Nos guste o no, en mayor o menor medida, la violencia forma parte de nuestras vidas. Y pocos autores son capaces de narrar la crueldad como Joyce Carol Oates, desde la desesperación y el miedo, pero también desde la esperanza, la intolerancia y el amor. En esta ocasión, sitúa al lector en una encrucijada: ¿Qué debería prevalecer: la lealtad familiar o la lealtad a la verdad?
La joven Violet Rue Kerrigan echa la vista doce años atrás, en el punto en que sus hermanos mayores cometieron un asesinato racista que tuvo como víctima a un niño afroamericano. En ese momento la chica tuvo que escoger entre mentir para proteger a su familia o sincerarse y delatar a sus seres queridos. La segunda opción marcó la vida de esta niña que era la menor de siete hermanos y cambió su estatus dentro de la familia, pasando de ser un miembro querido a convertirse en la delatora que permitió el arresto y la condena de los culpables.
Sin duda, la vida habría sido distinta para Violet de haber tomado la elección alternativa. El hecho de delatar a sus hermanos también le afectó a ella profundamente, causando el rechazo y distanciamiento de su familia. Ante ella se abrió una vida de destierro respecto a sus padres y hermanos, un largo exilio que le obligó a cortar con todo lo que era afectivamente importante para ella y a reconstruir su propia identidad, rompiendo el poderoso embrujo de la familia. A día de hoy, ¿puede Violet estar segura de haber tomado la decisión correcta?
La que para muchos es la mejor escritora norteamericana viva, Joyce Carol Oates, ha recibido multitud de premios y es autora de más de 50 novelas y cientos de relatos, entre otros libros de distintos géneros. Los críticos la sitúan al lado de escritores de la talla de John Updike, Philip Roth, Tom Wolfe y Norman Mailer. Algunas de sus obras más memorables son "La hija del sepulturero", "Mágico, sombrío, impenetrable", "Infiel", "Mujer de barro", "Rey de picas", "Ave del paraíso", "Memorias de una viuda", "Una hermosa doncella", "Blonde" y "Hermana mía, mi amor".