Trabalibros entrevista a Philip Kerr

lunes, 22 de mayo de 2017
"La gente busca respuestas en los libros, cuando muchas veces lo más importante es encontrar la pregunta correcta".
El escritor irlandés Philip Kerr es uno de los autores de novela negra contemporáneos más exitosos y reconocidos. Recibió el III Premio RBA de Novela Negra en 2009 y es el creador del detective alemán Bernhard "Bernie" Gunther, personaje que protagoniza una serie de thrillers históricos ambientados en la Alemania Nazi conocida como "Trilogía berlinesa" y que también ha adoptado el nombre de "Berlin Noir". En 2015 inició una serie ambientada en el mundo del fútbol protagonizada por Scott Manson y dentro de su prolífica obra se encuentra una gran variedad de novelas negras de distinto enfoque, así como libros de otros géneros como la novela juvenil.

Bruno Montano de Trabalibros ha tenido la oportunidad de entrevistarle en el Forum de la Fnac San Agustín de Valencia aprovechando su participación en el Festival Valencia Negra, que este año cumple su quinta edición.

- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): A lo largo de tu carrera imagino que te habrán preguntado muchas cosas sobre Bernie Gunther. Sin embargo, a mí me gustaría comenzar esta entrevista preguntándote sobre uno de tus libros que más me gustan, la novela titulada "Una investigación filosófica".

- Philip Kerr (P.K.): Perfecto. Fíjate, hace ya veinticinco años que escribí ese libro.

01.Bruno Montano entrevista a Philip Kerr-Trabalibros
- B.M.: ¿Y no has pensado nunca en iniciar una serie a partir de ese libro, protagonizada por la inspectora jefe Jakowicz, esa especie de Clarice Sterling londinense?

- P.K.: Nunca lo he hecho y en realidad no sé por qué. En esa etapa de mi vida me apetecía escribir una cosa diferente cada vez, que cada libro fuera totalmente distinto del anterior. Tras escribir "Una investigación filosófica" no sentí la necesidad de escribir otro libro de este tipo. Y, puesto que pasaron quince o dieciséis años entre la escritura del tercero y el cuarto protagonizados por Bernie Gunther, creo que todavía llego a tiempo para escribir una secuela.

- B.M.: Seguro que sí. Ahora que lo mencionas, ¿por qué tardaste dieciséis años en recuperar a Gunther?

- P.K.: Porque las tres primeras novelas de Gunther las escribí muy rápido y entonces tampoco es que tuvieran un éxito enorme. Sabía que no estaba dejando atrás nada que me hubiera permitido ganar muchísimo dinero. Y, por otra parte, en ese momento de mi carrera quería que cada uno de mis libros fuera diferente, de la misma manera en que un director de cine pretende que cada una de sus películas sea distinta a la anterior. Tuve suerte de poder hacer esto. 

- B.M.: Yo tengo una curiosidad respecto a "Una investigación filosófica". ¿Por qué un psicópata fascinado por Wittgenstein y no por Nietzsche, por ejemplo?

- P.K.: Para mí Wittgenstein es el filósofo de los filósofos. Lo que más me interesó era que Wittgenstein era obviamente un genio. Recuerdo que al mismo tiempo que escribía esta novela estaba leyendo "El silencio de los corderos" y me enfadaba porque Hannibal Lecter fuera descrito como un genio porque no había nada, ni en el personaje ni en el libro, que te hiciera pensar que podía serlo. A mí me chocaba esas cosas que hacía, por una parte tan racionales y por otra tan irracionales. Yo quería escribir sobre un personaje que de alguna manera encarnara lo que yo entiendo por un genio, aunque al mismo tiempo estuviera loco y fuera irracional. Me gusta entrar en las mentes de gente muy inteligente y el reto al escribirlo era entender a alguien que para mí sí era un auténtico genio. Hace unos quince años escribí otro libro que trataba sobre Isaac Newton, porque de nuevo me interesaba saber cómo era la mente de alguien que estaba muy dotado intelectualmente. Intento sumergirme en el interior del personaje para tratar de entender a gente realmente inteligente.

