Trabalibros entrevista a Marta Fernández, autora de "Te regalaré el mundo"

martes, 7 de octubre de 2014
"Los que escribimos nos alimentamos de lo que se nos muere y de lo que nos mata".
La periodista y escritora Marta Fernández inició su trayectoria laboral en Diario 16. Tras haber trabajado en Televisión Española, Telemadrid y CNN+, llegó a Telecinco donde co-presentaba diariamente junto a David Cantero y Sara Carbonero los deportes de los Informativos de mediodía. Sustituyó a Concha García Campoy en Las mañanas de Cuatro y actualmente presenta en solitario Noticias Cuatro, el Telediario de las 2 del mediodía.

Te regalaré el mundo (Marta Fernández)-TrabalibrosConfiesa ser una letraherida que escribe desde hace mucho tiempo y una lectora voraz que admira la obra de autores como Pynchon, DeLillo o Safran Foer. La primera de sus novelas tiene por título "Te regalaré el mundo" (ed. Espasa) y en ella relata "la historia de un hombre que tendrá que inventarse un mundo para conjurar su dolor. Y de otro que ofrecerá su dolor a cambio de inventar un mundo nuevo. De un padre huérfano y de un hijo perdido".

- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): Enrique Vila-Matas, uno de mis escritores preferidos, dice que la literatura debe ser como un tapiz que se dispara en mil direcciones diferentes. En contraste con este tipo de literatura existe otra que es lineal, que va en un sólo sentido y que pretende entretener. Tras leer "Te regalaré el mundo" he llegado a la conclusión de que tu novela se encuentra entre la literatura del primer grupo, al menos a mí me ha hecho dispararme en muchas direcciones, más allá de la trama, de la intriga y del argumento. Es una novela que me ha hecho pensar y, como dijo Tierno Galván, "leer mirando el techo", levantar de vez en cuando la cabeza del texto para reflexionar. Mi mente se ha disparado hacia seis o siete temas diferentes y voy a hacerte una pregunta sobre cada uno de ellos: la identidad, la infancia, la escritura, la lectura...

Pero antes que nada quisiera preguntarte una cuestión técnica. Tu novela tiene una estructura dual: avanza en dos frentes narrativos. Cuenta dos historias separadas en el tiempo por 300 años. Eso implica dos registros lingüísticos, dos narradores (uno omnisciente en el relato histórico y otro en primera persona), dos ambientaciones históricas… Esto ya me parece bastante complejo, pero mucho más difícil es conseguir, como tú has logrado, suturar estas dos historias sin que se noten los puntos; sobre todo al final de la novela, en el que los personajes de ambas historias acaban fundiéndose. ¿Qué te ha resultado más complejo, contar dos historias al mismo tiempo o tener que fundirlas?

1.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández

- Marta Fernández (M.F.): Tengo que confesarte que también me gusta muchísimo Enrique Vila-Matas, es un autor al que admiro mucho. Sobre la cuestión que me preguntas, narrar dos historias a la vez me resultó muy divertido, enriquecedor y estimulante, porque pasaba de narrar en primera persona a narrar en tercera con estilos distintos. Es cierto que cuando yo misma advertía que me iba acercando al momento en el que estilísticamente tenía que fundir las dos historias, algo que tuve claro desde el primer momento que quería hacer, me preocupaba saber hacerlo bien. Sabía qué es lo que quería hacer y cómo tenía que hacerlo formalmente, cómo había que resolver ese viaje, pero hasta que uno no lo ejecuta no lo tiene completamente agarrado con las manos.
2.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández
Recuerdo que según iba avanzando en la escritura de la novela tenía muchas ganas de llegar a ese momento en el que las dos historias se van encajando poco a poco, se van acercando y al final hay un momento en el que cuadra la una con la otra, y ese momento sabía que tenía que escribirlo de un tirón, engarzarlo todo de una y tenerlo muy claro. Yo me hice un resumen de varias páginas con la estructura de toda la obra y cuando llegué a ese capítulo hice un pequeño resumen del resumen para, a partir de él, ir lanzando hilos y que no se notaran las costuras. Pero creo que el secreto estuvo en que sabía que tenía que llegar a ese punto y era ese el momento que deseaba y toda la obra iba dirigida hacia él. Creo que incluso estilísticamente la obra iba dirigida hacia ese momento.

