Mario Vaquerizo es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Su personalidad polifacética ha provocado que trabajara profesionalmente en distintos ámbitos. Como periodista ha colaborado en distintas publicaciones de prensa escrita (El País de las Tentaciones, Vanidad, Rolling Stone, La Razón...) Se dedicó a la promoción de grupos musicales, entre los que se encontraba Fangoria, y ejerció de mánager de actrices como Elsa Pataky y agente de prensa del grupo musical Dover y de Leonor Walting. Es el cantante del grupo pop español Nancys Rubias y recientemente ha creado los Ramonsters, un nuevo proyecto musical tributo a los Ramones. Por otra parte, participa desde hace años en programas de televisión y radio.
Mario Vaquerizo escribió la primera biografía oficial de Alaska y publicó en 2012 un libro titulado "
Haciendo majaradas". Dos años después, en 2014, presentaba un nuevo libro llamado "Fabiografía" en el que homenajea a su admirado y querido Fabio McNamara realizando una biografía del que fue uno de los personajes más emblemáticos de la Movida madrileña.
Bruno Montano de Trabalibros tuvo la ocasión de entrevistarle con motivo de la publicación de "Fabiografía" (
aquí la entrevista) y vuelve a encontrarse de nuevo con Mario para conversar sobre "
Vaquerizismos" (ed. Espasa), su nuevo libro, en el que vuelca su filosofía de vida reflejando su inconfundible personalidad.
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Bruno Montano,
Trabalibros (B.M.): La última vez que hablamos me comentaste que "Haciendo majaradas, diciendo tonterías" lo escribiste con la condición de que luego la editorial te permitiera escribir un libro sobre Fabio McNamara, que era lo que realmente tú querías. Ahora has escrito un tercer libro titulado "
Vaquerizismos". ¿Cuál ha sido tu motivación? ¿Le vas tomando gusto a la escritura o es que, como John Waters, piensas que "tener otra profesión nunca viene mal"?
- Mario Vaquerizo (M.V.): Un poco por todo. Por un lado, yo pienso que es de bien nacido ser agradecido y el regalo que la editorial Espasa me hizo permitiéndome escribir "Fabiografía" se lo quería devolver. Lo cierto es que, cuando vuelven a encargarme un nuevo libro, en un primer momento no tenía claro si me apetecía volver a escribir. Pero, por otro lado, cuando les pregunté cómo querían el libro me dijeron que me daban total libertad para hacer lo que quisiera. Esa es la suerte que yo tengo y es algo que no solamente me pasa en el terreno literario, sino también en la televisión, en la radio, etc. Siempre quieren que sea Mario Vaquerizo, con lo cual para mí es muy fácil. Y después también es verdad que le he pillado el gustillo a escribir.
Es que me gusta escribir. Lo que ocurre es que, como explico en el prólogo, siempre he tenido pudor a que terceros, sobre todo los corporativistas o los dogmáticos, pudieran considerar que yo pretendía tener una carrera meteórica en el plano literario. Algo que, por otra parte, sin pretenderlo estoy consiguiendo y eso es algo que me llena de satisfacción. Y, por otro lado, claro que me parece muy importante tener varias profesiones, así cuando te falla una tienes otra. Porque en el fondo yo no soy corporativista, soy polifacético. Es algo que va en mi naturaleza, en mi ADN va ser polifacético. Me gusta hacer televisión, me gusta escribir, siempre tratando de hacerlo de la forma más profesional posible. Pero del mismo modo en que quiero ser profesional cuando soy amante, cuando soy hijo, cuando soy amigo o cuando soy estudiante. Entonces, bueno, lo hago a mi manera, creo que no lo hago del todo mal y sí es cierto que me gusta mucho escribir. Pero claro, la profesión siempre va unida a una compensación económica.
