El ingenio de Oscar Wilde (1854-1900) desapareció casi a la vez que se procedía a su encarcelamiento tras las acusaciones de sodomía y grave indecencia. Pero, seguramente, no conseguiría acabar con su defensa del esteticismo (el arte lo es para exaltar y beneficiar a la belleza). Sus últimos años los vivió en Francia bajo el nombre de Sebastian Melmoth.
Al margen de numerosas veces comentada equivocación de la traducción del título de la obra ("The importance of being Earnest", La importancia de ser sincero), esta comedia está ambientada en la sociedad victoriana y centrada en John (o Jack) Worthing y su hermano (ficticio) Ernest. Si bien no son los únicos personajes que nos permitirán enredarnos en una brillante cadena de circunstancias cómicas. Wilde explota el recurso de la doble moral tan notoria en la sociedad durante la época victoriana a través de, especialmente, los personajes femeninos de esta historia. Gwendolen y Cecily, dos jóvenes de buenas familias, sueñan con un matrimonio feliz, pero también sueñan con romances fantasiosos donde sus pretendientes responden al perfil de los héroes masculinos de las novelas románticas de la época.
Gwendolen y John (o Jack) y Cecily y Algernon (amigo de Worthing) viven dos romances diferentes en cuanto a las posibles consecuencias. Aunque ambos se basan en engaños y ficciones, la primera pareja engaña a terceros mientras que la segunda pareja juega y se engaña entre ellos dos. No obstante, ambas historias le sirven a Wilde para criticar el estamento del matrimonio como medio para conseguir un determinado nivel social. Y es que el enredo con «Ernest» y «Earnest», no se queda en un juego de palabras; Wilde hace que las dos jóvenes quieran casarse con hombres que sean honestos (earnest), mientras en sus fantasías románticas sueñan con hombres que posean títulos y que incluso sean algo díscolos.
En esta obra no dejamos de encontrar símbolos, por ejemplo: la comida aparece en escenas que suelen terminar en conflicto y por otro lado los personajes nos dan a entender que en muchas de esas escenas la comida representa o sustituye al sexo. Los diarios de Gwendolen y Cecily y el libro en tres volúmenes de la señora Prism esconden los deseos de las tres damas, sueños lejanos a la realidad de cada una de ellas. John (o Jack) es abandonado siendo un bebé en una bolsa de viaje en una estación de tren; esa bolsa normal y corriente y esa tren (el de Brighton) reflejan el futuro próspero que espera al protagonista de esta comedia; y efectivamente, así es el transcurrir de su vida, del abandono a su estabilidad y buena posición social.
¿Qué más hay que destacar de "La importancia de llamarse Ernesto"? Indiscutiblemente a Lady Bracknell. Todos los personajes restantes parecen tener su complemento en otro personaje, menos ella. Wilde utiliza a Lady Bracknell para representar a la clase social victoriana caracterizada por la rectitud y la ética indiscutible. Ella se encarga de poner orden entre los romances y las escenas de mayor comicidad; es la encargada de defender las tradiciones. No acepta el matrimonio entre su hija Gwendolen y John (o Jack) porque descubre que este es huérfano y no puede identificar sus raíces familiares, y tampoco el matrimonio entre su sobrino Algernon y Cecily por la supuesta diferencia de clase social que hay entre ambos. Pero Wilde no puede permitir que esta historia tenga un final triste para ninguno de sus personajes, así que todos parecen conseguir un final satisfactorio. Y lejos de convertir a Lady Bracknell en el punto negativo de la obra, la convierte en una crítica satírica más hacia la sociedad extensamente reflejada en toda su obra literaria.