Trabalibros entrevista a Josep Cister Rubio, autor de "Los tres círculos de plata"

Josep Cister Rubio se licenció en Comunicación Audiovisual y, tras ejercer de analista de contenidos para Antena3TV, en la actualidad es director de Contenidos de Ficción e I+D de BoomerangTV. Trabajando para esta productora ha participado en series de televisión como "El tiempo entre costuras" (que obtuvo 7 premios de la Academia de la Televisión), "Los protegidos", "Física o química" (premio Ondas a la mejor serie), "El secreto de Puente Viejo" y "Los misterios de Laura".

Bruno Montano de Trabalibros ha tenido la oportunidad de conversar con Josep Cister sobre su primer libro titulado "Los tres círculos de plata", una novela de fantasía dirigida al lector juvenil protagonizada por Leo, un joven huérfano travieso y rebelde que vivirá una gran aventura tras escapar del internado en el que vive y aterrizar en un lugar desconocido para los humanos: el mundo Nacta. La novela ha sido publicada por el grupo Planeta en su sello Minotauro y, en palabras de la editorial, "cumple con todas las expectativas del género, pero al mismo tiempo transmite valores y mensajes muy actuales, como la preocupación por la ecología".

- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): Desde mi punto de vista, la literatura infantil y juvenil no es un género menor, ni un género fácil, ni una prueba piloto para luego dar el salto a la literatura adulta. Es una literatura tan compleja como otras, con sus propias claves tanto argumentales como estilísticas. Además, la responsabilidad de los escritores en este género es enorme, ya que de ellos depende la captación y consolidación de los nuevos lectores. ¿Cómo te ha resultado la experiencia de iniciarte en la literatura con una novela juvenil?

- Josep Cister Rubio (J.C.): Ha resultado una experiencia maravillosa. Escribir “Los tres círculos de plata” a supuesto volver a revivir la vida desde la adolescencia. Esa época donde todo importa, donde los sentimientos se maximizan y donde ser diferente o tener miedo a lo diferente configuran tu espacio vital. El reto estaba no solo en contar una historia de fantasía, con todas las claves del género, sino también en crear personajes y dotarlos de verdad. El ejercicio de escribir la novela ha sido un gran aprendizaje para mí. La fantasía es muy exigente. Han sido 4 años de duro trabajo, había que crear un mundo desde cero.  

- B.M.: Tal y como comentabas, "Los tres círculos de plata" se inscribe dentro de lo que llaman literatura fantástica. Este género representa para muchos la quintaesencia de la literatura, en la medida en que el cuestionamiento del límite entre lo real y lo irreal -propio de toda literatura- aquí es máximo. Si en toda obra de ficción hay que suspender la incredulidad, en las de género fantástico mucho más. ¿Crees que la literatura fantástica obliga al lector a leer desde una posición particular?

- J.C.: Pienso que sí. Creo que al acercarte a la literatura fantástica tu imaginario se vuelve mucho más exigente porque la línea entre lo real y lo irreal es distinta en cada lector, pero todos los lectores tienen algo en común y es que esa línea es muy delgada. Lo increíble de la fantasía es que permite que tu imaginación encuentre cosas en tu mente que no sabías que existían o que permanecían dormidas. Por eso creo que este tipo de literatura es para todos los públicos, para todas las edades, pues es capaz de sacar lo mejor de cada uno y de despertar la “mirada del niño” eso que todos perdemos con el paso de los años.

- B.M.: En un momento dado de la novela, Dardo le dice a su sobrino Frine que la gente se ha vuelto muy incrédula, que hubo un tiempo en el que no era necesario ver algo para saber que existía. En una época tan racionalista y positivista como la nuestra, ¿crees que la literatura fantástica puede representar una buena herramienta para re-encantar el mundo?

