Sus palabras eran dulces,
Me sabían a miel cada vez que ella me hablaba.
Su pronunciar era delicado, su andar era hermoso, como si no tocara el suelo.
Un beso profundo, una mirada con lágrimas,
Ese fue el último recuerdo de ella, mientras se subía al metro,
Sus palabras retumbaban en mi mente, golpeaban como un estruendo las paredes de mi cabeza. Mis sueños eran perturbados con su imagen; Dentro de ellos me veía corriendo desenfrenadamente gritando una y otra vez -quédate a mi lado, no me dejes-.
Al final como aquel día que se fue, caía yo al piso e inclinaba mi mirada al suelo y en un último suspiro de lamento, decía;
- Yo te esperare, aquí en este mismo lugar, como nos prometimos-.
El sueño se repetía constantemente,y sucedía que a veces no quería estar despierto, con tal de estar con ella en mis sueños.
A pesar de que cada vez la pensaba mas, su retrato se iba borrando. Se estaba esfumando, eso no me espantaba, me atemorizaba que a ella le sucediera lo mismo y al final se olvidara de mí. Abría el cajón y encontraba las fotos, nuestras fotos, cada momento triste y feliz, lo observaba y revivía ese recuerdo.
Hubo tardes que me llenaba de enojo, coraje e ira, de saber que estuviera con alguien más, o que yo no le importara más. Saber que 4 años de noviazgo, ella los tirara a la basura. Así que aquellas tardes de nostalgia, quemaba y rompía esas fotos. esas cartas, esos escritos y pensamientos, donde firmábamos amor eterno, y que ahora, ahora solo eran. solo eran nada.
Solo eran años mal invertidos. Me negaba a mí mismo que fuera cierto, Me auto-decía que ella me amaba, que ella me quería, que ella aún me deseaba. pero muy dentro de mi allá en el fondo sabía que todo era una mentira.
Hace 2 años que no respondía, ninguna carta, cuando la llamaba, el servicio estaba ocupado o inservible. Pero la esperanza la mantengo de verla de nuevo
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Han pasado 2 años, ya para esto han sido 6 años que no la he visto, que no he sabido de ella, que no la he hablado.
Eh conocido a alguien su nombre, es Kate.
A pesar de sus actitudes, y forma de ser, he podido encontrar en ella una gran amiga, una hermana, aunque en estos dos últimos meses esa hermana y amiga, me ha dicho que me ama, y que quisiera ser parte de mí;
Parte de mi historia
Parte de mi vivencia,
No solo una hoja, sino el pie de cada página
Y el acabado de la portada de nuestra historia.
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Han pasado los años:
Las arrugas son parte de nuestros rostros, y nuestras cabelleras ya son blancas.
Y a pesar de la felicidad, las experiencias y las emociones vividas con Kate, otra vez me invade el temor:
Temor a saber que dormirá y no despertará,
Temor a que no me vuelva a decir viejito,
Temor a saber que no apretará mi mano nunca más,
Temor a no poder besar su frente y decirle; -Te amo Kate, mi viejita, eres el amor de mi vida, Eres la alegría de mis ojos, Y a pesar que los años se han asentado en nuestros lomos, y que la luz del sol la vemos cada vez más pálida, Sabes que siempre te amare:
Que siempre te querré
Que siempre te extrañare,
Que siempre estarás en mi memoria,
Nunca pudimos tener hijos, pero te tuve para mi solito-. sonrio y una leve carcajada de satisfacción me delata- Te disfrute, te conocí, Y sabes viejita, no te cambiaría por nada, ni por mil joyas preciosas. Aunque quizás por una dentadura nueva.
Ella se ríe forzosamente y tose.
Sus lágrimas salen y hacen camino de sus ojos a sus labios, entonces los aprieto junto a los míos, y aprieto sus manos, me recuesto a su lado, y le digo que se ponga en mi regazo, mientras la abrazo, y acaricio su rostro.
-Peter- dice Kate.
-Dime amor - contesto
-¿sabes algo?
-¿Qué?- le respondo-
-Ayer te quise, hoy te amo-Y empieza a toser fuertemente y su respiración se acelera,
-Respira amor, respira aun hay tiempo- Le contesto mientras siento un apreton en mi mano.
La volteo a ver. Kate me besa y me besa largo
Pero puedo decir que jamás me había conmovido tanto. Como el día que ella me robo un beso y me dijo te amo, Aunque tu a mí no.
Ella Sonrió e interrumpió el beso y ella me dice
-Y mañana,- vuelve a toser mientras se aclara la garganta para seguir diciendo.- Mañana te veré joven y frondoso, entonces me abrazaras, y me cargaras. Y sabes... me besaras como en nuestra luna de miel. pero sabes que para que sea mañana, Hay que dormir, dormir hoy, y despertar mañana-. su tono de voz fue debilitandose al entonar estas ultimas palabras, acompañado del claro del sol que se empezó a nublar, estaba atardeciendo.
En ese cerrar de ojos el mismo cielo se ocultó, para un nuevo día.