"Estoy casi seguro de que alguien de dentro del sistema estaba involucrado. Alguien del régimen, no necesariamente del gobierno, o puede que algún miembro de los servicios secretos. No se le ocurrió sólo a ETA. Eso seguro".
(José Enrique Carrero, hijo del almirante asesinado)
Tras la cruenta batalla de Padura en el siglo IX los vascos oriundos del señorío de Vizcaya expulsaron a los leoneses más allá del
árbol Malato. Desde ese momento, cuenta la leyenda y determina la Ley quinta del título primero del Fuero del Muy Noble y Leal Señorío de Vizcaya que los problemas del pueblo vasco se defienden hasta los límites que marca dicho árbol. Los caballeros y escuderos vascos lucharán gratis para sus señores siempre que no crucen el árbol Malato. Once siglos después un comando de
ETA capitaneado por
José Ignacio Mújica Arregui "Ezkerra" rebasa el arbol Malato y el día 20 de Diciembre de 1973, a las 9 y 36 horas de la mañana, comete un espectacular atentado en Madrid en el que perderá la vida
Luis Carrero Blanco, Presidente del Gobierno y delfín de Franco.
En la versión oficial no hay dudas, el
magnicidio es obra de
ETA y el gobierno promete no parar hasta encontrar, tanto a los ejecutores como a los inductores de este crimen, a fin de aplicarles un castigo ejemplar. Sin embargo, y en palabras de
Santiago Carrillo expresadas desde París en ese momento, "rodean la explosión de Madrid demasiadas circunstancias oscuras y sospechosas para que, pese a las versiones dadas, resulte evidente la personalidad de sus ejecutores y, sobre todo, de sus instigadores".
Manuel Cerdán, tras una exhaustiva investigación periodística, bucea en estas circunstancias "oscuras y sospechosas" para llegar a la conclusión de que, si bien el brazo ejecutor del asesinato fue el de
ETA, todo apunta a que existió un complot político para acabar con la vida del almirante. Ni al régimen franquista ni a los posteriores gobiernos de la Transición les interesó seguir la pista del asesinato. Una gran cantidad de indicios documentales y testimoniales llevan a
Cerdán a sospechar que se produjo una doble conspiración, la primera para acabar con el Presidente y la segunda para ocultar las pruebas y lograr la impunidad de los inductores y los colaboradores necesarios.
Estamos en 1973, en la "España del Parkinson político", como la llama
Cerdán. El caudillo está enfermo y se desata una soterrada lucha por la sucesión. Por una parte están los franquistas más moderados y los monárquicos partidarios de la continuidad de la Corona en la persona del
Príncipe Juan Carlos. Por otra parte, los más extremistas del Régimen, los falangistas y el círculo del Pardo, en el que destacaban doña
Carmen Polo y el
marqués de Villaverde, partidarios de coronar a don
Alfonso de Borbón y de nombrar a
Arias Navarro presidente. En este escenario conspirativo,
Carrero Blanco mantenía el equilibrio entre las diferentes tendencias fascistas y entre éstas y otras más liberales. Pero su presencia amenazaba las aspiraciones del sector duro, ya que Franco había previsto que a su muerte el almirante seguiría como Jefe del Gobierno y el
Príncipe Juan Carlos se convertiría en Jefe del Estado. Muerto el almirante, el ministro
López Rodó dirá: "La muerte de
Carrero pone fin al Régimen de
Franco", cosa que no quieren los falangistas, que pretenden perpetuarlo con mano dura. A tal efecto logran instalar en la presidencia a
Arias Navarro, aprovechando la debilidad de un caudillo ya muy enfermo.
¿Cómo puede ser que
Arias Navarro, máximo responsable de la seguridad de
Carrero Blanco, en vez de ser defenestrado sea nombrado Primer Ministro? En palabras de
Luis María Ansón, subdirector del ABC en aquella época: "¿Conocía o no el falangista, antimonárquico, antijuancarlista y ministro de la gobernación
Carlos Arias Navarro que un comando de ETA trabajaba en la calle Claudio Coello?" ¿Quiénes formaban la "mano negra" que impidió al magistrado especial
De La Torre avanzar en la investigación del magnicidio? ¿A qué personas se refería el Jefe del Estado Mayor del Ejército,
Gutiérrez Mellado, cuando a preguntas del magistrado
De La Torre afirmó que habían muchas personas que querían quitarse de enmedio a
Carrero? ¿Cómo se explica que los servicios de inteligencia americanos tampoco detectaran la excavación del túnel por los etarras, realizada a menos de 100 metros de la Embajada Americana, justo unos días antes de la llegada a España del Secretario de Estado Americano
Henry Kissinger?
Documentos desclasificados, testimonios inéditos, imágenes exclusivas, sumarios judiciales y una infinidad de indicios sirven al autor de esta investigación para poner en duda las versiones oficiales acerca de uno de los acontecimientos fundamentales de nuestra historia reciente y, a su vez, rellenar algunas páginas en blanco de ésta.