Cuando nadie me ve...

Juji Mogar
Cuando nadie me oye, no rezo, ni doy gracias, ni alabo al cielo. Lo que sale por mi boca, es tóxico, deshumano; con palabras de sentencia, de muerte, de venganza…
Sin embargo, cuando nadie me escucha, me siento pequeña, fuera de lugar, y terriblemente sola.
Cuando nadie me ve, no construyo palacios de papel, ni palacios de cristal. Yo quemo, arraso y destruyo con rabia infinita y aniquilo con vehemencia todo lo construido.
Sin embargo, cuando nadie me mira y comprendo que ya no soy objeto de deseo ni paradigma de belleza, me siento invisible, triste, y evoco mi reflejo con anhelo y desesperación.
Cuando nadie me toca, no imploro contacto, ni pretendo calor humano. Lo que siente mi cuerpo es asco de otro cuerpo, repugnancia de efluvios candentes, y ganas de hacer desaparecer cuerpos con una trituradora.
Sin embargo, cuando nadie me acaricia, me siento perdida, excluida, devastada, y tengo que abrazar a mi oso de peluche de la infancia, para seguir respirando.
Cuando dejo de escribir, cuando dejo de inventar escritos como este mismo que acabo de publicar, entonces soy yo la que deja de oír, escuchar, ver, mirar, tocar o acariciar; porque nada soy, nada tengo, y nada siento, sino es a través de mis historias.

Sin embargo, sin ti, descarado y absurdo deseo de escribir incesantemente, no tendría la fuerza de seguir siendo, obteniendo, ni sintiendo…
Texto libre Trabalibros

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