El libro rojo de Mongolia

Advertencia nº 1. Cuando usted hojee "El libro rojo de Mongolia" lo primero que pensará es: "Pero... ¿esto es un libro o qué carajo es?"

Advertencia nº 2. A continuación, le asaltará la siguiente inquietud: ¿Qué es Mongolia?  La respuesta está en el propio libro: "Mongolia no es una revista, es un país".

Advertencia nº 3. Sin duda se preguntará: ¿Si sigo leyendo este libro me convertiré en mongol? Es posible que usted ya lo sea y todavía no se haya dado cuenta, ya que según "El libro rojo de Mongolia" un mongol es una "persona a la que la estepa política en la que vive ya le tiene hinchados los ponis".

Si además es de los que piensan que "Franco está mortadela" y "España se llena de chorizos" le interesará este libro (o lo que quiera que sea), le divertirán sus dibujos, fotomontajes, artículos y demás contenidos locos. Se culturizará leyendo su "Enciclopedia histórica del mundo mundial". Podrá autoevaluarse con los "Test de religiosidad, de españolismo y de género". Se asombrará ante las "Rarezas del mundo animal, vegetal, político y del manto de la tierra". Podrá orientarse con el "Manual para despistados ideológicos". Conocerá los "Grandes enfrentamientos culturales de ayer, de hoy y de siempre". Recordará las "Efemérides del pasado, de presente y del futuro". Sabrá lo que tomaron los comensales en "El menú de la Última Cena". Disfrutará de jugosas entrevistas a personajes relevantes como Miao Zedong, Reme Descartes, Frankoestein, Wan Gogh, Hiptler, Jim Morrisey, Berto Einstein, Establo Picasso y Karlitos Marx. Y obtendrá respuesta a "Algunas preguntas que se nos pasan por la cabeza... y por las partes de abajo también".

"El libro rojo de Mongolia" es un libro imprescindible destinado a convertirse en "un best seller interestelar", un libro con vocación de perpetuidad, un texto que intenta concentrar en un único volumen todo el saber de la humanidad, un ejemplar que podrá servir de consulta a otras civilizaciones que procedan del espacio exterior para conocer mejor a los humanos. A usted, españolito de a pie, le servirá para echar unas risas y entender cómo hemos llegado a esta situación, a averiguar por qué el Estado (entendido como "forma de organización social, económica y política elegida por la población de un país cada cuatro años para que la CEOE, que gobierna realmente, no tenga que invitar a cenar siempre a los mismos") y la Banca ("conjunto de instituciones dedicadas a cobrarle al ciudadano por no tener el dinero que éste les ha confiado y que ha utilizado para subvencionar partidos políticos para que éstos lleguen al poder y puedan legislar de tal modo que el cobrarle a los ciudadanos por perder su dinero entre dentro del marco legal y vigente") han acabado tratándonos como a Idiotas ("Persona que vota para que represente sus intereses a aquellos que están empleados al servicio de los intereses opuestos").