Trabalibros entrevista a Santiago Álvarez, autor de "El jardín de cartón"

lunes, 20 de marzo de 2017
"El humor es una de las cosas más serias de este mundo".
Santiago Álvarez nació en Murcia pero reside en Valencia desde 2001. Es Director de Contenidos del festival de género Valencia Negra e imparte de forma habitual talleres de escritura creativa, además de cursos de Scrivener, un software específico para escritores. Ha escrito, protagonizado y dirigido musicales y obras dramáticas y ha grabado discos con distintos grupos musicales. Se inició en su carrera como escritor con relatos, recibiendo premios por muchos de ellos en varios certámenes.

Bruno Montano de Trabalibros tuvo la ocasión de conversar con él sobre su primera novela titulada "La ciudad de la memoria" (aquí la entrevista) y ahora lo hace sobre "El jardín de cartón" (editorial Almuzara), su nueva novela protagonizada por el detective Mejías y su ayudante Berta que contiene una historia cargada de reflexión, crítica social y humor surrealista que a veces raya en el esperpento, cuya trama se desarrolla en un escenario muy particular: las Fallas de Valencia.

El jardín de cartón (Santiago Álvarez)-Trabalibros- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.).: Especulación inmobiliaria, desahucios, corrupción, abusos de poder, perversas asociaciones entre banca, empresa y política, “El jardín de cartón” retrata realidades por desgracia muy habituales en nuestro país. Sin ser una novela de corte social o político, ¿has pretendido denunciar una situación a todas luces intolerable en nuestro país?

- Santiago Álvarez (S.A.): Es que uno no puede dejar las cosas correr. En uno de mis paseos por Valencia tropecé con una plaza donde estaba en marcha un proceso de desahucio en un edificio del siglo XVIII, sobre una familia que llevaba 50 años viviendo allí. Seguí el tema por la prensa y vi que se resolvía de la peor manera posible. Ante cosas así, un narrador no puede quedarse indiferente. Así que una de mis tramas nació de la necesidad de dar voz a aquella gente que perdía su hogar merced a unos tiburones siempre ávidos de euros y cemento.


- B.M.: Por boca de Fausto, artista fallero y uno de los personajes secundarios más interesantes de la novela, hablas de la “España domesticada” que transige y es cómplice de los atropellos de los poderosos, de la España “que se caga en los pantalones antes de revelar la injusticia”. ¿Callar es colaborar?

- S.A.: Completamente. Callar, mirar para otro lado, decir que esto no va conmigo, que tengo que conservar mi puesto de trabajo… Por supuesto que es difícil otra elección, pero si hacemos como si no fuera con nosotros, somos cómplices, de alguna manera nos estamos vendiendo. Y, obviamente, nos están comprando. Si todos tuviéramos claro este asunto, sabríamos que cuando necesitemos que otros nos defiendan, nunca estaremos solos. Es muy fácil señalar a los malos como la gente que ocupa los grandes despachos y tomas las decisiones, pero no son los únicos. Encogerse de hombros no proporciona la absolución. 

07.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros
- B.M.: "El jardín de cartón" transcurre durante la gran semana fallera valenciana, fiesta que Fausto conoce muy bien y a la que, según él, no se puede criticar porque "mezclar en sentido crítico con la defensa de las esencias de un pueblo es imposible". Pero hacer autocrítica y reírse de uno mismo y de sus propias esencias culturales no debería estar reñido con el cariño y el respeto hacia las mismas y debería poder hacerse con total libertad. ¿Estarías de acuerdo?

- S.A.: La libertad de elección –y por lo tanto el derecho a equivocarse- debería ser una de nuestras grandes cuestiones. Lo que no podemos es centrar el córner y rematarlo. Para poner en tela de juicio ciertos valores uno debe colocarse de manera independiente de ellos, si no es imposible tener un criterio crítico. Y la literatura no debe ser autocomplaciente y apologética; nuestras historias deben ser revolucionarias, poner en duda lo que creemos como establecido. El problema es que nos cuesta ser independientes. Ese, en el fondo, es uno de nuestros mayores problemas: pertenecemos a un bando, y tomamos decisiones para defender el nuestro y atacar al enemigo. Eso ocurre en nuestro trabajo, en política, en cualquier organización de nuestra sociedad. Todo lo que cuestiona a mi bando es el enemigo. Si cuestiono mi bando soy débil y no siento los colores. Creo que tenemos una grave carencia de autocrítica en general como sociedad, y eso nos impide avanzar a mayor velocidad.02.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros

- B.M.: "Cuando uno está jodido se inclina hacia el mal", confiesa el detective Mejías al Padre Damián en un intento por justificar la ruptura de sus códigos profesionales acuciado por un grave problema económico. ¿La verdadera heroicidad es la integridad ética y la fidelidad a uno mismo?

