"El manto de la noche me esconderá de ellos, con tal de que me quieras que me encuentren aquí. Más vale que acabe mi vida por su odio, que prorrogar la muerte sin tener tu amor".
Más vale morir que vivir sin el ser amado, porque ¿qué sería en tal caso la existencia, sino una muerte en vida? Cuando se ha conocido el verdadero rostro del amor, renunciar a él resulta inconcebible. El amor y la
muerte son dos caras de la misma moneda; la pasión lo arrastra todo a su paso y abate cualquier impedimento. Y, en caso de encontrarse con un obstáculo imposible de salvar, es más fácil renunciar a la vida que a la pasión misma.
Los amantes ansían la unión; no existe para ellos ninguna otra verdad que la de su
amor y ningún otro credo que el que dicta su corazón. Romeo vive por Julieta desde el primer momento en que hizo su aparición en el baile, figurándose como una paloma blanca como la nieve entre una bandada de cuervos. Julieta le corresponde, su alma le pertenece desde el día en que le vio. Pero la pasión sin límite que sienten se tropieza con un muro de
odio enquistado que desde tiempos inmemoriales se profesan las familias de ambos: los Montesco y los Capuleto.
Arrastrados por el torrente de la pasión,
Romeo y Julieta lograrán contraer matrimonio a pesar de las enemistades familiares y de que ella ha sido prometida por su padre al
conde Paris. Lo harán en secreto y contarán con la ayuda del bondadoso Fray Lorenzo para hacerlo. La apasionada conversación que mantienen en el balcón de Julieta la noche previa a la boda es algo que ni los propios enamorados ni los lectores podrán olvidar jamás, quedando en la memoria como escena emblemática de esta obra.
Pero el odio genera maldad, que conduce a la violencia. Y la violencia engendra muerte, que en la parte agredida provoca venganza. Las desgracias se suceden en escalada alrededor de los amantes y Romeo se ve obligado a acatar un fatídico destierro que le aleja de su amada. Las presiones que recibe Julieta para tomar en matrimonio a Paris son cada vez mayores; la situación es insostenible y la joven acude de nuevo a
Fray Lorenzo para solicitar consejo. El fraile trama un plan para ayudar al amor tratando que se decante por él la balanza, pero el destino moverá sus fichas y acabará jugando su propia partida.
El amor entre ambos jóvenes está abocado a la
tragedia. Es un amor imposible desde el día en que nacieron por el infortunio de pertenecer a familias rivales. Desde un principio los
presagios no son favorables y ambos se enfrentan a un
destino aciago que irá acompañado de un desenlace trágico, el más terrible que pudiera acontecer. Es una historia en la que, perdiendo, gana el amor. Una historia memorable, digna de recordar. "Una paz lúgubre trae esta alborada. El sol no mostrará su rostro, a causa de su duelo. Salgamos de aquí para hablar más extensamente sobre estos sucesos lamentables. Unos obtendrán perdón y otros castigo, pues nunca hubo historia más dolorosa que esta de Julieta y su Romeo".