Cuéntame un cuento… pues resulta que era un yinn malvado que no era cien por cien yinn sino que tenía algo de humano y las féminas de su especie no lo aceptaban para matrimoniar, y decidió secuestrar a todas las princesas de todos los reinos, para ello, robó la vida a su hermano, un yinn bueno, y lo obligó a capturarlas para él y retenerlas en un castillo en el aire… Abdullah es hijo de una gran comerciante de alfombras y en herencia obtiene un pequeño puesto de alfombras y una tortuosa relación con la familia de la segunda esposa de su padre y… una profecía que se escribió en su nacimiento y conoció siendo ya adulto, y que lo destinaba a elevarse por encima de todos los hombres… Flor-en-la-Noche es una princesa a la cual su padre tiene retenida en un jardín nocturno porque la profecía que se escribió sobre ella en su nacimiento era que se casaría con el primer hombre al que viera (al margen de su padre, claro está), su padre pretendía un matrimonio con un príncipe y por eso mantenía a su hija oculta a todo lo que significaba vivir. Y Abdullah soñó con el jardín nocturno, y soñó con Flor-en-la-Noche, ¿o no era un sueño…?
Y el resto de la historia en la que intervienen, princesas, príncipes, guerreros, magos, campesinos, alfombras mágicas, genios en una botella, un castillo en el aire, un cocinero tuerto, un perro con aliento maloliente, bandidos del desierto, gatos y una serie casi interminable de personajes con más o menos peso en el devenir de los acontecimientos… tendrán que leerla ustedes.
Diana Wynne Jones (Londres, 1934-2011) es la autora de este mágico cuento para jóvenes y no tan jóvenes (como lo es de otra gran cantidad de cuentos de fantasía), y a través de su visión fantástica de la literatura quiere mostrarnos la forma de crecer como personas creyendo en la magia y buscando así horizontes nuevos con los que progresar en la vida real, en la de carne y hueso. En esta aventura de Abdullah y Flor-en-la-Noche nos va adentrando en más enredos hasta conseguir finalizar la aventura con un final feliz para todos los personajes; muy al contrario de lo que podría pensarse, las princesas no tienen un papel secundario en la trama; aunque el personaje principal es el joven comerciante de alfombras el final del cuento no existiría sin la intervención de las princesas (jóvenes y mayores) y de las magas; entre todas urden un plan para liberarse del yinn malvado (que solo busca la aceptación para poder encontrar esposa o… esposas) y en este plan Abdullah termina siendo un mero peón cuya fuerza física se presenta igual a la de Flor-en-la-Noche. Así que, no hay lugar, creo, a descartarlo por ser un cuento de princesas al uso…
Quién no necesite magia en su vida de vez en cuando, que tire la primera piedra; y tan buena es la magia «real» como la que puede salir de las páginas de un libro tan estupendamente hilvanado como "El castillo en el aire" de la autora de "El castillo ambulante" (primer libro de una trilogía, de la que este que nos ocupa es el segundo, pero que no guardan un hilo inseparable de lectura) y que está inspirado en "Las mil y una noches".