- S.A.: Me gustaría afirmar que hay que ser íntegro, siempre heroico. El problema es que somos seres humanos, tenemos debilidades, y todos tenemos un precio. Creo que no hay que avergonzarse de que algunas cosas nos tienten, eso es que estamos vivos. Oscar Wilde decía: “Puedo resistir cualquier cosa salvo la tentación”. La cuestión no es si podemos o no ser completamente íntegros. La cuestión es saber qué es lo que vamos a hacer cuando ciertas fuerzas nos pongan al borde del precipicio. Porque ese momento, tentados por un ascenso, por conseguir un trabajo, por conservar el nuestro, por dinero, por amor o por otras cosas, llegará.

- B.M.: Mejías recupera cosas, encuentra personas y jamás se rinde. No cree en los milagros ni en los fantasmas, sólo cree en los hechos y en el cine de Humphrey Bogart. Como los buenos detectives no suda ni llora, sólo sangra. Tiene una profunda herida que le hace ser quien es, herida que quizás sólo conozca César, el barman de "La cara oculta de la luna". ¿Sabremos alguna vez cuál es esa herida? ¿Quizás alguna mujer?

- S.A.: Para los hombres, suele ser así. Muchos crecimos con un concepto sagrado de lo femenino, que en el fondo nos ha perjudicado mucho en nuestra vida. A mi me separaron demasiado pronto de las chicas en mi educación y me devolvieron a ellas en plena adolescencia. Eso no ayudó a que mi generación las tratara como iguales, cosa que ya estamos empezando a corregir. Mi detective no es ajeno a eso. Y con respecto a su herida, en algún momento, Mejías tendrá que abrir esa puerta que tan poco le gusta recordar.

03.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros- B.M.: El pasado sigue caminando al lado de tus personajes, interpelándolos, condicionándolos, sorprendiéndolos, afligiéndolos, atormentándolos. Nadie puede escapar de su pasado, aunque al menos sí puede reinterpretarlo para aligerar su peso. ¿Negociar con el pasado permite equilibrar el presente y redefinir el futuro?

- S.A.: El pasado es implacable. Veo complicado negociar con él. Lo que hicimos está escrito en mármol, por mucho que tratemos de cambiarlo y nos engañemos sobre ello, algo vendrá a recordarnos lo que pasó. Sin embargo, una de las características de los humanos es esa, negociar con el pasado, tergiversarlo, enterrar una parte y sacar solo la que más nos agrada. A veces es al revés. Con el pasado, más que negociar, lo que requiere es un armisticio: hay que hacer las paces.


- B.M.: En tu primera novela "La ciudad de la memoria" a través del diario de uno de los protagonistas hacías un breve retrato de la Valencia de la guerra civil y de la posguerra. En "El jardín de cartón" usas también un diario personal para hacer lo mismo con la Valencia del siglo XIX. Estos viajes al pasado son fundamentales en tus tramas, pero teniendo en cuenta tu trayectoria en la radio, ¿hay también un interés en tus novelas por divulgar la historia de Valencia?

- S.A.: No exactamente. La divulgación de la historia de esta ciudad es más bien una consecuencia. Mi pasión por el pasado valenciano responde a estímulos más universales: esta tierra a veces me parece un amplificador de los sentimientos corrientes, donde lo mejor y lo peor de nosotros mismos se vuelve una disputa turbulenta. En la exploración de ese apasionante conflicto, encuentro símbolos que me parece adecuado recordar al lector, para que aquellos no se pierdan en las arenas del tiempo. Lo que sí es cierto es que la documentación sobre el pasado de Valencia, que al principio era una herramienta para usarla en mi narrativa, se ha acabado convirtiendo en una verdadera afición. Sé mucho más de Valencia que del pasado de mi propia ciudad, por ejemplo.

