Trabalibros entrevista a Juan Eslava Galán sobre "La conquista de América contada para escépticos"

martes, 25 de junio de 2019
"Colón estaba absolutamente obsesionado por el oro, en hacerse inmensamente rico. Y después de rico, quería hacerse inmensamente famoso".
Juan Eslava Galán es licenciado en Filología Inglesa y doctor en Letras. Durante treinta años ha simultaneado su trabajo de profesor con la escritura de novelas y ensayos de tema histórico. A lo largo de su carrera literaria ha recibido premios como el Planeta, el Ateneo de Sevilla y el Fernando Lara. 

Este autor, que recibió la Medalla de Plata de Andalucía y es Consejero del Instituto de Estudios Gieneenses es autor de una docena de novelas (entre las que destacan "En busca del unicornio", "El comedido hidalgo" y "Señorita". También ha escrito infinidad de ensayos entre los que se encuentra el popular "Historia de España contada para escépticos".

Conquista América (Eslava Galán)-TrabalibrosBruno Montano de Trabalibros tuvo la oportunidad de entrevistarle en 2015 sobre "Misterioso asesinato en casa de Cervantes" (Premio Primavera de Novela 2015, aquí la entrevista) y ahora lo hace sobre "La conquista de América contada para escépticos", un ensayo novelado en el que, de forma detallada pero amena, relata la turbulenta relación entre España y América y sus orígenes, una historia recurrente, llena de contradicciones, alianzas, traiciones y desencuentros.

- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): Tu último libro forma parte de una larga colección tuya de divulgación histórica para escépticos. ¿Es necesaria esta actitud escéptica para estudiar la Historia o has elegido esta fórmula porque te permite encajar mejor la ironía y el sentido del humor en el texto?

- Juan Eslava Galán (J.E.G.): No es que sea necesario adoptar una actitud escéptica para estudiar la Historia, pero es saludable. Y, efectivamente, esto te permite encajar la ironía, porque lo vas relativizando todo y, de vez en cuando, caen chispas de humor que te salen del alma, o que los textos mismos te favorecen. Yo pienso que la Historia siempre tiene que ser rigurosa, pero también puede ser divertida. 

- B.M.: Eso es, sobre todo, lo que más me ha gustado. En tu libro hay una parte de erudición importante, pero está disimulada entre los diálogos, entre las notas a pie de página... Todo en conjunto es casi un tratado histórico contado de forma muy amena y divertida.

- J.E.G.: Claro, en eso reside el truco. De otro modo, sería una lectura bastante pesada. Es una forma de aligerarla y al mismo tiempo estoy transmitiendo la información seria que hay que transmitir.

- B.M.: Incluyes una extensa bibliografía al final que nos permitiría ampliar aquellos temas que más nos interesen.

- J.E.G.: Yo en la bibliografía sólo incluyo lo que he utilizado, simplemente. Obviamente, hay libros que no he leído enteros, sino la parte que me interesaba, pero en ese sentido creo que intento ser honrado a la hora de explicar de dónde he sacado mis conocimientos.02.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Juan Eslava Galán

- B.M.: Es sorprendente el éxito de María Elvira Roca Barea con su libro "Imperiofobia y leyenda negra". Lleva más de veinte ediciones y eso, en un libro de divulgación histórica, es muy raro, es algo que los libreros vemos excepcionalmente. ¿La sombra de la leyenda negra sigue pesando tanto en la actualidad?

