Con "
La biblioteca de los muertos"
Glenn Cooper planteaba la cuestión de cómo afectaría a la vida el hecho de conocer el momento exacto de la muerte. Con "
El libro de las almas" volvía a preguntarse sobre los efectos existenciales de conocer la fecha del fin del mundo. Ahora, con "
La llave del destino", la pregunta no tiene que ver con la muerte o la destrucción, sino con la vida y su anhelo último: la inmortalidad, la vida eterna, la eterna juventud.
La transmigración de las almas, la reencarnación, la resurrección de la carne, el santo grial... El hombre siempre ha transformado en mitos sus más poderosos deseos y, entre ellos, el de la
inmortalidad, conjugando así con ello el más aterrador de los miedos, el que provoca la muerte, la desaparición y el olvido. Pero, una vez superado este miedo ancestral a morir, que por otra parte es el precio a pagar por la conciencia de nuestra finitud, ¿es racional pensar que una vida eterna mejoraría la calidad de ésta? ¿No es el hecho de la mortalidad lo que confiere especial intensidad a la vida? Valorando esta última circunstancia, ¿es conveniente alterar la cadena de muertes y nacimientos divulgando el secreto de la
eterna juventud? ¿Cómo afectaría la inmortalidad a nuestras relaciones con los otros, con el entorno o con nosotros mismos? ¿Sería legítimo matar para evitar la divulgación de esta bendición/maldición?
Un incendio en la biblioteca de la abadía cisterciense de
Ruac pone al descubierto un misterioso libro del siglo XII. El experto en restauración de textos antiguos
Hugo Pineau y su colega arqueólogo
Luc Simard son contratados por el abad para descifrar el encriptado del libro y el mapa que contiene. El libro parece ser la historia de
Fray Bartolomé, religioso cisterciense que alcanzó la edad de 220 años y que decidió confesar en él el secreto de su longevidad, secreto que tiene que ver con una misteriosa cueva prehistórica cercana a la abadía siniestrada, en cuyas paredes sus habitantes, el
clan del Bisonte, dibujaron la fórmula del "
agua del cielo": grosella, cebada y correhuela.
Lo que parecía ser un apasionante trabajo de campo arqueológico para el equipo de
Pineau se complica. Algo o alguien protege el secreto de la
eterna juventud que se encuentra en la gruta explorada y empiezan a producirse extrañas muertes. El hermetismo de los habitantes de Ruac y la presencia de un misterioso grupo (la "
Unidad 70") bloqueará el trabajo de los científicos. Existen poderosas razones para no desvelar el contenido y las propiedades del "
té de Ruac", un bebedizo cuyos principios activos aceleran la actividad de los genes que reparan el ADN y, por lo tanto, controlan el proceso del envejecimiento, además de desinhibir la agresividad y el deseo sexual, por no hablar también de los potentes efectos alucinógenos.
Las claves de esta apasionante trama se encuentran dispersas a lo largo de la narración y las vamos encontrando en episodios que transcurren tanto en el presente como en la Prehistoria, la Edad Media o la Segunda Guerra Mundial. Esta estrategia narrativa, frecuente en los thrillers históricos, es manejada aquí por
Cooper con pericia, consiguiendo en ocasiones un efecto "cinematográfico" muy eficaz, que da agilidad y ritmo al texto. No olvidemos que, entre otras muchas cosas,
Glenn Cooper es guionista y coproductor de cine.