- B.M.: ¿Es verdad, como mencionas en tu novela, que Wittgenstein era un apasionado de la novela negra?02.Bruno Montano entrevista a Philip Kerr-Trabalibros

- P.K.: Yo creo que sí, creo que le gustaba leerla. Pienso que lo más interesante de la gente inteligente es que son capaces de relajarse, creo que leer cosas que no son tan intensas era una buena forma de relajarse para él. Pero él también se preguntaba si era importante tener libros que no son importantes. ¿Hasta qué punto es importante tener libros que no son importantes, por ejemplo los de Agatha Christie? Desde su punto de vista, no es importante quién matara a Roger Ackroyd. Y a mí personalmente me da igual quién lo mató, pero hay una verdad contenida en el mismo hecho de que "El asesinato de Roger Ackroyd" de Agatha Christie se hiciera tan popular, lo leyera tanta gente y además lo hiciera con placer. Así que he llegado a la conclusión de que una de las cosas más difíciles de hacer para una persona inteligente como Agatha Christie es escribir algo que no tiene importancia en absoluto. Creo que es fascinante, envidio a autores inteligentes como ella que son capaces de escribir libros que no tienen casi nada dentro. No hay una gran lectura dentro de ellos y parece que una gran escritora no sea importante. No voy a mencionar a otros autores que hay así hoy en día porque no se lo tomarían como un piropo, pero personalmente creo que hay que ser un genio para escribir libros que son fáciles de leer, que gusten mucho a los lectores y que casi no tengan contenido.

- B.M.: Otra cuestión que planteas en "Una investigación filosófica" es que la investigación policial y la filosófica se parecen mucho, que comparten procedimientos.

- P.K.: Ser filósofo es hacer las preguntas adecuadas. Yo creo que es una de las primeras cosas que aprendes cuando empiezas a estudiar filosofía. La gente busca respuestas en los libros, cuando muchas veces lo más importante es encontrar la pregunta correcta. Tanto en una investigación policial como en una filosófica, la clave está en encontrar las preguntas adecuadas. También pienso que ambas cosas tienen que ver con ver las cosas desde una perspectiva distinta. En la literatura convencional tenemos la imagen del detective que ve las cosas desde muchos puntos de vista, aunque no hay muchos detectives en la realidad que se comporten así.

- B.M.: Lo más importante para un detective, creo que lo dijo Sherlock Holmes, es la lógica. El crimen en sí no tiene importancia, lo realmente importante es el proceso lógico que lo desencadena.

- P.K.: Sí. Yo creo que lo importante es ver que eso existe en los libros, pero desde luego no existe en las películas. Desafortunadamente, ahora vivimos en una especie de mundo postmoderno donde el proceso lógico detectivesco se considera excesivo para el espectador común. Está Robert Downey, Benedict Cumberbatch o Jonny Lee Miller, todos ellos actores que han interpretado a Sherlock Holmes, y representan una segunda imagen de la verdad. El mensaje que transmiten es: "No trates de entender esto, porque tú no eres tan listo como el detective".

- B.M.: De alguna forma estas representaciones de Sherlock Holmes tratan con menosprecio al espectador.

- P.K.: Claro, con lo cual se produce el absurdo de encontrarte con el detective más lógico que ha existido, pero su proceso deductivo no tiene nada que ver con la lógica. Son demostraciones de omnisciencia.


- B.M.: De tus novelas de Bernie Gunther me interesa mucho cómo creas un marco temporal muy amplio dentro del siglo XX y vas situando cada uno de los libros en diferentes momentos históricos. Vas agotando los espacios temporales dentro de ese marco. ¿Qué finalidad tiene esta forma de construir las historias?

- P.K.: El objetivo es tratar de pintar un cuadro y hacerlo de la manera más simple posible, como lo haría un pintor impresionista, como lo haría Georges Seurat. Él era un puntillista, pintaba el lienzo mediante infinidad de puntitos diminutos. Si mirabas el cuadro de cerca no veías nada, pero cuando te alejabas veías la imagen. Yo intentaba hacer lo mismo, tomar pequeños detalles que individualmente no son importantes, pero que todos juntos puedan formar una imagen completa. Esto no es exactamente algo impresionista, no pretendo plasmar una realidad fotográfica; lo que quiero es transmitir un momento en el tiempo, que se infiltre a través del artista.

03.Bruno Montano entrevista a Philip Kerr-Trabalibros- B.M.: Lo que pretendes es pintar un fresco de cuarenta años sobre Alemania a través de los ojos de Gunther.