- J.E.G.: Sí, pesa mucho. A nivel académico, obviamente, tú hablas con un historiador holandés o inglés y saben perfectamente que la leyenda negra se basa en mitos falsos y que es mentira. Pero, a nivel popular, la gente que tiene escasa cultura histórica y toda la gente del orbe cristiano u occidental están convencidos de que la Inquisición española fue algo terrible. Que probablemente lo fue, pero hay otras Inquisiciones suyas que fueron más terribles y de esas no tienen noticia. Piensan que la conquista española fue un genocidio tremendo en el que se trataba de exterminar a los indios -evidentemente, hubo grandes abusos- pero, desde luego, no tantos como los que hicieron ellos en el siglo XIX, cuando ya existía la Declaración de los Derechos Humanos. Se ha exagerado notablemente el genocidio, nunca se pretendió eliminar a los indios, como ellos hicieron después en el siglo XIX, incluso en la República Hispanoamericana. Simplemente, los españoles llevaron enfermedades europeas -sobre todo la viruela- que ocasionaron una gran mortandad, del mismo modo que importamos de las Américas la sífilis, que también ocasionó una gran mortandad en Europa a los pocos años.

- B.M.: Yo pensaba que la sífilis también la llevamos nosotros allí.

- J.E.G.: Al contrario. Aquí había alguna cepa más liviana, pero la cepa más agresiva de la sífilis vino de las Américas y la trajeron los que fueron allí y luego volvieron, fueran españoles, franceses, etc. 

- B.M.: Citas a Gustavo Bueno, que divide a los imperios en imperios generadores e imperios depredadores; imperios que, tras la conquista de un nuevo territorio, comparten lo que tienen de bueno y se mezclan con los conquistados e imperios que no aportan nada y evitan cualquier tipo de mestizaje.

- J.E.G.: Esa diferencia es absolutamente fundamental. Cuando Colón, que era un pájaro de cuenta, ve que en América no hay especias y oro hay poco todavía, él propone esclavizar a los indios, que son muy mansos, para venderlos en Europa. Pero los Reyes Católicos dicen: en absoluto, son súbditos de Castilla. Tienen los mismos derechos que los súbditos de Castilla, de Antequera o de Alcalá de la Real. A las Américas se importan las formas culturales de España: se llevan universidades, se hacen caminos, se hacen monasterios, etc., cosa que, si te fijas, los otros imperios no han hecho, sino que han ido estrictamente a explotar. Por eso en toda Sudamérica hay un montón de catedrales, iglesias, monasterios, universidades e imprentas de la época colonial y en Estados Unidos no hay nada de eso. En Estados Unidos únicamente se construyeron fuertes para defender el territorio y ya está. No han dejado otra cosa los ingleses.

03.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Juan Eslava Galán
- B.M.: De hecho, yo he recuperado una cita de Lewis Hank que dice que ningún otro pueblo europeo, antes o después de la conquista, se lanzó a una lucha por la justicia tal y como hicieron los españoles. Algo parecido a las Leyes de Burgos dictaminadas en España, que reconocían los derechos de los conquistados, no existieron en otros procesos de conquista realizados por otros países.

- J.E.G.: Así es. Todo esto hay que verlo, obviamente, con la mentalidad del siglo XV. Está el Papa, que se supone que es el vicario de Cristo y por lo tanto el mundo le pertenece. Él divide el mundo como si fuera una sandía entre Portugal y Castilla, a cambio de que a esos paganos los conduzcan hacia la religión cristiana. Pero luego, cuando Bartolomé de las Casas y otros empiezan a señalar abusos, automáticamente Carlos V, el nieto de Isabel, se plantea si tienen realmente derecho a conquistar a esa gente. En ese momento se interrumpe la conquista y en España hay un debate en el que participan tanto juristas como teólogos, para ver si realmente tienen derecho. Y llegan a la conclusión de que sí, siempre que se evangelicen, y emiten las Leyes de Indias, que son unas leyes de protección al indio. Aunque luego fue difícil aplicarlas correctamente, hay que tener en cuenta que hay un océano por medio y que las comunicaciones eran muy complicadas.

- B.M.: Como tú comentas en el libro, los encomenderos acataban las leyes pero no las aplicaban.

- J.E.G.: Sí. Además esa era una fórmula que utilizaban: se acata, pero no se cumple. Aunque, si comparamos esto con los otros casos, salimos muy beneficiados.

- B.M.: En definitiva, conquistamos América pero perdimos la campaña de la propaganda internacional.