En este caso yo no busco compensación económica cuando escribo un libro porque es un extra para mí, pero sí ocurre con estos libros que al final me acaban dando mucho dinero porque se acaban vendiendo, con lo cual obtengo una doble alegría. Pero, resumiendo la respuesta a tu pregunta, sí me gusta escribir. Y me gusta porque es una forma de descubrirme a mí mismo, de ponerme a reflexionar; a veces empiezo a rememorar vivencias de mi infancia y acabo reflexionando sobre temas universales, como pueden ser la muerte, el amor, la amistad... En mi día a día, si no me hubiera puesto a escribir no me habría puesto a pensar en estas cosas.
- B.M.: Claro, escribir es una forma de organizar las ideas, de organizar tu pensamiento. Muchos escritores confiesan que su forma de pensar realmente es escribir.
- M.V.: Sí, porque muchas veces estás sumergido en la vorágine del día a día y, si no te encierras tú solo y te pones a escribir, no reflexionas sobre cosas importantes. También me pasa mucho cuando estoy con vosotros; por eso me gusta mucho hacer promoción, siempre me resulta muy terapéutico. Me hacéis una serie de preguntas que me hacen pensar. Escribir, de algún modo, es mantener una conversación con uno mismo y de las conversaciones se aprende mucho, con lo cual, bienvenido sea.
- B.M.: Obtienes feedback, tienes un contraste.
- M.V.: Claro, por supuesto. Y sobre todo que en el día a día, en el momento en que yo me encuentro ahora, muchas veces ni pienso. He estado unos cuatro meses escribiendo este libro. Habían semanas que le podía dedicar mucho tiempo y semanas que le podía dedicar menos. La idea era haber empezado hace un año y entregar un capítulo por mes, pero eso es difícil hacerlo porque al final siempre acabas haciéndolo, no deprisa y corriendo, pero sí con el timming muy pegado. Empecé en Octubre y me encantó, me gusta mucho escribir. Ahora estoy dándole vueltas a ver qué hago en el libro siguiente, me gustaría escribir otra biografía, pero todavía no sé de quién.
- B.M.: ¿No te apetece escribir ficción?
- M.V.: No, no estoy capacitado. No tengo capacidad para dotar de dimensión psicológica a los personajes. Mi estructura es muy directa, muy clara, muy sencilla. Sí es cierto que, a veces, hablo sobre algún tema y luego la gente me comenta que lo que he dicho ellos también lo habían pensado, pero no sabían cómo verbalizarlo. Pero no, escribir novela no me interesa, me parece más apasionante escribir sobre las vivencias que yo he tenido.
- B.M.: Eso que comentas es la meta de todo escritor: convertir su pensamiento en algo universal, un texto que, después de leerlo, el lector pueda pensar que le concierne personalmente.
- M.V.: Ese es el mejor regalo que te pueden hacer. Por ejemplo, sobre el capítulo "Morir de amor", el otro día en una promoción en Barcelona una chica de Producción me dijo: "Mario, muchísimas gracias por haber escrito ese artículo -que en realidad es un capítulo de "Vaquerizismos"-, porque me he dado cuenta de que al final nadie nos morimos de amor y eso es algo que yo nunca me había planteado". Ella acababa de pasar por una ruptura y leerlo le ayudó. Tampoco mi afán es el de aleccionar a nadie.
- B.M.: "Vaquerizismos" no es un libro de autoayuda.
- M.V.: No es de autoayuda, ni trato de aleccionar ni de imponer a nadie nada, porque a mí como no me gusta que me hagan eso, tampoco pretendo hacerlo. El libro está ahí para que quien quiera lo lea y quien no, no lo lea, pero es verdad que es muy gratificante como autor que te digan cosas así.
- B.M.: No quieres aleccionar, pero elaboras 32 mandamientos. Aunque por otra parte el último, que es una especie de fórmula de cierre, dice textualmente: "Si no te convence ninguno de estos postulados, no los sigas".
- M.V.: Sí. En el fondo los mandamientos conllevan un dogma y yo estoy en contra de los dogmas. Yo creo que, más que nada, son postulados. Lo que pasa es que yo hice el juego con los "mandamientos chochonis" de Fabio y de las Costus. En el fondo, esos mandamientos, postulados o enunciados no dejan de ser un reflejo de mi personalidad.
