El futuro no se encuentra, se crea. Esta consigna, en apariencia sencilla y con la que en principio todos estaremos de acuerdo, puede servir como puntal sobre el que apoye nuestro entramado emocional.
En los peores momentos es fácil caer en el desánimo, vagar a la deriva y dejarse llevar por los acontecimientos. Pero el futuro no es inamovible y si una persona es capaz de "tomar las riendas de la vida y capitanear su destino", sin duda vivirá mejor. No hay fórmulas mágicas para lograrlo, según el Doctor Mario Alonso Puig la clave está en asumir nuestra "libertad interior" y así, dejando aflorar la grandeza del ser humano, tomar la iniciativa y decir con convicción: "Ahora YO".
Mario Alonso Puig plantea algunas estrategias para conseguir vencer el miedo y mirar al futuro con ilusión y entusiasmo, como un campo lleno de posibilidades; este es el primer paso en la senda hacia la plenitud interior: mirar desde la perspectiva adecuada.
Este cirujano, que posee formación en el campo de la Medicina, la Psicología y la Filosofía, es conocedor de los beneficios que proporciona tener la mente alineada con un punto de mira optimista. En un paciente gravemente enfermo, por ejemplo, los pensamientos de superación se alían con el sistema inmunológico para hacer frente a la enfermedad. Se ha comprobado científicamente que la tristeza produce una mayor secreción de ciertas hormonas en el organismo nocivas para el cuerpo humano, del mismo modo que la alegría genera lo contrario. La conclusión a estas observaciones es que el hombre posee recursos en su interior, que dependen del estado de ánimo y que bien aprovechados pueden serle de mucha ayuda.
Pensamiento positivo, imaginar el futuro con ilusión, centrarse en lo que se puede hacer en lugar de abatirse por los problemas, asumir el dolor como parte de la existencia y actuar para superarlo, sacar de nuestro interior energía para afrontar la vida. Elegir, por encima de todo, lo que otorga verdadero sentido a la vida, lo que nos hace mejores como seres humanos. Mario Alonso Puig desarrolla en "Ahora yo" estos conceptos, favorables siempre y en los momentos críticos hasta necesarios, aportando estrategias que pueden ayudar a producir este cambio de mentalidad. Y nos da un consejo para las situaciones en las que perdemos el rumbo: para volver a orientarnos, tener siempre presente el compromiso con nuestros valores, la verdadera brújula moral del ser humano.