"No exagero al afirmar que la
Historia Sagrada que estudié en el colegio fue la primera fuente de verdadera literatura a la que me vi expuesto". Con estas palabras
Eduardo Mendoza rememora una asignatura que estudiaron muchos niños de la posguerra española, que resumía e ilustraba varios pasajes de la
Biblia. Esta materia significó mucho en el futuro escritor, en cuanto a que despertó en él la fascinación por la palabra escrita y por los mundos de ficción, además de enseñarle a distinguir entre lo real y lo imaginario.
Salomón, la Torre de Babel, la historia de Jonás y muchas otras historias forman parte del viaje que emprende Mendoza en "
Las barbas del profeta", un texto alimentado por recuerdos de su infancia que defiende el argumento de que una sociedad se explica mejor si no se desvincula de sus mitos fundacionales. La obra combina dos temas, el deleite infantil ante la Biblia, considerada estrictamente como obra literaria, y la reflexión sobre la influencia de la ficción en la formación de un escritor de vocación temprana.
Eduardo Mendoza es un maestro del esperpento y uno de los escritores españoles que mejor saben sacar partido de reducir situaciones al absurdo. Es autor de la famosa obra "
Sin noticias de Gurb" y ha recibido galardones como el Premio de la Crítica por su novela "La verdad sobre el caso Savolta" (1975), el Premio Ciudad de Barcelona por "La ciudad de los prodigios" (1986), el Premio al Mejor Libro Extranjero en París por "Una comedia ligera" (1996), el Premio de Novela Fundación José Manuel Lara por "Mauricio o las elecciones primarias" (2006), el Premio Terenci Moix y Pluma de Plata de la Feria del Libro de Bilbao por "El asombroso viaje de Pomponio Flato" (2008) y el Premio Planeta 2010 por "
Riña de gatos".