- B.M.: En realidad eso es muy complejo de hacer, tal y como lo has ejecutado en tu novela. Yo recuerdo otras obras en las que se narran dos historias a la vez y para diferenciarlas el escritor echa mano de distintos recursos tipográficos (cursiva, negrita, etc...)

- M.F.: Yo pensé que tenía que fundirlas por medio del estilo. A mí me gustan mucho las novelas de "truco tipográfico", por llamarlas de alguna manera ("La casa de hojas" de Mark Z. Danielewski por ejemplo me parece una joya y un juguete maravilloso), pero creo que tú y yo nos parecemos mucho como lectores, somos ese tipo de lector al que le gusta que le propongan un juego para adentrarnos, nos gusta que el autor nos pida algo más como lectores y esta novela requería entrar en el juego, ir guiando al lector con esos dos estilos que eran tan distintos y que en algún momento tenían que ir acercándose. Tenía claro que había que hacerlo desde la forma y sin apoyarse en lo tipográfico, que habría sido bonito, pero era más misterioso que de repente te vieras envuelto en un lugar en el que no esperabas encontrarte.
3.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández
- B.M.: También es mucho más interesante por la complejidad que tiene y requiere de una lectura más activa por parte del lector. Alguien dijo que la verdadera historia de la literatura debería ser la historia de los lectores. Un lector atento hace realmente un ejercicio de recreación.

- M.F.: Totalmente. Me gusta mucho una frase de Borges, "San Borges", que escribió lo que todos hubiéramos querido escribir, por haber tecleado cualquiera de sus cuentos o poemas habríamos dado los diez dedos de las manos... "San Borges" decía: "Estoy más orgulloso de las cosas que he leído que de las cosas que de las cosas que he escrito", porque las cosas que había leído le construían como autor. Estoy de acuerdo en que la historia de la literatura es la de los lectores, si se trata del lector activo que descubre Umberto Eco, que aporta, que interpreta. Para mí la lectura es un acto creativo y por eso la escritura es una prolongación de la lectura.

- B.M.: El lector usa toda su biografía intelectual y vital para interpretar la lectura, todo su talento. El lector pone mucho de sí mismo cuando lee. Leer es un acto de creación complejo, como lo es escribir.

- M.F.: Claro, es que en el fondo son las dos caras de la misma moneda que en algún momento se funden.

- B.M.: Leer y escribir es lo mismo. Leer es escribir en tu mente.

- M.F.: Sí, totalmente. 

- B.M.: Comienzo con el primer tema que me ha llamado la atención de "Te regalaré el mundo". Se trata de la identidad. En tu novela la identidad de los principales personajes viene determinada, construida o reconstruida, por la presencia o ausencia de otros. Leo, por ejemplo, está “corrompido de ausencia” por la marcha de su padre a los nueve años, un padre que a pesar de la distancia “está siempre sin estar nunca”. Su padre es una figura borrosa que él necesita recomponer para conocerse. ¿Se escribe para encontrarse a uno mismo, para reconstruirnos? ¿Es posible narrarse a sí mismo sin rellenar las grandes ausencias?
4.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández
- M.F.: Probablemente los personajes de esta novela construyen mundos para rellenar esas ausencias, ponen su inteligencia al servicio de tapar esos huecos. Como bien decías, muchas veces son las ausencias las que explican la identidad, no por la ausencia, sino porque cuando hay un hueco vacío uno lo llena al final de lo que uno es. Y al final Leo termina recordando a su padre como él quiere que sea su padre, igual que muchas veces terminamos llenando el hueco de esa persona que amamos y desapareció de nuestra vida con aquello que es más nuestro. Eso es lo que le sucede a Leo y a Rossum, que llena otro hueco que tiene idealizando a una hija convertida en mecánica, que es un ser excepcional al que la muerte no puede tocar y al que el dolor no va a alcanzar jamás. La identidad muchas veces se construye de esa ausencia, porque en el fondo esa ausencia está llena de aquello que somos nosotros, sin saber que lo somos.

