"El ser humano sometido a la necesidad extrema es conducido hasta el límite de sus recursos, y al infortunio para todos los que transitan por este camino.
Trabajo y salario, comida y cobijo, coraje y voluntad, para ellos todo está perdido. La luz del día se funde con la sombra y la oscuridad entra en sus corazones; y en medio de esta oscuridad el hombre se aprovecha de la debilidad de las mujeres y los niños y los fuerza a la ignominia. Luego de esto cabe todo el horror. La desesperación encerrada entre unas endebles paredes da cabida al vicio y al crimen..."
Jean Valjean lleva prisionero 19 años en la carcel francesa de Tolón sometido a trabajos forzados. Su delito fue robar un pedazo de pan acuciado por la necesidad y los cinco años de prisión a los que fue condenado fueron prorrogándose por intentar evadirse varias veces. Por fin es puesto en libertad, cuando corre el año 1815.
Valjean busca asilo sin éxito en cada localidad por la que pasa y en todos los sitios es rechazado por ser un exconvicto. Al llegar a Digne tiene la fortuna de encontrarse con el
obispo Myriel, un anciano caritativo que confía en la bondad del alma humana y que le ofrece alojamiento desinteresado en su propio hogar. Valjean, convertido en un delincuente amoral y resentido, le paga el favor robándole al obispo las pocas pertenencias de valor que poseía al abandonar la casa a la mañana siguiente. A pesar de lo sucedido, el obispo Myriel protege y declara a favor de Valjean cuando es interrogado por la policía, evitando así que fuera encarcelado de nuevo, a condición de que le prometa que cambiará y se convertirá en una persona honrada.
Este noble acto de perdón hace reflexionar a
Valjean y al poco tiempo decide cumplir su promesa y transformarse en un hombre nuevo. Se traslada al otro extremo de Francia, cambia su nombre por el de
Monsieur Madeleine y emprende negocios honestos con los que logra amasar una fortuna, que usa para favorecer a los habitantes más humildes del pueblo. Se gana el aprecio de sus vecinos y es nombrado alcalde.
"La vida, el sufrimiento, la soledad, el abandono, la pobreza, son campos de batalla que tienen sus propios héroes; héroes obscuros, a veces más grandes que los héroes ilustres".
Jean Valjean es en uno de ellos. Nació y vivió en la pobreza absoluta, era uno de los
miserables, una víctima de la "asfixia social" que parecía estar destinado a la fatalidad; sin embargo, tuvo una enorme fuerza y valentía para cambiar de rumbo. La historia de redención de este hombre, que rescata a varias personas de la miseria y dedica el resto de sus días a ayudar al prójimo (como el campesino al que acusan injustamente, la niña huérfana
Cosette o Mario Pontmeccy) hace posible albergar esperanzas en la salvación del ser humano por el amor y la bondad.
Victor Hugo pretendía "escribir el poema de la conciencia humana" y "fundir todas las epopeyas en una sola grandiosa y completa". Con "
Los miserables" no sólo construyó una obra literaria monumental, creó además una novela capaz de remover el espíritu del lector de cualquier época en lo más profundo de su ser. Esta obra retrata un momento histórico difícil y es, ante todo, un alegato en favor de la humanidad. En el libro subyace un profundo deseo de libertad, justicia e igualdad, cumpliendo esta novela una importante función moral. Con el arma de la palabra se pretende luchar por un mundo mejor.
Hugo sueña con romper las cadenas que degradan a los hombres y "nada mejor que el sueño para engendrar el porvenir. La utopía de hoy es carne y hueso mañana". "
Los miserables" pertenece a la literatura que aspira a cambiar las cosas; como dijo
Victor Hugo, "mientras haya sobre la tierra ignorancia y miseria, los libros de la naturaleza del presente podrán no ser inútiles".