El protagonista de la novela "Pájaros sin vuelo", Ismael Cieza, un moderno Oblomov, es un hombre indolente y preso de la dejadez. A lo largo de la novela y aquejado de una constante sensación de pérdida hace un repaso de su vida y del lastre que ha ido cargando a lo largo de ella (reproches, sueños incumplidos...) y al final, superando su tendencia a la apatía, afronta una revelación sorprendente.
El escritor y académico leonés Luis Mateo Díez, que asegura que "la memoria, la imaginación y la palabra son elementos de la ficción literaria" declara que la edad o cierta madurez han hecho que le dé más importancia a los sentimientos que a las ideas en una época en la que la sobrevaloración de las ideas va en detrimento de las emociones.