"Este libro parte de la base de que los niños son esencialmente buenos, de que sus necesidades afectivas son importantes y de que los padres les debemos cariño, respeto y atención".
¿Tratamos a los niños como se merecen? Cualquiera respondería en un primer momento a esta pregunta de forma afirmativa. Sin embargo, si intentáramos imaginar que tratamos a los adultos tal y como solemos tratar a los niños nos daríamos cuenta de que en realidad no es así. En las relaciones con nuestros iguales no solemos gritar, no insultamos y nunca pegaríamos a otro adulto y, si lo hiciéramos, nuestra actitud sería reprochable. Entonces, ¿por qué no respetamos del mismo modo a los niños? Educar también implica querer y el respeto se enseña con el ejemplo. Carlos González escoge para "Bésame mucho" el subtítulo "Cómo criar a tus hijos con amor" y esto es exactamente lo que pretende este libro: tratar de entender mejor a nuestros propios hijos para verlos tal y como son en realidad; de este modo seremos capaces de criarlos y educarlos desde el cariño. Los niños que se sienten queridos son, sin duda, más alegres y será más fácil para ellos madurar del modo adecuado y convertirse en adultos "más pacíficos, más amables, más comprensivos y también más sanos y más felices".
Por otra parte, el modo en que se ha criado a los hijos no ha sido siempre igual. En general, "muchas cosas que hace cien años estaban prohibidas se consideran ahora completamente normales. Pero si nos fijamos mejor, también hay cosas que hace cien años eran normales y que ahora están prohibidas". En la relación madre-hijo existen en la actualidad ciertos comportamientos naturales que antes practicaba todo el mundo, que ahora no están bien vistos y que, en cierto modo, son tabúes en nuestra sociedad. Quizás no seamos conscientes de ello, pero la influencia que ciertas corrientes han ejercido en la pediatría durante los últimos años han marcado unas pautas de crianza poco naturales y bastante alejadas de los dictados del instinto maternal. A menudo las madres tienen que oír lo terrible que es dormir al niño en brazos o mecerle porque se acostumbra, consolarlo siempre que llora porque sólo lo hace para llamar la atención, darle el pecho en cualquier momento o dormir con ellos en la misma cama (practicar el "colecho") y casi todo el mundo parece estar de acuerdo en que conviene llevar al niño a la guardería, alegando que debe aprender a estar solo, a relacionarse y a ser independiente cuanto antes.
Pero, ¿es esto realmente perjudicial para el niño? Si lo fuera, todas las generaciones anteriores habrían sufrido los efectos nocivos de este tipo de crianza, que se ha practicado desde siempre. Curiosamente, casi todos estos comportamientos desaconsejados por muchos pediatras y mal vistos en general por la sociedad tienen algo en común: el contacto físico entre madre e hijo. Como dice Carlos González, "lo prohibido suele ser la parte más agradable de la maternidad: dormirle en tus brazos, cantarle, disfrutar con él". Las madres y padres de hoy en día sufren la disyuntiva de tener que elegir entre comportarse según su tendencia natural (soportando así la presión social en contra) o hacerlo según la forma aceptada como "correcta". Estos tabúes carecen de base real y son, sobre todo, producto de una tendencia, una corriente que se puso de moda hace unos años y que todavía no hemos sido capaces de abandonar.
"Demasiadas familias han sacrificado su propia felicidad y la de sus hijos en el altar de unos prejuicios sin fundamento". Carlos González en "Bésame mucho" rompe una lanza en defensa de los niños aunque también en defensa de los padres y pretende con este libro "desmentir mitos, romper tabúes y dar a cada madre la libertad de disfrutar de su maternidad como ella desee".
Curiosidades: - Carlos González es pediatra, fundador y presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna. La primera edición de su libro "Bésame mucho" se publicó en 2003 y todavía hoy sigue siendo uno de los libros preferidos entre los padres que van a enfrentarse a la aventura de tener un hijo.