Los renglones torcidos de Dios

A finales del siglo XVIII aparecieron los primeros hospitales psiquiátricos con el propósito de separar a los enfermos mentales del resto de la sociedad; sin embargo, las experiencias sufridas por estos pacientes de aislamientos, maltratados, humillados y sometidos a tratamientos experimentales dieron lugar a una vasta producción literaria de interés social que, junto al periodismo, contribuyó a terminar con tanto atropello a la condición humana en nombre de la ciencia.

Es curioso que muchos escritores, que tomaron su pluma para denunciar, sin miedo, lo que ocurría detrás de los muros de los manicomios, se hayan sometido, voluntariamente, a formar parte de los internos.

En España, Torcuato Luca de Tena ingresó por dieciocho días a un nosocomio de enfermos mentales en Santiago de Compostela y esa experiencia le procuró material suficiente para su novela "Los renglones torcidos de Dios" publicada en 1975.

La protagonista de esta novela, Alice Gould, ingresa por voluntad propia a un sanatorio de enfermedades mentales. Ella está convencida de que, en su calidad de detective privado, ha pactado con el Director del nosocomio para hacerse pasar por una paciente y, de ese modo descubrir la identidad del asesino de un supuesto crimen sin resolver.

El problema se presenta cuando, dicho Director, de regreso de sus vacaciones, asegura no conocerla.  Sin embargo, durante su estancia, sus sólidas argumentaciones y la solidaridad frente a los enfermos genera una inesperada empatía no sólo entre los internos, sino también entre el personal cualificado.

"Los renglones torcidos de Dios" es una novela psicológica con tintes policiales que cabalga entre la realidad y la locura con un final acorde a los vericuetos intrigantes de la trama. Una novela singular, un testimonio de época acerca de los nosocomios mentales de la España posfranquista dentro de una historia de ficción muy bien escrita.