- P.K.: Sí, es exactamente eso. Eso es arte. Se convierte en arte cuando pasa a través del medio que es el pintor y el escritor. Veas lo que veas, la realidad tiene que cambiar al pasar a través de la mente y el cuerpo del artista. Y yo creo que ahora hay bastante arte que lo consigue. No creo que poner a un tiburón dentro de un tanque de formaldehído sea arte. Es como un circo, una exposición, un espectáculo, pero no es arte. Por ejemplo, la diferencia entre Damien Hirst y Bacon es que Bacon no se habría conformado con poner un tiburón en un tanque de formaldehído, lo habría pintado. Y en cierto sentido esa es la diferencia entre lo que es arte y lo que no lo es. Si Damien hiciera un papa gritando probablemente lo que haría es poner un papa gritando en una caja de vidrio, pero eso yo creo que no es arte. Desde el punto de vista del escritor, tratas de ver una imagen en tu cabeza y el acto de describirlo, proyectarlo y darle vida, es en lo que consiste el arte de escribir.

- B.M.: A Bernie Gunther le llaman el Philip Marlowe berlinés o alemán. Sé que Raymond Chandler es uno de tus maestros y hay una idea de este autor sobre la escritura que me parece muy interesante y me gustaría conocer tu opinión. Chandler decía: "Aprender a escribir es ganar delicadeza sin perder fuerza".

- P.K.: Sí, es cierto. Para mí es como escribir poesía. Escribes y en cada párrafo vuelves atrás, cambias palabras de sitio, a veces encuentras una alternativa mejor... Se trata de depurar, de refinar lo que escribes cada vez, continuamente.

- B.M.: Pero sin perder capacidad expresiva.

- P.K.: En cierta manera para mí, la delicadeza significa obtener más fuerza. Cuanto más delicado, más fuerte.

- B.M.: Te he oído comentar que para los británicos Berlín, más que un lugar, es un estado de ánimo. Explícame esto.

- P.K.: La gente que va a Berlín busca algo. Por ejemplo, cuando Christopher Isherwood viajó a Berlín lo hizo buscando sexo gay, que era algo difícil de conseguir en Gran Bretaña. Varios amigos suyos fueron también. Y después de la guerra hubo gente como John Le Carré o Len Deighton. Toda esta gente busca un Berlín distinto. Nabokov, que fue allí en los años veinte, escribe una novela totalmente diferente sobre Berlín. Y más recientemente tenemos a David Bowie y Lou Reed. Yo creo que Berlín representa un estado de ánimo. Es liberal (o lo parece), es una ciudad que tiene una imagen un poco decadente y apagada. En cierta manera, los ingleses son más responsables de esa imagen que los berlineses en sí, les gusta la leyenda de Berlín. Parece que la leyenda es más importante que la realidad y cuando llegas a una situación así es la leyenda la que manda y prevalece en lugar de la realidad. Para mí eso también era así, yo estaba enamorado de la leyenda romántica de Berlín, que puede o no haber existido excepto en la mente de Isherwood y Le Carré.

04.Bruno Montano entrevista a Philip Kerr-Trabalibros
- B.M.: Como sabrás, Hannah Arendt asistió a los juicios de Nuremberg y después de ver a los grandes jefes nazis (Himmler, Goebbels) elaboró su famosa teoría sobre la banalidad del mal. Tú que has estudiado a fondo el nazismo, ¿estás de acuerdo con ella? ¿Los grandes jefes nazis eran banales?

- P.K.: Después de la guerra era una etapa en la que ellos ya eran señores mayores, sin uniforme, sin poder. En los treinta y en los cuarenta las cosas eran muy distintas. Fueron muy potentes, personajes muy poderosos, y no creo que puedas describir a ninguno de ellos como banal cuando estaban haciendo lo que estaban haciendo. Sinceramente, no sé cómo puede describirse a Hitler como banal, o a Himmler, o a Goebbels. Habían unos menos interesantes que otros, creo que Himmler es un buen ejemplo.

- B.M.: Hannah Arendt habla sobre todo de Himmler.

- P.K.: Incluso Himmler es más interesante de lo que pensamos, porque mucha gente no sabe casi nada sobre él. Yo creo que Himmler no creía en lo que estaba haciendo, muchos de ellos no creían en lo que estaban haciendo. Yo creo que él era un oportunista que lo hacía para conseguir poder e influencia. Lo que pasa es que le corroía la culpa. Cuando estaban en el poder eran algo, se veían importantes. Pienso que el mal tiene un atractivo muy potente.

- B.M.: Y además es un tema profundamente literario.

