Según destacan algunos críticos, con la
muerte de
Ernesto Sábato se cierra un periodo importante de la
literatura argentina. A diferencia de
Borges, que describía el
Buenos Aires mitológico y laberíntico,
Sábato retrataba el
Buenos Aires real. De ahí su valiente compromiso político y social que le llevó a desempeñar un importante papel en 1984 frente a la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas.
Siempre se le recordará por ser el autor de libros como "
El túnel", "
Sobre héroes y tumbas" o "
Abbadón, el exterminador".
Su
larga vida le permitió prepararse para la
muerte y así, en uno de sus últimos libros titulado "
La resistencia" escribía: "Algunas veces en la vida sentí que estaba en peligro y podía
morir. Y sin embargo aquel sentimiento de la
muerte en nada se parece al de hoy. Entonces hubiera sido parte de mis luchas o de alguna circunstancia: un fracaso de mis proyectos. Podría haber
muerto inesperadamente y no habría sido como hoy, en que la
muerte me va tomando de a poco, cuando soy yo quien me voy inclinando hacia ella".