- J.E.G.: Y la seguimos perdiendo, porque a nivel popular, tú le preguntas a cualquier español de cultura media sobre el tema y te dirá que la Inquisición fue terrible. Pero en el resto de Europa, que también tuvieron Inquisición o algo similar, no se tiene noticia de lo que hicieron. Y, si hablamos de la Conquista, aquí también se ven de vez en cuando a algunos indocumentados agitando el mito del genocidio y diciendo que no hay que celebrar el centenario. Y hombre, con un poquito de información todo se relativiza, como es lógico.

04.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Juan Eslava Galán
- B.M.: Además, en esto también influye que los alemanes, los ingleses, los portugueses o los belgas no tuvieron a una figura como Bartolomé de las Casas que denunciara lo que ellos hicieron, ni una "Brevísima historia de la destrucción de las Indias", un encendido panfleto que mostrara al mundo los abusos cometidos por ellos.

- J.E.G.: Claro, y si alguien intentaba hacerlo, descuida que se lo cargaban. Así que ellos no tuvieron a una figura así.

- B.M.: Es extraña esa especie de colaboración española en alimentar el mito de la leyenda negra, es un curioso fenómeno al que Payne llama "autoexotismo" y no existe en otros países. ¿Los españoles carecemos de chauvinismo?

- J.E.G.: Los españoles somos un poquito "masocas". Estamos siempre dispuestos a aceptar que lo de fuera es lo mejor y que lo nuestro es lo peor. En alguna ocasión sí hemos tenido razón, pero hay cosas muy notables de las que tenemos que estar orgullosos. Y, en cualquier caso, no tenemos que avergonzarnos de nuestra historia, como no se avergüenzan por ejemplo los franceses. Napoleón fue un tirano y a él le adoran. No entiendo por qué nosotros tenemos que hablar mal, por ejemplo, de Hernán Cortés.

- B.M.: ¿La postura histórica correcta respecto al fenómeno de la conquista sería el término medio entre la leyenda rosa de la Hispanidad y el indigenismo y la leyenda negra, magnificada sobre todo por el mundo anglosajón?

- J.E.G.: Sí, claro, hay que buscar la verdad, que es lo que yo he intentado en el libro. Contar las cosas como fueron y poner las cosas en su término, nada más. 

01.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Juan Eslava Galán
- B.M.: A mí me han sorprendido cosas que cuentas sobre Colón que yo desconocía. Leí hace tiempo "La conquista de América: el problema del otro" de Tzvetan Todorov y he rescatado un par de frases que chocan con algunas ideas que tú comentas. Todorov dice: "La codicia no es el verdadero móvil de Colón. El oro es un valor demasiado humano para interesarle verdaderamente. La victoria universal del cristianismo: este es el móvil que anima a Colón", incluso habla de un proyecto que tenía Colón de hacer una especie de cruzada para recuperar Jerusalén, financiada por el oro americano.

- J.E.G.: Su idea era que, cuando fuese inmensamente rico, podría recuperar Jerusalén (ten en cuenta que los Reyes Católicos son también los reyes de Jerusalén). Los portugueses querían aliarse con el Preste Juan, que no existe, para conquistar también los Santos Lugares... Ese es un ideal de finales de la Edad Media que tienen muchos príncipes, hacer la cruzada definitiva. Pero eso es una nota a pie de página. Colón está obsesionado por el oro, él mismo lo reconoce.

- B.M.: Hay un capítulo en tu libro que titulas "Oro, oro, oro". El oro era el auténtico motor de la conquista, tanto para Colón como para la mayor parte de la gente que participó en ella.

- J.E.G.: Colón está absolutamente obsesionado por el oro, el lo que quiere es hacerse inmensamente rico. Y luego quiere hacerse inmensamente famoso, después de rico. Y para ser inmensamente famoso, quiere ser él el que rescate los Santos Lugares. Pero decir que era un idealista... La documentación lo que demuestra es otra cosa distinta.