- P.K.: Más que el bien. Yo creo que Himmler compró la idea de Eichmann de que él no era nadie. Creo que él trataba de hacer creer en el juicio que no era importante, que era simplemente un mando intermedio que no significaba nada. Estaban estableciendo la cadena de mando y hubo tantos abogados alemanes implicados en la creación del estado nazi para darle un sentido de legalidad a lo que estaban haciendo que la gente normal lo único que hacía era levantar los hombros y decir: "Es que es la ley". Lo que demuestra, en primer lugar lo peligrosos que son los abogados y cómo los abogados pueden convencer a los demás y a sí mismos de cualquier cosa. Hay muchos abogados que no crearon las leyes del antisemitismo pero siguieron adelante y con ello permitieron que se mataran a miles de personas, incluso a miles de niños.

- B.M.: Aprovechando que has hablado de la culpa, Bernie Gunther se mueve mucho. Parece que va huyendo, que la culpa le persigue. ¿Quizás la culpa por su doble moral?

- P.K.: No, yo creo que se trata de una culpa colectiva. Él fue un hombre de uniforme que trataba de implantar una especie de fuerza moral, no siempre tuvo éxito y por eso se siente culpable. Ver cosas negativas y no hacer nada es tan malo como hacer esas cosas en sí. Él ha visto cosas que realizaron gente que llevaba el mismo uniforme que él y no hizo nada. Muchas veces piensa que a lo mejor podría haber hecho algo al respecto. Es una reacción humana totalmente normal mirar atrás y preguntarse qué podría haber hecho en esa situación.


06.Bruno Montano entrevista a Philip Kerr-Trabalibros
- B.M.: Has iniciado también una serie de novelas de intriga ambientadas en el mundo del fútbol. Scott Manson es el segundo entrenador del London City y hace las veces de investigador. ¿Crees que el mundo del fútbol se presta para este tipo de novelas?

- P.K.: Desde luego. El fútbol ya no es un deporte, es un gran negocio. En Inglaterra maneja cinco millones de libras al año, es un gigantesco negocio. Y alrededor de él se genera mucha corrupción. Como pasó con la Fifa y me resulta muy interesante que todavía no se haya celebrado el juicio, las detenciones sucedieron hace casi dos años pero a nadie lo han llevado todavía delante de ningún tribunal y me pregunto por qué. Parece demasiado tiempo, aunque la policía debe tener suficientes pruebas como para haber detenido a esta gente. Todo el mundo en Europa sabe que la Fifa es una organización corrupta; la próxima copa del mundo se celebrará en Catar y no creo que nadie en Europa crea que celebrar allí la copa sea una buena idea. La única cosa en la que todo el mundo está de acuerdo en Europa es que la mitad del placer del juego del fútbol es irse primero al pub a beberse unas cervezas y la otra mitad del placer está en gritar a los jugadores e insultar al árbitro. ¿A quién se le ocurrió la brillante idea de celebrar una copa del mundo en un sitio donde está prohibido el alcohol? Tiene que haber alguna razón para ello. ¿Desde cuándo en Catar el fútbol es importante? Se puede entender que la copa del mundo se celebre en Brasil, en Uruguay quizás, en España, en Italia, en Alemania, en Inglaterra, pero no en Catar. Es una molestia enorme [risas].

- B.M.: Y además hace mucho calor, alcanzan los cincuenta grados.

- P.K.: Claro, es algo totalmente absurdo jugar al fútbol con esas temperaturas. Y al año que viene van a jugar en Rusia, un país que está invadiendo a otro país (Ucrania) y es un país totalmente homófobo. Es muy difícil ser homosexual en Rusia. Putin no es precisamente el dirigente más popular del mundo. Rusia además es un país profundamente racista, el único lugar del mundo donde a un negro europeo que estuviera jugando le tirarían plátanos al campo. ¿Quién quiere realizar la copa del mundo en un país en el que tiran bananas a un jugador por ser negro?

- B.M.: También has escrito una serie de novelas juveniles titulada "Los hijos de la lámpara" y antes te he oído decir que lo has hecho para no perder de vista a tu "yo" de doce años. Pero además he leído en alguna parte que las escribiste para que tus hijos leyeran. ¿Es verdad esto?

- P.K.: Sí, eso también es cierto. Si tú escribes un libro a tu hijo de doce años dedicado a él sabes que al menos ese libro lo van a leer [risas].

Desde Trabalibros agradecemos a Philip Kerr el tiempo que nos ha dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Agradecemos también al Responsable de Comunicación de la Fnac San Agustín de Valencia el haber cedido un lugar ideal para esta conversación y al equipo organizador del Festival Valencia Negra el haber hecho posible el encuentro con este autor.
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