Amnesia

Yusdel Ibañez Bueno
-Victoria, Victoria!
Así gritaron los soldados cuando entraron triunfantes en la ciudad. Sus familiares y el resto de los habitantes celebraron con júbilo el especial momento. Consignas y canciones patrióticas se escuchaban por doquier. Y mientras esto sucedía, el único soldado huérfano yacía muerto en el campo de batalla.
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