El ángel de mis demonios

Una sonrisa, una mirada, un roce, un sentimiento que aflora en mi pecho. El cielo cada vez más azul, nubes de algodón y una brisa fresca de verano que me hace sentir libre de nuevo ¿He encontrado al fin la calma y el sosiego que tanto ansiaba encontrar? Quizás es algo pasajero, efímero, pero tengo que disfrutar de la pequeña tregua que me ha concedido el infierno, quizás no es más que el cruel diablo mofándose de mi ingenuidad al pensar que esto puede durar más, para luego llevarme entre sus garras a mi calabozo infernal. Pero el diablo no sabe que yo habré ganado, porque he vuelto a ver el sol más resplandeciente y el cielo más azul, porque ahora sé que la vida tiene más color, que aprovecharé cada pequeña tregua que me dé para llenar mis pulmones de aire puro y recordar que todavía hay esperanza para este alma maltrecha. Porque el diablo ha pecado, al permitir que me dé cuenta de que eres el ángel de mis demonios.