A pesar de todo, hay algo hermoso en el dolor. Nos convierte en seres frágiles y vulnerables, pero las huellas que marca en nuestro interior conducen a la madurez. Deja a la vista nuestras debilidades y con ello destapa nuestra cara más humana. Nos dota de una sensibilidad poco habitual. El sufrimiento es uno de los pocos caminos capaces de elevarnos a esa dimensión cercana y onírica donde nos sentimos como si estuviéramos unidos a la realidad por un fino hilo.
Las novelas de Haruki Murakami fluyen siempre a través de esa dimensión invisible del ser humano. "Tokio blues" no es una excepción; en este caso Murakami se sirve del dolor, el amor y la muerte para transportarnos hasta ese hipnótico territorio íntimo.
En "Tokio blues" una canción de los Beatles llamada "Norwegian Wood" estimula la memoria de Toru Watanabe, un hombre japonés de 37 años. Toru rememora sus años de juventud, cuando en plena década de los 60 todavía era un adolescente que estudiaba en la universidad. En esta época Toru, su único amigo Kizuki y Naoko, la novia de éste, forman un trío inseparable.
La vida del chico da un vuelco cuando Kizuki se suicida a los 17 años. Toru y Naoko quedan tremendamente afectados por este suceso y, en el proceso de consolarse mutuamente, se enamoran. Pero la sensible Naoko no se encuentra capaz de superar su sufrimiento y acaba por internarse en un sanatorio psiquiátrico.
En la ausencia de su novia Toru conoce a otra chica llamada Midori, una compañera de clase de teatro, atrevida y vital, de carácter muy diferente al de Naoko. Los dos se sienten atraidos y su relación va avanzando, a pesar de que Toru sigue queriendo a Naoko. El chico va a visitarla en varias ocasiones al sanatorio hasta que sucede algo terrible que agitará de nuevo su vida, haciéndole perder una vez más el rumbo.
Los frágiles personajes de "Tokio blues" están en una etapa clave de su vida: el paso de la adolescencia a la edad adulta. A lo largo de la historia seguimos a Toru en su aprendizaje vital y le vemos enfrentarse a la muerte de seres queridos, a su encuentro con el amor y la sexualidad, al dolor más profundo. Sentimientos que, incluso ahora que esa etapa de su vida ha quedado muy atrás, le aturden e incomodan. Recuerdos que convocan al miedo a la vez que evocan nostalgia. Experiencias esenciales que pueden empujarnos en caída libre al vacío de la nada o arrojarnos de lleno al corazón salvaje de la vida. A pesar de todo, hay algo hermoso en el dolor.
Curiosidades: - Haruki Murakami llamó inicialmente a este libro "Norwegian Wood", el mismo título que una canción de los Beatles, que es la preferida de Naoko en la novela.