Yo no escribo desde lo terapéutico, pero probablemente sí haya una forma de buscarse y encontrarse, no sé si por medio de las palabras, por medio de las preguntas, o por el sencillo hecho de que escribimos de aquello de lo que somos y sobre lo que nos gusta. Yo escribo de libros porque me gustan los libros y escribo sobre palabras y sobre periodistas porque esto es lo que me gusta y estas cosas sobre las que escribo me explican, sin necesidad de ser biográficas.

- B.M.: Tu novela está plagada de referencias literarias y homenajes a diferentes autores y libros leídos. Todos los buenos lectores acarreamos un abundante bagaje que, de forma más o menos consciente, acaba manifestándose en lo que escribimos. Me ha gustado, por ejemplo, una intertextualización que has hecho de una obra de Harold Bloom. A la hora de escribir esta novela, ¿has sentido en tus propias carnes “la angustia de las influencias”?
5.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández
- M.F.: Es que Harold Bloom me gusta mucho (risas). Yo también siento la angustia de las influencias, pero la siento con cierta felicidad. Uno sabe que nunca va a ser un escritor excepcional y que nunca va a poder hacer lo que hizo Shakespeare y, una vez que has asumido esto, escribir se trata de relajarse, disfrutar, divertirse y si hay algún verso de Shakespeare que quieras colar, meter algún personaje de Joyce o hacer un guiño a Borges, hazlo.

- B.M.: Tu novela está llena de guiños de ese tipo, que a mí particularmente me encantan.

- M.F.: Claro, es que a mí me gustan también como lectora, forman parte de mi vida normal. Yo creo que leer forma parte de la vida. La angustia de las influencias de la que hablábamos se puede vivir como angustia o como placer. Yo he querido revestirla de placer y meter esos pequeños guiños y juegos, que hay gente que los disfrutará y hay gente que los pasará por alto.

- B.M.: Habrá quien los disfrute, habrá quien no los advierta, pero también habrá quien los detecte y piense que eso no se puede hacer, que es hacer un uso perverso de las ideas de otro. Y luego habrán otros, como Vila-Matas, que piensen que tienes todo el derecho del mundo a intertextualizar, a falsear citas, a inventárselas y atribuírselas a otros como hace él...

- M.F.: Esto me gusta muchísimo, lo que hace Vila-Matas me encanta.

- B.M.: Otro escritor que usa este recurso frecuentemente es el argentino Ricardo Piglia. En el fondo es un juego.

- M.F.: Sí, cierto. Es muy divertido cuando le robas un nombre a un personaje y un lector te lo descubre, o como tú ahora cuando me dices que has encontrado todas esas citas y has encontrado también la llave de esas citas, que en el fondo es Harold Bloom.
6.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández
- B.M.: Otra de las flechas que salen de la novela se dispara hacia el tema de la infancia. Al leer un diálogo entre Leo y Arnau he recordado un verso de las "Elegías de Duino" de Rilke que decía que el destino no es más que lo denso de la infancia. ¿En qué manera nuestra infancia condiciona nuestra biografía? ¿Tanto nos determina?

- M.F.: Yo creo que absolutamente. Donde nos convertimos y nos formamos, donde se construye ese magma de lo que somos es en la infancia, durante los primeros diez años de vida probablemente. A partir de ahí vamos poniendo capas encima, muchas veces para ocultarla, llenar los huecos o para intentar disfrazarnos de otros, pero de verdad, el núcleo, la esencia, está en ese niño que éramos de nueve años que a lo mejor le gustaba jugar con cierto tipo de juguetes, que a lo mejor se preguntaba por la inteligencia o que a lo mejor, como yo, a los siete años estaba fascinado por Carl Sagan en "Cosmos". Para mí, ver a aquel señor hablando de las estrellas fue algo que marcó mi vida para siempre, igual que marcó mi vida la primera vez que fui al teatro, o la primera ópera. Son momentos que recordaré siempre. Igual que marcó mi vida no haber aprendido otras cosas de pequeña. Pero creo que sí, que todo está en ese núcleo creado durante la infancia y que el resto son intentos de esconderlo, de expandirlo o de aprender nuevas cosas, pero la verdad está ahí. A veces lo que te construye lo hace sin tú saber que te está construyendo y al final es lo que crea tus actividades, lo que te gusta, lo que te hace feliz... todo eso está muy relacionado con lo que eras de pequeño.

