De la mano del caballero riojano Alvar Los Santos, Alejandro Bermúdez Medel nos sitúa en el siglo XII de la historia de España. Una novela que se mueve entre la narrativa y el estudio histórico, dada la cantidad de información que encontramos en estas páginas. En el transcurso de una época en la que la distribución territorial cobra una gran importancia debido, entre otros aspectos, a la lucha entre reinos cristianos y las taifas, los primeros más débiles y los segundos perdiendo una estabilidad política que, sin embargo, no se veía reflejada directamente en el desarrollo económico y demográfico. Una época en la que la sociedad feudal (relación que se da entre un hombre libre denominado vasallo y otro hombre libre, pero de superior estamento social, por medio de la cual el primero recibe del segundo unas tierras o feudo para su mantenimiento, y de las que debe rendir cuentas al señor feudal) marcaba el devenir de la territorialidad, de la economía, de la demografía y, en definitiva, de las relaciones sociales. Una época en la que las cuestiones religiosas experimentaban cambios profundos internos y externos, al verse enfrentados a los asuntos científicos que cuestionaban firmemente los preceptos de la fe.
La novela se desarrolla, precisamente, alrededor de la consolidación de territorios cristianos próximos al Duero, arrebatados de manos musulmanas en fechas no muy lejanas. El rey Alfonso VII agradece a don Pere Blasco sus servicios otorgándole una heredad real que recaerá en manos de su hijo, Rodrigo Blasco. Su destino, las tierras de Segovia. Su compañía, Elvira, su joven esposa, Íñigo, el hijo de ambos, Domingo, el hermano de Rodrigo, Alvar Los Santos, tío de Rodrigo y una serie de criados y demás acompañantes de su servicio personal y hombres de guerra. La llegada a sus nuevas tierras no va a ser fácil, no tanto por el viaje, que no se presenta como sencillo al ir acompañados de mujeres, niños y múltiples enseres, sino porque los habitantes de las tierras en las que comenzarán su nueva vida, no están dispuestos a aceptar fácilmente la heredad concedida por el rey (al verse casi atacados en su propio feudo por el monarca, intuyendo una reducción de su poder interno en favor de Rodrigo y, en definitiva, en favor del rey), y no le pondrán nada fácil el asentamiento y el establecimiento a los nuevos vecinos.
Durante el viaje, una parada nocturna en un monasterio y los ruidos y gritos que escucha Domingo, el hermano de Rodrigo, pondrán una nota de misterio a "Tierra y Dios". Incluso el olor que el hermano de Rodrigo percibe esa noche, como si saliera de entre las paredes despierta su curiosidad. Estos extraños hechos llevarán a domingo a realizar posteriores visitas para intentar descubrir qué se esconde en esos fríos muros.
"Tierra y Dios" es una novela en la que Bermúdez Medel ha sabido compaginar los argumentos puramente históricos con la novela histórica. Descubriéndonos la realidad de las costumbres sociales, religiosas, políticas, de poder… en un marco temporal en el que la lucha de poder entre religiosos y laicos, entre la Iglesia y la Corona, entre cristianos y musulmanes… marca cada movimiento en las ciudades españolas.