- B.M.: Exacto, eso mismo iba a decirte. Si fundes los 32 mandamientos, sale Mario Vaquerizo.
- M.V.: Por eso al libro le llamo "Vaquerizismos", que es un nuevo "ismo".
- B.M.: ¿Y qué es exactamente ese nuevo "ismo"?
- M.V.: Yo lo resumo en estas cosas: tratar de ser feliz, lo que quieras para ti lo quieres para los demás (que en el fondo es una filosofía heredada del cristianismo)...
- B.M.: Es similar a "Ama al prójimo como a ti mismo", que es el mandamiento de cierre de los 10 mandamientos cristianos.
- M.V.: Claro, justo. También tener la capacidad de reírte de ti mismo, pero a la vez tomarte muy en serio y, por último, acabar con la dictadura que nos ha tocado vivir en este siglo XXI, que es la dictadura de lo políticamente correcto. Es una censura y un fascismo y estoy en contra de todo eso. A veces me veo muy imposibilitado para poder manifestar determinadas ideas que tengo por el miedo a que me puedan tachar de una cosa u otra. Y eso es lo que más me cabrea, fíjate que yo no soy nada comprometido ni reivindicativo, pero según van pasando los años me voy dando cuenta de que eso de lo políticamente correcto coarta la libertad de expresión. Y yo creo mucho en el derecho a expresar libremente lo que cada uno piense, siempre con respeto y educación, por supuesto. Pero a veces ni siquiera te lo permiten, porque te condenan al ostracismo. Los dogmas políticos, religiosos, etc., han perjudicado a muchas civilizaciones y a muchas culturas.
- B.M.: Los dogmas encorsetan, amputan y no permiten el desarrollo.
- M.V.: Así es. Por eso escribo también sobre la transversalidad, porque no todo es blanco y negro. A veces hay dos cosas que te gustan, ¿por qué tienes que decantarte por una o por la otra, si en las dos encuentras cosas gratificantes? Me refiero, por ejemplo, al plano político. Hay cosas de la derecha que me espantan y aborrezco y hay otras propuestas que no las veo del todo mal. Y con la izquierda me pasa lo mismo. Pero se supone que tienes que estar en un lado o en otro.
- B.M.: Claro. Ser transversal es tener la capacidad de poder hacer cosas antagónicas al mismo tiempo.
- M.V.: Sí, cosas que, aunque sean antagónicas, te pueden estar produciendo satisfacción y bienestar. Si, por ejemplo, lo llevamos al plano musical, a mí me encantan los Ramones y me encanta Raphael. Y es que disfruto de los dos.
- B.M.: Y puede ser perfectamente compatible una cosa con otra.
- M.V.: Pero los dogmáticos, que en el fondo son unos incultos porque tienen orejeras puestas y no quieren escuchar otra cosa, no lo ven así. Yo he creado recientemente el grupo Ramonsters, que es un grupo tributo a los Ramones, y lo he hecho con Manolo UVI (un punk de los 80, una institución aquí), un chico que se llama Rafa PPM del grupo PPM de Granada y con Enrique Bastante de Gabinete Caligari. Pues todo el circuito del rock más purista han condenado al ostracismo a ese grupo, ni siquiera se han dignado a escucharlo por el hecho de que está en él Mario Vaquerizo y es una Nancy Rubia. La gente es muy prejuiciosa y no entiende nada de eso. A mí me dan pena, o es que no tienen la suerte de tener el ADN marciano que tengo yo y que me permite tener capacidad de poder disfrutar de todo a la vez aunque sea antagónico. Como digo yo siempre, soy capaz de irme con Cuqui Fierro a merendar y después irme a una barraca a bailar bakalao. Es que disfruto con las dos cosas.
- B.M.: Te voy a leer un verso de
Walt Whitman. A él también le acusaban de eso. Él decía: "¿Me contradigo? Pues bien, me contradigo. Soy vasto, contengo multitudes". Es un verso que pertenece a "
Canto a mí mismo", un libro fantástico que te recomiendo.
