Imre Kertész fue capturado por los nazis a los quince años de edad. Los tres años que resistió en el infierno marcaron el resto de su vida a todos los niveles. Supo utilizar el dolor y el horror para mejorar como persona y madurar como escritor. Este superviviente de campos de concentración nazis como Auschwitz y Buchenwald hizo de su terrible experiencia el eje de su obra y recibió en 2002 el Premio Nobel de Literatura. La Academia sueca supo valorar "una obra que conserva la frágil experiencia del individuo frente a la bárbara arbitrariedad de la historia". Su mejor novela, "Sin destino", tiene tintes autobiográficos y está protagonizada por un adolescente atrapado en Auschwitz.
Rudyard Kipling, viajero infatigable, sentía una auténtica necesidad de escribir. Autor de poemas y cuentos, prueba suerte con la novela, pero no será hasta la publicación de "El libro de la selva" cuando reciba el reconocimiento que merece. La muerte de su hija Josephine a los seis años de edad, tras contraer ambos pulmonía en un viaje a Estados Unidos, se convirtió en el infierno personal de este autor que recibía el Premio Nobel de Literatura en 1907.
Carson McCullers es, incluso hoy en día, una escritora poco conocida. Sin embargo, los críticos a menudo la comparan con
William Faulkner y es considerada la mejor autora estadounidense del siglo XX. Su obra maestra, "El corazón es un cazador solitario", se ha convertido en un clásico de la narrativa contemporánea que revolucionó el panorama literario norteamericano y se convirtió inmediatamente en una de las obras capitales de la narrativa. Esta escritora olvidada, menospreciada en vida por el hecho de ser mujer, tuvo que sobrellevar el suicidio de su madre y una existencia marcada por la enfermedad y el dolor hasta que a los cincuenta años murió a causa de un cáncer.
Buceando en la historia de la literatura no es difícil encontrarse con escritores malditos y escritoras olvidadas. En "
El séptimo círculo del infierno"
Santiago Posteguillo homenajea a autores que sufrieron en sus propias carnes el exilio, la censura, la enfermedad, el hambre, la pérdida de un ser querido, las guerras, el KGB, la Inquisición, el régimen nazi, el gobierno chino... Artistas de la pluma que supieron aprovechar el dolor y engendraron obras maestras, a pesar de haber vivido en el infierno, o quién sabe, tal vez a causa de ello.