Ésta es una historia a medio camino entre Atenas, Bratislava, Venecia, Verona o Gorino y es habitada por personajes tan dispares como un
guardavías francés que recorre media Europa en su moto, una
activista checa que partió a su patria prometiendo un regreso que nunca llegó, un
pastor italiano que ha olvidado qué día de la semana es o un
redactor de enciclopedias que conoce mejor que nadie los templos religiosos venecianos.
Partiendo de tan pintorescos personajes, la trama se centra en la celebración de una
boda, a priori, acontecimiento feliz que permitirá que los destinos dispares de los habitantes de la novela se entrelacen para acabar uniéndose. Sin embargo, poco a poco, mediante los fragmentos atemporales en los que Berger teje la obra, se dan a conocer los detalles del presente, pasado y futuro de varios personajes y se pone de relieve que hasta la celebración más jocosa puede dejar un sabor agridulce en el paladar.
Todo ello queda envuelto en un paquete que alberga pequeñas pinceladas sobre ciudades y personajes no tan ilustres de la historia europea y una buena dosis de bellos paisajes, desde amplios prados de ganado donde el invierno azota de manera brutal hasta callejuelas escondidas en las que la melodía de un piano endulza el alma de un ciego.
Una vez más, tal y como nos tiene acostumbrados,
John Berger cautiva con esa forma tan peculiar de contar a través de no más de veinte líneas, sencillamente, sentimientos tan complejos como el dolor, el miedo, la soledad o la nostalgia. No hay más que leer las primeras palabras para quedarse prendado de esta historia tan especial:
“Me gusta citar versos antiguos cuando se presenta la ocasión. Recuerdo casi todo lo que oigo; y me paso todo el día escuchando. Pero a veces no sé qué hacer con ello. Cuando sucede así, recurro a palabras o frases que suenan ciertas.”
Finalmente, se anima al lector a descubrir a un autor singular y polifacético como fue
John Berger (Londres, 1926 - París, 2017) de formación pintor, que no dejó escapar apenas ningún género en el que mostrar su gran talento. Escribió ensayos, compendios fotográficos, artículos, novelas, obras de teatro y hasta guiones cinematográficos.
Entre sus trabajos destacan "
Un hombre afortunado" (1967) en el que ensalza el mundo de los cuidados y la vida campestre, "G." (1972) con el que ganó el prestigioso Booker Prize, "Modos de ver" (1972), que se convirtió en una serie producida por la BBC que aún hoy en día constituye uno de los textos sobre cultura visual, historia del arte e iconografía más estudiados en universidades de todo el mundo y la trilogía "De sus fatigas" compuesta por los volúmenes "Puerca tierra" (1979), "Una vez en Europa" (1987) y "Lila y Flag" (1990) en la que narra el éxodo de los campesinos europeos a las emergentes ciudades del siglo XX.