- J.C.: Este es un tema que me preocupa mucho. En Occidente hemos dejado de creer en los relatos que han sostenido nuestras sociedades durante siglos. Ahora ya no creemos en nada y eso está trayendo graves consecuencias. Esto que nos está ocurriendo, también ocurre en la “Ciudad de los Tres Árboles” en el mundo Nacta. Y esto en el mundo Nacta se materializa en la aprobación de leyes injustas (como la ley Antea) que perjudican, atontan y aturden a la sociedad. Me pregunto si a nosotros no nos está ocurriendo lo mismo (ley mordaza). No sabría decir si la literatura fantástica es la herramienta para re-encantar el mundo, pero si hay ciertos discursos que pueden ayudar a hacerlo o por lo menos a ponerlos sobre la mesa de debate.

- B.M.: A la ancestral apetencia del hombre por el misterio, la magia y los prodigios Tolkien la llamaba "deseo de dragones", deseo que según expresa Fernando Savater en "La infancia recuperada" es más hondo que cualquier apetencia de madurez literaria. Este "deseo de dragones", ¿se pierde al ir creciendo o simplemente lo enterramos vivo bajo capas de adulta seriedad y cordura?

- J.C.: El “deseo de dragones” creo que siempre está vivo dentro de nosotros mismos, por muchos años que pasen, y aunque en ocasiones nos de vergüenza hacerlo público por miedo parecer pueriles, la verdad es que nos gusta que nos cuenten historias que den rienda suelta a nuestra imaginación. Los adultos pienso que hacen un consumo privado e individual de este tipo de literatura. Una especie de placer solitario, un tanto clandestino.

- B.M.: En "Los tres círculos de plata" no hay seres monstruosos, ni alienígenas, ni criaturas terroríficas, sólo hombres y nactas. Ambos, humanos pero con habilidades diferentes. Esto contribuye a que la trama nos resulte familiar pero no demasiado y la vez extraña pero no demasiado, cumpliendo así una de las normas no escritas de la literatura fantástica, a saber: "Familiar but not too familiar, strange but not too strange". Esta relación familiaridad/extrañeza, ¿crees que mejora la capacidad de seducción de un texto de este género?

- J.C.: No pensé en esto mientras creaba la historia. Surgió así de forma espontánea. Esta historia no nació con la vocación de ser publicada. En un principio era un juego para mí. Una forma de distraerme. Tenía que ser creíble para mí y contar “Los tres círculos de plata” me seducía. Si ahora lo hace al lector será maravilloso y deseo que así sea, pero en este momento el libro está en sus manos y por tanto son ellos los que deciden.

- B.M.: En un momento en el que están de moda las distopías juveniles (Juegos de Hambre, Divergente, Corredor del laberinto...) el lugar en el que se desarrolla tu novela, la Ciudad de los Tres Árboles, representa una comunidad utópica clásica (ausencia de dinero, trueque, autosuficiencia, reparto justo de bienes, gobierno de los más sabios, simbiosis con la naturaleza). Aunque esta sociedad no está exenta de villanos (Robador de Latidos), ni de los típicos problemas de convivencia, ya que según dice Dardo "la naturaleza humana es igual en todas partes" y por lo tanto entre los nacta hay también rencillas, envidias, rencores... En un mundo como el actual, ¿aún se puede soñar en utopías?

- J.C.: A mí personalmente me sería imposible sobrevivir en este mundo sino creyese que camino hacia un mundo mejor. Y trato con mis actos de ayudar a construir ese mundo mejor. En definitiva de buscar esa utopía, por tanto creo que es muy positivo creer en las utopías. En la “Ciudad de los Tres Árboles” están cerca del ideal utópico, pero hay muchas cosas que aún se pueden mejorar. Arrancar en una sociedad distópica era demasiado fácil, es lo que está de moda. La parte más utópica de la cultura Nacta y de la “Ciudad de los Tres Árboles” ahora producen un “shock” en el lector justo por estar alejado de la distopía.

- B.M.: En relación a la pregunta anterior y teniendo en cuenta que en este tipo de novelas la irrupción del elemento fantástico representa una ruptura del equilibrio, del sistema de reglas establecidas, ¿podría la literatura fantástica suponer una buena metáfora de la necesidad de intercalar lo inexplicable en el curso razonable de los hechos cotidianos? ¿Es socialmente saludable dejar que lo mágico comparta protagonismo con lo real?