- B.M.: Todorov, para documentarse, acude al testamento de Colón, a sus diarios, a las cartas que éste envió a la reina Isabel y al Papa Alejandro VI...

- J.E.G.: Ya, pero ten en cuenta que Colón no era sincero en absoluto [Risas].

- B.M.: Era un poco pillo, según lo pintas en tu libro. Un poco liante.

- J.E.G.: Era un pájaro de cuidado. Probablemente, antes había sido pirata. Colón no tiene ninguna moralidad.

- B.M.: Al final, la evangelización sería la gran excusa. Todos la tenían en mente, todos hablaban de ella, pero en el fondo era la excusa que encubría el afán por el oro.

- J.E.G.: Efectivamente. El que se embarca en este tipo de expedición, a pasar fatigas, lo que quiere es hacerse rico. El deseo de evangelizar es sincero por parte de los que se quedan en España, pero no por parte de la mayoría de los que van allí. Hay muchos eclesiásticos que sí, se sacrifican por esta causa. La película "La misión", por ejemplo, nos muestra una visión muy real de lo que fueron las misiones jesuíticas. Pero ese no es el principal objetivo de Colón. Colón costeaba a un predicador de oficio, pero para él lo principal era que le trabajaran los indios para sacarse unos dividendos.

05.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Juan Eslava Galán
- B.M.: Porque en todas las encomiendas obligatoriamente había un cura, cuya misión era evangelizar.

- J.E.G.: Si era una encomienda pequeñita no lo había obligatoriamente, pero entonces cada quince o veinte días tenía que ir allí el predicador a predicar doctrina. Doctrinero, le llamaban.

- B.M.: Finalmente, los que realmente devastaron América fueron algunos encomenderos.

- J.E.G.: Hubieron muchos abusos, que son los que denuncia Bartolomé de las Casas, pero en todos los colonialismos los hay. Lo que pasa es que hay abusos mayores y abusos menores. Los españoles nunca les cortaron los brazos a los niños cuando los indios no llegaban a la cuota de trabajo, como hicieron los belgas en el siglo XIX. Cuando comparas ves que hay una gran diferencia.

- B.M.: Yo sé que tienes varios libros dedicados a la historia de la sexualidad (en Roma, en Grecia, en el siglo XX español...) y en "La conquista de América contada para escépticos" hay un capítulo, que titulas "El sueño de Andrés Medina", que me ha hecho pensar que puede existir un motor subsidiario para conquistar América: la lujuria, el apetito español por las hermosas y accesibles indias.

- J.E.G.: Eso fue sólo al principio. Cuando empezó a venir gente diciendo que las indias no eran tan fáciles y que allí la vida era muy dura, ya no. Pero en un principio sí, cuando vuelven los que han ido en el primer viaje de Colón. Piensa que en el primer viaje de Colón no quiere ir nadie, y si no llega a ser por los Pinzón, que tenían prestigio y convencen a la gente, no habrían conseguido suficiente tripulación. Aun así, para completarla, tuvieron que meter a penados y este tipo de gente. Pero en el segundo viaje, en el que parten dieciséis carabelas, hay bofetadas por ir, porque ya se han divulgado las bondades de las Américas y también de sus mujeres.

- B.M.: El primer capítulo del libro lo dedicas a los cuatro viajes de Colón y a la colonización del Caribe. Los españoles estaban obsesionados por encontrar un paso franco que les llevara hasta las Indias, hasta la especiería; no sabían que había todo un continente bloqueando el paso.

- J.E.G.: La obsesión de ese siglo es el paso por antonomasia. Luego se vio que América va de polo a polo y obviamente no había paso. Ellos se regían por los ríos, veían un río muy caudaloso y comprendían que ahí había mucha tierra. Luego descubrieron Panamá, pero la tecnología del momento no permitía hacer un paso por allí. En ese sentido fue un gran fracaso, pero a los españoles, según la división del mundo, también les correspondía especianía y en el Tratado de Zaragoza se pactó renunciar de momento a la especianía aunque podían recuperarla cuando quisieran, a cambio de una indemnización fuerte. Y se focalizaron en América.

