Dicen que el estilo literario de
Benjamin Black está directamente emparentado con el noir de
Simenon y
Chandler. Y esta es una excelente carta de presentación para la última novela del maestro irlandés de la novela negra de altura, que ofrece excelentes obras en uno de los géneros que goza de mayor popularidad entre los lectores.
La
saga Quirke cuenta ya con ocho entregas y en esta última el autor ha escogido Donosti para ambientar la trama en la que el patólogo Quirke disfrutará de sus vacaciones. Llegará a San Sebastián empujado por su esposa Evelyn con la idea de pasar unos días relajados como turista, disfrutar de los paseos, el buen clima, el mar y el txakoli. Pero la deseada tranquilidad se trunca en el momento en que un accidente algo ridículo lo lleva a un hospital de la ciudad.
Allí se sorprende al creer reconocer en una joven que era amiga de su hija Phoebe, una chica irlandesa que tiempo atrás se dio por presuntamente asesinada por su perturbado hermano en un caso en el que el propio Quirke se vio implicado. Para salir de dudas, Quirke convence a su hija de que visite el País Vasco, algo que hará acompañada del inspector Strafford, alguien que no es demasiado del agrado de Quirke.
John Banville está considerado uno de los mejores autores contemporáneos en lengua inglesa y entre otros muchos galardones posee el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. El que ha sido nombrado por algunos heredero natural en el campo de las letras del gran Nabokov lleva más de una década poniéndose en la piel de Benjamin Black para firmar sus magníficas novelas negras, género en el que tuvo el honor de resucitar a
Philip Marlowe por encargo de los herederos de Raymond Chandler con "La rubia de ojos negros". Suyas son obras tan geniales como "El mar", "Copérnico", "El libro de las pruebas", "El intocable" o "Antigua luz".