Memoria de la melancolía (1970), de María Teresa León (1903 - 1988) es un testimonio autobiográfico de gran carga lírica, política y emocional. Nacida en Logroño, María Teresa creció en un ambiente intelectual vinculado a la figura de Ramón Menéndez Pidal, lo que marcó desde temprano su vocación literaria. Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y se licenció en Filosofía y Letras, lo que consolidó su compromiso con la cultura y le permitió abordar una gran variedad de géneros: novela, teatro, cuento, poesía, ensayo y guion cinematográfico.
En Memoria de la melancolía, León reconstruye su vida y su tiempo con un estilo íntimo desde la infancia hasta el exilio, forzado tras la derrota republicana en la Guerra Civil española (1936–1939). El resultado de esta experiencia vital es una autobiografía que fusiona lo personal con lo colectivo, la palabra con la historia y la melancolía con la resistencia.
Alejada de la cronología tradicional, esta obra magistral se construye con una prosa lírica que explora emociones y recuerdos, dotando a la narración de una atmósfera especial. León relata las atrocidades de la guerra y las reinterpreta desde una mirada femenina en un mundo literario ampliamente dominado por hombres. Y es que la autora se autodefinió como “la cola del cometa”, metáfora del rol secundario que se vio obligada a desempeñar en su relación con el poeta Rafael Alberti, cuya figura eclipsó su talento y la relegó prácticamente al olvido. Cabe preguntarse si Alberti habría alcanzado la misma altura intelectual sin el impulso de León, y si su obra resistiría hoy la misma revisión crítica que merece la de ella.
Memoria de la melancolía también es una crónica del exilio, vivido como una herida constante y una resistencia frente a las injusticias de la sociedad del momento. León narra con lucidez el dolor del desarraigo y la necesidad de preservar la identidad y la memoria en tierra lejanas. León convierte las ciudades de acogida en escenarios emocionales cargados de significación. Desde Buenos Aires hasta Roma, pasando por La Habana o París, el mapa del exilio adquiere tintes melancólicos, pero también es una oda a la solidaridad por los desterrados, a la esperanza de la resistencia y a la fuerza de la memoria compartida.
Respecto al rol que le tocó vivir como escritora engagée (comprometida), León renunció a su vida para dedicarla al servicio de sus ideales y luchar por una vida más justa. Así, nuestra heroína relata su participación activa en la vida cultural republicana como directora del Teatro de Guerrillas, la organización del Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura y, durante los bombardeos de Madrid, la evacuación de los fondos artísticos del Museo del Prado y del Monasterio de El Escorial.
El título de esta obra no es casual: la melancolía que atraviesa la obra es activa, orientada hacia la comprensión del pasado y su transmisión a las generaciones del futuro. Su testimonio es una defensa del pensamiento libre y una reivindicación del papel de las mujeres intelectuales. La obra, que en su tiempo pasó desapercibida, ha cobrado fuerza y protagonismo como documento clave para revisar la historia literaria y política del siglo XX español.
En definitiva, Memoria de la melancolía es un texto imprescindible por su calidad literaria y su agudeza crítica. Leerla es restituir a María Teresa León el lugar que merece en la historia de la cultura española e hispanoamericana. Leer Memoria de la melancolía es asomarse al alma de una mujer lúcida y valiente que nunca dejó de escribir ni de soñar con un país más justo. Es, además, una oportunidad imprescindible para comprender la voz silenciada de muchas mujeres durante el exilio y redescubrir una figura clave de la literatura comprometida del siglo XX.
Curiosidades: - María Teresa León Goyri fue una escritora de la generación del 27 que cuenta con una producción de una treintena de obras literarias. Sin embargo, probablemente debido a su vinculación íntima con Rafael Alberti (se convirtió en su esposa y colaboró con él en numerosos proyectos culturales) su figura ha estado marginada. En "Memoria de la melancolía" nos dejó unas de las memorias más inolvidables y aclamadas de nuestra literatura.