Es muy probable que Carlos Fuentes haya sorprendido con esta fantástica novela a su público lector; pero como él mismo dijo en una entrevista “Siempre empiezo con un tema y no sé a dónde voy. Yo me la paso de sorpresa en sorpresa, por fortuna, si no sería muy aburrido.” Y es así como aparece el Conde Vladimir Radu, un vampiro, que se traslada desde los Balcanes a la populosa ciudad de México en “donde hay mucha sangre para chupar”, según palabras del propio Fuentes.
Vlad es un vampiro más cercano al Drácula de Stoker que a los jóvenes y románticos seres fantásticos de la serie Crepúsculo.
Yves Navarro, un joven abogado, recibe el encargo de su superior, el Lic. Zurinaga, para que busque una residencia para un amigo que está por llegar de Valaquia en el sur de Rumanía. La esposa de Yves, corredora de bienes raíces, se ocupa del tema. Pero con la llegada del excéntrico conde, todo cambia en la rutina de Navarro y su vida se convierte en una pesadilla de la que no tendrá escapatoria.
El autor nos revela, a través de este relato corto pero sólido, sus conocimientos sobre el vampirismo, mitos y leyendas. Vladimir, el empalador, y Príncipe de Valaquia es la fuente con la que construye su oscuro personaje.
Vlad es una novela fantástica, de terror psicológico en la que el escritor no se priva de emplear un lenguaje despiadado para generar imágenes atroces y repulsivas que sacuden a cualquier lector; pero también posee, en su trama, una veta filosófica, donde el libro albedrío y la elección de un destino están presentes en su desenlace.
El escritor mexicano no se vale de un Van Hellsing para que salve el mundo, sino que deja toda la responsabilidad en su protagonista, Yves Navarro.