
John Verdon plantea en "Sé lo que estás pensando" un juego que parece imposible, una ecuación sin solución. Detrás del enigma se encuentra un inquietante asesino que asegura: "Sé todo lo que piensas, sé cuándo parpadeas, sé dónde has estado, sé adónde irán tus pasos" y que sentencia: "Darás lo que has quitado al recibir lo dado". Con estos ingredientes el misterio y el suspense están asegurados.