¿Qué es la inteligencia? Esta pregunta sólo se puede responder con otra pregunta, ¿a qué tipo de inteligencia te refieres?
El ser humano es tan complejo, comprende dentro de sí tantos aspectos diferentes, que no puede hablarse de un único modelo de inteligencia. Conocemos la inteligencia cognitiva que nos descubrió Piaget, cuya función principal era conocer; también nos es familiar la inteligencia emocional que popularizó Goleman, relacionada con los afectos; sin embargo, como sabe José Antonio Marina, "no somos ni pura emoción, ni racionalidad pura, sino una complicada mezcla que cada uno de nosotros tiene que resolver biográficamente". El modo en que cada persona resuelve su vida, organiza sus estímulos, se esfuerza, fija objetivos, adopta decisiones o las aplaza, tiene que ver con su "inteligencia ejecutiva".
José Antonio Marina da el nombre de inteligencia ejecutiva al tipo de inteligencia "que organiza todas las demás y tiene como gran objetivo dirigir bien la acción (mental o física), aprovechando nuestros conocimientos y nuestras emociones". Sería algo así como el mecanismo director que conscientemente decide nuestro modo de actuar, la capacidad para ordenar el comportamiento. La inteligencia ejecutiva se adquiere, se aprende y puede entrenarse, por eso Marina incide en la necesidad de que padres y docentes tomen nota de este interesante concepto, de manera que sean capaces de transmitir y enseñar a sus hijos y alumnos a desarrollar la inteligencia ejecutiva.
¿Por qué es tan importante el descubrimiento de la inteligencia ejecutiva? El lector avispado ya se habrá dado cuenta de que este concepto está ligado al éxito, resultando tremendamente práctico el poder mejorar capacidades tales como el planteamiento de metas, la planificación, la organización, la flexibilidad, la gestión de la información en la memoria de trabajo y la autosupervisión. Todos ellos son "procesos ejecutivos" y están directamente relacionados con el éxito académico, aunque también con las "posibilidades vitales de todos nosotros", lo que redunda en mayor bienestar personal. Problemas que se dan con frecuencia en la sociedad actual, como las conductas impulsivas, el consumo de drogas, la agresividad no controlada, los déficits de atención, las obsesiones, los fanatismos y las actitudes de dependencia de otras personas, van siempre precedidos del fracaso de la inteligencia ejecutiva.
"La inteligencia ejecutiva se encarga de dirigir todas las capacidades humanas. En ella reside nuestra grandeza y nuestra esperanza" y también en ella "tiene su origen la libertad humana". Esta idea le ha resultado a José Antonio Marina muy inspiradora y atractiva, ya que confiesa que le permite realizar la ambición de su vida intelectual: "elaborar una teoría de la inteligencia que comience en la neurología y termine en la ética". Marina ha encontrado el nexo de unión entre estas dos ciencias y proclama de este modo el nacimiento de la "neuroética"; este nuevo enfoque revolucionario sugiere que estamos en el inicio de una nueva era.