- B.M.: El periodismo es otro de los temas de la novela. Arnau, quintaesencia del buen periodista, en un momento dado afirma: “Tengo un talento inigualable para la duda. Por eso soy periodista. Tú en cambio tienes un talento inigualable para creer, por eso escribes novelas. Para creerte tu propia visión del mundo”. Los periodistas estáis expuestos a una sobredosis de realidad y eso hace que desarrolléis cierto escepticismo y actitud descreída. ¿Necesitáis recurrir a la ficción para recuperar la fe, para volver a creer?

- M.F.: No. Creo que los periodistas somos escépticos porque queremos ser periodistas y porque lo que nos mueve al final es la curiosidad, el hacerse preguntas. Uno no puede ser periodista sin esa base de preguntarse y de ir hasta el final, de tener siempre esa duda de la que habla Arnau. Yo tengo la vida dividida entre Jekyll y Hyde; no sé cuál será el Jekyll y cuál será el Hyde. Soy periodista por la mañana y escritora por la tarde/noche; la de la mañana se pregunta, todo lo pone en duda, es muy escéptica, muy rigurosa y sabe que la responsabilidad de su trabajo es mucho más grande que la de la tarde, que se puede preguntar, pero para encontrar otros caminos, que se puede permitir el lujo de crear. Esa frase que dice "no dejes que la realidad te estropee una buena noticia" se puede aplicar en la ficción como "no dejes que la realidad te estropee una buena novela". La de la tarde puede crear su mundo tal y como quiera, pero la de la mañana debe preocuparse de que ninguna noticia estropee la realidad. Arnau lo explica bien con la diferencia entre la duda y crear. Lo que pasa es que a los que nos gusta contar cosas al final disfrutamos un poco de todo: poniendo en duda la realidad, pero también creando nuevas realidades. Yo he conseguido crear y alimentar esta dualidad.
7.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández
- B.M.: Tu novela habla también de la escritura. Leo, uno de los protagonistas de "Te regalaré el mundo", afirma: “Los que escribimos nos alimentamos de lo que se nos muere y de lo que nos mata”. ¿Escribir es esa alquimia de la que tú hablas y que consiste en convertir la sangre en tinta? ¿Escribir es una forma de explicarnos nuestra vida, de enmendarla, de vivirla de otro modo, de mejorarla?

- M.F.: Sí, es que yo creo que escribir es una forma de vivir y es una parte de la vida. Lo mismo pienso de leer, que para mí es una parte activa y muy hermosa de la vida. Es verdad que muchas veces la escritura la alimentamos de esas pequeñas tumbas que tenemos al lado, que tienen que florecer de alguna manera y que florecen con palabras. Vuelvo otra vez al tema de la ausencia, pero es que creo que las ausencias muchas veces nos explican y que ese niño de nueve años que seremos siempre se va construyendo a partir de los golpes de la vida, y estos golpes de la vida muchas veces consisten en perder a las personas que quieres, o perder lugares que quieres, como que te derriben la casa en la que naciste. Escribimos sobre lo que se nos muere, uno quiere de esta forma darle eternidad con las palabras.

- B.M.: Como Rossum con su hija.

- M.F.: Efectivamente.

- B.M.: Por cierto, ¿la anécdota de Descartes es real?

- M.F.: Es cierto que Descartes tenía una hija, se llamaba Francine y la tenía como si fuera una criada. Cuando su hija se muere y la encuentran en la casa Descartes solía construir pequeños autómatas. En esta época existía un gran interés por saber si los humanos éramos autómatas de Dios, si éramos mecanismos, dónde se encontraba el alma... La historia apócrifa que empieza a hacerse famosa sobre todo a partir del Romanticismo cuenta que cuando Descartes viajó a Suecia a la Corte de la Reina Cristina llevaba todos sus libros y un cofre en el que nadie sabía lo qué había dentro. Una tormenta se cernía sobre el barco y el Capitán pensó que había algo maldito en el cofre y cuando lo abrió encontró un autómata que era una reproducción de su hija (según Descartes una reproducción perfecta, según el Capitán un adefesio). Yo empecé la novela por un capítulo que contaba esta historia, que lo tengo guardado y que publicaré como un cuento aparte.
0.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández
- B.M.: Es una anécdota terriblemente literaria.