05.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros
- B.M.: A Mejías le gustaría ser un personaje de ficción, que su vida fuera una película de Hollywood que no tuviera fin, porque sabe que “los héroes de celuloide nunca mueren”, que “los héroes de celuloide nunca sienten dolor”. Pero él no es así, es un hombre descabellado en un mundo descabellado que ejecuta planes descabellados, un hombre que siente dolor y que puede morir. Su vida sigue una lógica casi pato-lógica que le hace caminar siempre al borde de la autodestrucción. Mejías es un antihéroe heroico, un personaje muy literario y a la vez muy humano. ¿Esta sería una de las claves para crear un buen personaje de ficción?

- S.A.: Creo que un personaje de ficción debe responder a la voluntad del autor para abordar ciertas cuestiones y, a este respecto, para mí Mejías es perfecto. Necesitaba un vehículo para plantear narrativamente ciertas cuestiones que me interesan: el peso del pasado, la relación entre la realidad y la ficción, la anticuada estética del héroe en nuestro tiempo. Creo que es un error usar todo lo que uno sabe para contar una historia, porque al final nuestra persona contamina la historia y realmente mi personalidad no interesa a nadie. Es necesario buscar temas universales, que interesen a la gente. La clave es conectar lo humano con lo literario, y no mantener la ficción y la realidad en compartimentos estancos.  Yo encontré que este tipo, Mejías, hundido en el cine negro clásico como un moderno Alonso de Quijano, era ideal para abordar mis temas, y me he empeñado en empaparlo en esa ficción idealista.


04.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros
- B.M.: Mejías y Berta, su fiel compañera, siguen aprendiendo mucho el uno del otro. Se compenetran muy bien como investigadores, pero cada vez se necesitan más en lo humano, en su evolución como personas. ¿El conocimiento de uno mismo pasa por el conocimiento del otro? ¿Es el otro el espejo que mejor nos refleja?

- S.A.: Cada uno de ellos es una paradoja en si mismo: Mejías vive en el pasado y es, por tanto, un conservador, pero también es un rebelde. Berta es idealista y moderna, pero tiene una educación rural que la determina. Son, por tanto, personajes muy diferentes entre sí, tanto que cuanto más viven juntos más se comprenden, y más claro ven que nadie más les comprenderá de la misma manera. Así que me temo que, de alguna forma, están condenados el uno al otro. Y la transferencia entre ambos funciona: Mejías está aprendiendo a trabajar con otras personas, a hacer algo por los demás sin esperar nada a cambio; Berta, por su parte, está descubriendo lo áspero y amargo que es este mundo, pero que también se puede pelear contra eso.

06.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros
- B.M.: Torrente Ballester decía que el humor es una forma lúcida de minar la seria realidad, de administrar sabiamente el escepticismo, de relativizar los problemas y de lograr que lo trágico derive hasta donde se pueda en tragicómico, que el artista con verdadero sentido del humor percibe de manera más profunda la realidad ya que comprende su esencia grotesca. ¿Inscribirías tu novela en esa gran corriente grotesca e incluso esperpéntica de nuestra tradición literaria?

- S.A.: Yo diría que el humor es una de las cosas más serias de este mundo.

01.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros
- B.M.: Luis Mateo Díez afirma que el autor de ficciones hace, en lo ajeno, en lo extraño o en lo extranjero, todas sus conquistas y todos sus descubrimientos. ¿Qué has descubierto tú gracias a Mejías?

- S.A.: Es un crecimiento contante y creciente, tanto que es difícil percatarse de él, como siempre que uno aborda seriamente la ficción. Mejías me ha enseñado a mirar el pasado de otro modo y a cuestionar las reglas del presente. Y sobre todo, me enseña el valor de la audacia, algo que falta mucho en este mundo. Somos muy cómodos, aceptamos la fatalidad con una naturalidad pasmosa y horrible. Debemos ser más audaces y apostar más. Al fin y al cabo, solo tenemos una vida para ello.
 
Desde Trabalibros agradecemos a Santiago Álvarez el tiempo que nos ha dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas, felicitándole por la publicación de la segunda entrega protagonizada por el detective Mejías y a su fiel acompañante Berta, una de las parejas de investigadores más personal y carismática de la novela negra contemporánea española.
El jardín de cartón (Santiago Álvarez)-Trabalibros Santiago Álvarez 08.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros 09.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros 10.Bruno Montano entrevista a Santiago Álvarez-Trabalibros
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