- B.M.: Y entonces aparece Cortés buscando el paso. No lo encuentra, pero se tropieza con los aztecas, con los aguerridos mexicas.

- J.E.G.: Sobre todo, se encuentra con oro. Cuando llegan a tierra firme se encuentran civilizaciones que no esperaban, en algunos casos más avanzadas que las europeas en agricultura, en astronomía, etc. Y encima hay oro. El gran mérito de Hernán Cortés es que él ha leído a los clásicos y tiene como imagen del príncipe ideal a Alejandro Magno y a Julio César, que eran los dos grandes príncipes ideales de la Edad Media.

- B.M.: De hecho, él aplica con los aztecas el "divide y vencerás" de Julio César.

- J.E.G.: Sí, absolutamente. Además se lo dan casi hecho, porque los mexicas abusaban de los pueblos del contorno, lo tenían como criadero de gente para sacrificarla. Se unen a Cortés porque ven que tiene procedimientos nuevos que pueden funcionar y entonces la conquista se la hacen los indios.

- B.M.: La viruela, los pueblos enemigos de los aztecas, el dominio de la comunicación y la comprensión de la cultura del enemigo son factores que favorecieron la victoria del intrépido Cortés.

- J.E.G.: Claro, están a un nivel superior a los otros y los otros sucumben a eso. 

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- B.M.: Y a Hernán Cortés le sigue Pizarro, que por cierto, ambos eran familia.

- J.E.G.: Sí, eran familia, y además se encuentran en Toledo y probablemente Cortés le explicó a Pizarro cómo lo había hecho. 

- B.M.: ¿No hay documentos sobre esa conversación?

- J.E.G.: Documentos sobre el encuentro sí, pero no sobre esa conversación. Coinciden en el tiempo y además, como eran parientes, obviamente tuvieron comunicación. Y Pizarro aplica lo mismo que Cortés, pero quizás de modo más directo y más brutal, era un hombre que no tenía mucha cultura. El inca desprecia tanto a los españoles por su escaso número que piensa que pueden mandar a un general que los aniquile, pero tiene tanta curiosidad por ver a los caballos y las armas de fuego que les deja hacer. Y el inca piensa en hacerles una trampa para cargárselos a todos, menos al barbero, al que doma los caballos y al herrero. Le tiende la trampa a los españoles y ellos caen. La trampa consiste en capturarlos, porque sabe que en cuanto los capture se deshace el imperio. 

- B.M.: En tu libro incluyes a Cortés y a Pizarro, pero al final también hablas sobre Lope de Aguirre "el loco" y su travesía por el Amazonas buscando El Dorado. Lope tiene un perfil totalmente diferente a los anteriores, ¿no es así?

- J.E.G.: Incluyo a Lope de Aguirre porque pertenece, a nivel popular, al imaginario de cómo eran los conquistadores. Este hombre es un conquistador evidente, pero muy marginal. Pero a mí me resulta muy simpática la carta que le manda a Felipe II porque está cargada de razón. Es la carta de un hombre que ve que no le han recompensado por sus esfuerzos, cuando hay otros vivos a los que se les está recompensando indebidamente. El típico problema que ha tenido España siempre, que es muy mala madre para sus hijos. Además, este hombre está loco y empieza a sospechar que le quieren matar. Es un personaje tan literario y tan cinematográfico...

- B.M.: Y él es la prueba de que la conquista de América no fue una cuestión pública, sino que acaba siendo una cuestión privada, una empresa de aventureros y oportunistas.

- J.E.G.: Eso es. Él era un aventurero que expone su fortuna y unas veces le sale bien y otras le sale mal.

Desde Trabalibros agradecemos a Juan Eslava Galán el tiempo que nos han dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Agradecemos también a la editorial Planeta el haber hecho posible este encuentro.
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