«Tal vez no quería solamente un corazón ajeno para seguir viviendo, sino también un corazón ajeno para empezar una segunda vida».
El sacerdote
Luis Córdoba está a la espera de un trasplante de corazón. Es un cura amable, alto, gordo, pero su mismo tamaño hace que no sea fácil encontrar un donante. Como los médicos le aconsejan reposo y su residencia tiene muchas escaleras, recibe hospedaje en una casa donde viven dos mujeres, una de ellas recién separada, y tres niños.
Córdoba, que es bueno y culto --crítico de cine y experto en ópera--, goza compartiendo lo que sabe con las mujeres sin esposo y los niños sin padre. Pronto se ve envuelto y fascinado por la vida familiar y, sin pretenderlo, empieza a desempeñar el papel de paterfamilias y a replantearse sus opciones de vida. Salvo mi corazón, todo está bien es la historia de un sacerdote bondadoso --inspirado en un cura real-- que pone a prueba sus creencias y su optimismo inquebrantable en un mundo hostil. Su crisis existencial, en medio de personajes llenos de ganas de vivir, nos muestra una visión del matrimonio como una fortaleza sitiada: los que están dentro quieren salir, y los que están fuera quieren entrar.
El escritor y periodista colombiano
Héctor Abad Faciolince nació en Medellín, en el departamento de Antioquía. Se encuentra entre las mejores plumas latinoamericanas contemporáneas y en su haber tiene un Premio Nacional de Cuento, una Beca Nacional de Novela (1994) y dos Premios Simón Bolívar de Periodismo de Opinión (1998 y 2006). En España recibió el primer Premio Casa de América de Narrativa Innovadora por su novela "Basura" en el año 2000, y en abril de 2005 le fue conferido en China el premio a la mejor novela extranjera del año por "Angosta". "
El olvido que seremos", obra que publicó en 2006, recibió el premio Casa de América Latina de Portugal a la mejor obra latinoamericana. "
La Oculta" es un libro que, según confiesa, ha llevado un proceso largo y duro, durante el cual llegó a plantearse seriamente dejar de escribir. Así lo manifestó en público en 2010 tras reconocer haber perdido la fe en sí mismo al no encontrarse satisfecho de lo que escribía; por suerte, no lo hizo.