- M.V.: Claro, pero si es que el ser humano está hecho de contradicciones. El ser humano lo que tiene que tratar es de ser dueño de sí mismo, yo creo que es lo que tenemos que perseguir todos, ser dueños de nuestra vida. Y nuestra vida estará llena de contradicciones, porque no somos robots. Los robots no tienen contradicciones, se estropean. Y tampoco tienen personalidad, los programa una tercera persona y si no hay nadie detrás no son nada. Yo aspiro a autoprogramarme yo mismo, con mis defectos de fábrica y con lo que sea. Porque para mí no son defectos, lo que los demás pueden considerar defectos a mí me hacen sentirme más seguro. Alguien dijo que la naturaleza está llena de imperfecciones.
- B.M.: Y de las imperfecciones surge lo nuevo. Una mutación, por ejemplo, es una imperfección y son las mutaciones las que permiten avanzar a la especie.
- M.V.: Claro. Es que yo estoy en contra del inmovilismo. Y los dogmas inmovilizan. Y el miedo paraliza. Yo lo veo tan claro que creo que todo el mundo piensa así, pero cuando salgo un poco de mi círculo, de mi arca de Noé en la que estoy instalado, me doy cuenta de que no es así.
- B.M.: O, si lo piensan, no se atreven a decirlo.
- M.V.: Pues que vaya siendo hora, porque no hay que tener miedo a nada. Ya te digo, siempre sin faltar al respeto y con muchísima educación.
- B.M.: Entonces, Mario, el "
vaquerizismo" sería, como dices en tu libro, "una actitud vital". Afirmas que sólo vive el que tiene una actitud vital, que tener actitud es fundamental y que "sólo sobrevivirá aquel que, más allá de los reconocimientos de terceros, cree en su propia historia, lucha por ella y por todo aquello que le interesa".
- M.V.: Tener una actitud ante la vida es fundamental. Yo no digo que sea una u otra, la que sea. Pero hay que tener una actitud vital ante la vida. Y hay que buscar el reconocimiento en uno mismo.
- B.M.: Sobre todo me ha gustado el último capítulo de tu libro, el que titulas "Welcome to the freak show", porque en él haces un elogio de lo único, de lo diferente, de lo singular. En este capítulo haces referencia a una serie de personas muy curiosas que pueden representar de alguna manera la sal y la alegría de la vida. ¿Qué aportan ese tipo de personas tan particulares?
- M.V.: A mí me produce mucha riqueza esa condescendencia que hacen ese tipo de personas a las que se denomina con el término "friki", que me parece horroroso.
- B.M.: Llamarles friki es casi como un insulto para mucha gente.
- M.V.: Claro, pero si nos atenemos a la acepción original del término "freak", que viene del inglés y significa raro, diferente, especial, entonces yo quiero ser un "freak", porque la normalidad que veo a mi alrededor no me gusta absolutamente nada. Y los ejemplos que pongo con esas personas a las que consideran "frikis", que muchas se dieron a conocer con la explosión de "Crónicas marcianas" y la llamada telebasura (que a mí tampoco me parece telebasura, porque la televisión te puede gustar más o menos pero es televisión, basura sólo hay en los contenedores) se trata de personas que son dueñas de sí mismas, que han decidido ser lo que han querido más allá del reconocimiento de los demás y de las adversidades que han tenido.
El "Pozí", por ejemplo, quería ser así y olé por él, es dueño de su vida, no se ha sometido a nada. Si a Dalí le hubiera tocado vivir en este momento le hubieran tachado de ser un friki total. Y Dalí habría participado en "El perro andaluz" y en "Crónicas marcianas" como participaba en su momento de la publicidad y de todo tipo de cosas. Y lo mismo pasaría con la pintora surrealista Maruja Mallo. Pues bueno, si todos esos son "freaks", yo también quiero ser "freak".
- B.M.: Un "freak" también sería lo que llamas en tu libro un "cuadro ladeado".
