Biografía:
Manuel Cruz es catedrático de Filosofía en la Univesitat de Barcelona. A su vez trabaja como investigador en el Instituto de Filosofía del CSIC y es director de la revista Metrópolis en Barcelona. Dirige también colecciones de pensamiento en las editoriales Herder y Paidós y es colaborador habitual de varios diarios españoles y argentinos.

Defiende la visión de la filosofía como "tarea de pensar", cuya misión sería la de aportar herramientas racionales para construir la vida en común y evitar que ésta derive hacia el absurdo. Para ello acude como a un vivero a la historia de la filosofía y en especial a la filosofía contemporánea.

Manuel Cruz recibe el Premio Anagrama de Ensayo en 2005 por el libro "Las malas pasadas del pasado" y el Premio de Ensayo Espasa 2010 por su obra "Amo, luego existo".
Curiosidades:
- Se define como "reformista de izquierdas: es decir, casi un radical" y un "agnóstico convencido".
Obras principales:
Amo, luego existo (Manuel Cruz)-Trabalibros
Filosofía de la historia (Manuel Cruz)-Trabalibros
La tarea de pensar (Manuel Cruz)-Trabalibros
Las malas pasadas del pasado (Manuel Cruz)-Trabalibros
Menu degustación (Manuel Cruz)-Trabalibros
Pensar por pensar (Manuel Cruz)-Trabalibros
CITAS, FRASES, DECLARACIONES Y POÉTICA:
- "En la filosofía occidental, el amor es energía y carencia".

- Sobre el papel de la filosofía: "Me conformaría con que fuera capaz de jugar algún papel, esto es, que sirviera para introducir algún tipo de racionalidad y sensatez en una situación que está derivando crecientemente hacia el absurdo, sin más criterio de sentido por parte de quienes tienen poder que el cálculo electoral a corto plazo".

- "Vivir en sociedad es entrar en un entramado de colaboraciones, aportaciones e intercambios en el que unos, casi por ley de vida, se benefician y otros no esperan nada a cambio. Aceptar tal cosa no le coloca a quien lo hace en una posición de desdoro alguno".

- "El filósofo percibe aquello que también es perceptible por el común de los mortales, sólo que, en el mejor de los supuestos, repara en aspectos que a éstos se les escapan. Lo que, sin duda, no puede dejar de percibir el filósofo es ese profundo desorden constituyente que parece estar en el origen del sinfín de injusticias, violencias y contradicciones en el que vivimos inmersos".
subir