- J.C.: Pienso que este tipo de literatura es de alguna manera un reflejo de nuestras vidas. Vivimos dentro de unas burbujas que nosotros creamos para protegernos, pero un día sucede un hecho que rompe esa burbuja y caemos en “lo real”. Entonces somos conscientes que el mundo no es como nosotros queríamos que fuera sino como es en realidad. Nosotros le añadimos mucha magia a nuestras vidas para poder afrontarlas y sobrevivirlas. Lo real irrumpe sin pedir permiso, sin avisar. En mi opinión, la fantasía es necesaria para vivir.

- B.M.: Gianni Rodari en "Gramática de la fantasía" decía que la imaginación no es una facultad cualquiera separada de la mente, sino que es la mente misma en su integridad, la cual, aplicada a una actividad más que a otra, se sirve siempre de los mismos procedimientos. En tu novela derrochas imaginación, creas una dimensión paralela a la humana con sus propias leyes, costumbres, instituciones, leyendas, historia e incluso gastronomía. Esto supone un gran esfuerzo inventivo. ¿Qué tipo de procedimientos, técnicas o herramientas creativas has usado para generar tal cantidad de detalles?

- J.C.: La técnica que he utilizado para crear ese nuevo mundo, ese mundo Nacta, han sido la imaginación y la perseverancia. Han sido 4 años para crear un mundo que luego sólo es el telón de fondo de la historia. Tenía claro que merecía la pena. El diferencial de la fantasía está en poder crear mundos diferentes, únicos y curiosos y además para mí conforma un pacto con el lector; originalidad y singularidad como medio para contar una historia clásica.

- B.M.: Para algunos teóricos de la literatura de fantasía, el corazón de lo fantástico está en ese momento de vacilación que se produce en la mente de una persona cuando irrumpe lo inexplicable y que le lleva a pensar que, o bien sus sentidos le traicionan, o bien la realidad está regida por leyes que desconoce. Esto queda reflejado muy bien en tu novela cuando los adolescentes protagonistas atraviesan "la botica de las esencias" y empiezan a pensar que están soñando, o incluso que han perdido la razón. ¿Estarías de acuerdo en que este momento de incertidumbre representa el punto más intenso de percepción de lo fantástico?

- J.C.: Completamente de acuerdo. Ahí es donde el lector puede percibir las primeras notas de extrañeza y no creerse lo que seguirá a continuación. Es un momento mágico y único en todas las novelas de este género. Algo que siempre es irrepetible.

- B.M.: La novela concluye y se recupera el equilibrio, pero al mismo tiempo queda muy abierta. El final del libro es un estupendo comienzo para una segunda parte. ¿Has pensado en convertir esta novela en una saga? Por otra parte, tu escritura es muy cinematográfica. ¿Crees que sería factible convertirla también en una película?

- J.C.: Está concebido como una saga de 5 libros, pero ahora ya estamos en manos de los lectores. De que la gente se acerque, compre el libro y lo haga suyo. A mí como escritor/lector me gustaría mucho volver a escribir sobre el mundo Nacta, pero ya no está en mis manos. Y por otra parte, así es, todo el mundo está destacando que es una novela muy cinematográfica, por ello puedo adelantar que al otro lado del charco hay gente interesada en los derechos del libro para una adaptación a la gran pantalla, pero es pronto para decir nada más.

- B.M.: Josep, te agradecemos mucho el tiempo que nos has dedicado, ha sido un auténtico placer poder hablar contigo. Deseamos de corazón que tengas mucha suerte con el libro y que a los lectores les parezca un libro tan fantástico como a nosotros.

- J.C.: Gracias a Trabalibros por concederme este espacio para hablar del libro y gracias a los que prestéis aunque sea un minuto de atención a estas palabras sobre “Los tres círculos de plata”.  

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