"
La Oculta" es el nombre que toma una finca escondida en las montañas de Colombia. Se encuentra en el municipio de Jericó, situado en el departamento de Antioquía. En la actualidad pertenece a tres hermanos que la recibieron en herencia, tras haber vivido allí varias generaciones de su familia. En "La Oculta" Pilar, Eva y Antonio Ángel disfrutaron de los mejores años de su vida, pero también de momentos trágicos teñidos de violencia, terror y graves dificultades.
Héctor Abad Faciolince asegura que en Colombia todas las familias han tenido alguna propiedad importante, emblemática en sus vidas. Aunque en muchos casos esta finca se haya perdido, sigue siendo importante en sus vidas porque su historia resume, generación tras generación, la historia que ha vivido allí esa familia. "
La Oculta" representa todas estas fincas, la tierra a la que se arraigaron sus gentes, el símbolo de las vicisitudes que han soportado muchas familias colombianas, y Faciolince cuenta la historia de una región que conoce muy bien a través de ella. Retrata los años terribles que sufrió su gente con la colonización del Sureste antioqueño, una violencia que parece no tener fin. Esta hacienda es, en realidad, la auténtica protagonista de la novela y su memoria es la de todos los habitantes de Antioquía.
El escritor y periodista colombiano
Héctor Abad Faciolince nació en Medellín, en el departamento de Antioquía. Se encuentra entre las mejores plumas latinoamericanas contemporáneas y en su haber tiene un Premio Nacional de Cuento, una Beca Nacional de Novela (1994) y dos Premios Simón Bolívar de Periodismo de Opinión (1998 y 2006). En España recibió el primer Premio Casa de América de Narrativa Innovadora por su novela "Basura" en el año 2000, y en abril de 2005 le fue conferido en China el premio a la mejor novela extranjera del año por "Angosta". "
El olvido que seremos", obra que publicó en 2006, recibió el premio Casa de América Latina de Portugal a la mejor obra latinoamericana. "
La Oculta" es un libro que, según confiesa, ha llevado un proceso largo y duro, durante el cual llegó a plantearse seriamente dejar de escribir. Así lo manifestó en público en 2010 tras reconocer haber perdido la fe en sí mismo al no encontrarse satisfecho de lo que escribía; por suerte, no lo hizo.