- M.F.: Claro, es tan terriblemente literaria que no puede ser verdad, aunque sí debe ser cierto que Descartes sufrió un dolor atroz por la pérdida de su hija. Pero la historia de que la inteligencia más fulgurante de su época se pusiera al servicio de intentar curar esa herida me pareció una metáfora perfecta de qué es la inteligencia, hacia dónde nos lleva y hasta dónde nos puede curar.

- B.M.: En ese sentido iba mi siguiente pregunta. “La inteligencia es lo único que importa”, dice el padre de Leo. Crece, resiste y es más poderosa que la muerte, según afirma el Decálogo de la Corporación creado por sus padres. Leo y sus padres tienen una inteligencia superior, el profesor Rossum también, pero ninguno de ellos es feliz. Esto demuestra que la inteligencia es necesaria pero no suficiente en una vida plena, no garantiza una vida feliz.

- M.F.: Esta es una de las preguntas que más me tortura tradicionalmente: ¿Para qué sirve la inteligencia? ¿La inteligencia garantiza la felicidad o puede ser un impedimento para alcanzarla? Porque a a lo mejor muchas veces la inteligencia te coloca en un lugar en el que te hace plantearte todo de otra manera. Es mucho mejor tener fe que no tenerla, porque tener fe te garantiza que vas a tener una vida más allá. Probablemente es mucho mejor ser inocente y no plantearte algunas preguntas, porque hay preguntas que hacen daño. Pero claro, la inteligencia es también lo que explica la vida y lo que hace que avancemos. Muchas veces es el dolor el que nos hace avanzar y no la felicidad. La inteligencia tiene una ventaja y es que, aunque no te libre del dolor y muchas veces te lo cause, también sirve para esconderlo y para tratar de restañarlo, que es lo que les pasa a los personajes del libro. Son todos muy inteligentes, saben que lo son, pero todos son tremendamente infelices, muchos de ellos a causa de lo inteligentes que son. Es el caso de Leo y también el de su madre, toda esa inteligencia a la que ella consagró su vida al final es la que la ha sumido en la infelicidad.

9.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández

- B.M.: Para ellos la inteligencia ha sido una condena.

- M.F.: Claro. Hay dos preguntas que me interesan mucho y que tienen que ver con la inteligencia. La primera es la que hemos comentado, si la inteligencia es garantía de felicidad. La segunda es si la inteligencia es garantía de bondad. Y parece que no lo es, uno puede ser muy inteligente y muy malvado a la vez. Por ejemplo el caso de Albert Speer, que era un señor inteligentísimo que terminó al servicio del demonio. ¿Qué es mejor, una persona inteligente o una persona buena? ¿Qué es mejor, ser inteligente o ser feliz?

- B.M.: Esto te lo puede aclarar la siguiente reflexión de Antonio Machado: "Hay que ser muy inteligente para ser bueno".

- M.F.: Eso es. Machado era maravilloso.

- B.M.: La cuestión está en qué es la inteligencia. Hay muchos tipos de inteligencia, Gardner habla incluso de inteligencias múltiples. Existe una inteligencia lingüística, una numérica, una espacial, una emocional, una cinética... 

- M.F.: Efectivamente, hay personas muy inteligentes para unas cosas pero no para otras. La inteligencia en bruto no te enseña el camino para ser feliz, ni te explica a ti mismo, y muchas veces puede ser una tortura porque te llena de preguntas, de inquietudes.

 
Desde Trabalibros agradecemos a Marta Fernández el tiempo que nos ha dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Agradecemos también al restaurante El Colmado de la Rivera el haber cedido un espacio ideal para esta conversación y a la editorial Espasa el haber hecho posible el encuentro con esta autora.
Te regalaré el mundo (Marta Fernández)-Trabalibros 10.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández 11.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández 8.Bruno Montano de Trabalibros entrevista a Marta Fernández
Compra el libro en Amazon.es:

libro:

eBook Kindle:

subir