- M.V.: Sí, ¿quién no tiene en su casa un "cuadro ladeado"? ¿Tú no conoces a Estrellita la Cachonda de Cádiz? Pues búscala en YouTube porque es maravillosa. Se debe tratar a esas personas con respeto, por eso yo me decanto más por Jesús Quintero que por Javier Sardá, que hizo un uso respetable, pero que a mí me permitía disfrutar menos de estos personajes únicos, no les dejaba ser ellos. Les mediatizaba y les dirigía. Si ellos querían estar mediatizados bienvenido sea, pero yo creo que se disfrutaba más con el tratamiento que hacía Quintero.
- B.M.: Es que Quintero también era un periodista "freak" y tenía un estilo totalmente personal.
- M.V.: También, claro. Totalmente personal, totalmente al margen. Y hacía programas que te dejaban embobado. No sé si habrás visto, por el año 85, "El loco de la colina". La entrevista que le hace a Lola Flores en este programa es sublime. Consigue que Lola Flores se abra en canal y mediante una conversación logras conocer a fondo a esa persona. Ahí es donde está la verdadera esencia.
- B.M.: Cara a cara, sin artilugios.
- M.V.: Sin nada, con un cigarro y mirando a los ojos. Y reconociendo que se ha drogado, hablando con total sinceridad. Lola Flores era otra "friki". Por Dios, me quito el sombrero ante esa señora. Por eso quise cerrar el libro con este capítulo. Y además yo terminé el libro en Noviembre o Diciembre y al poco tiempo murió David Bowie. Le dediqué el libro con una de sus frases, que es maravillosa: "Podemos ser héroes aunque sea por un día".
- B.M.: Esta es la cita inicial con la que das comienzo a "
Vaquerizismos".
- M.V.: Así es. Esta frase quiere decir que seremos siempre nuestros propios héroes.
- B.M.: En tu libro aprovechas para hacer una reflexión sobre temas universales: el amor, la amistad, la educación, los niños... Haces una defensa apasionada de la "mariquita", que es un grupo que se encuentra incluso denostado dentro de los homosexuales.
- M.V.: Claro. Yo lo que he pretendido es normalizar y tratar de conseguir que "mariquita" ya no sea un insulto, sino que sea un halago. No me gustan los que son políticamente correctos y dicen "Prefiero que me llamen gay u homosexual". Pues a mí me parece mucho más bonito el término "mariquita", aunque así me han llamado a mí de pequeño y lo pasaba mal porque lo hacían con la intención de insultar; pues ahora han conseguido que eso ya no sea un insulto, sino que sea un halago para mí, aunque yo después no ejerza de homosexual. Es sobre todo porque la mayoría de mis amigos son homosexuales. Se trata de normalizar todo eso y de quitar intensidad a la defensa.
Hay que seguir defendiendo y reivindicando la opción sexual de cada uno, porque aunque en nuestro ámbito esté muy asimilado cuando sales de él te das cuenta de que no lo está. Hay niños que lo siguen pasando mal, no sólo por los compañeros, sino por los propios profesores, como el caso de una chica que se suicidó no hace mucho. Ahora se llama "bulling", pero esto ha existido siempre. Mi intención era normalizar todo esto utilizando además un poco el sentido del humor. Pero en el fondo todo lo que digo en el libro es muy real, me he inspirado en todos mis amigos porque son cada uno un tipo de mariquita: la mariquita combativa, la mariquita rara, la mariquita inquieta...
- B.M.: Incluso llegas a decir que la amistad de una mariquita te convierte en mejor persona.
- M.V.: Y también que no eres nadie si no tienes una mariquita dentro de ti. Estoy haciendo apología y una defensa a ultranza de la condición sexual, en este caso de la homosexualidad. Como también en el anterior libro hablé de la bisexualidad. Y de las boyeras ya hablaré en el próximo libro.
Desde
Trabalibros agradecemos a
Mario Vaquerizo el tiempo que nos ha dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Del mismo modo, agradecemos a la editorial
Espasa el haber hecho posible este encuentro.