¿Qué sueño podría ser más perfecto para un lector que llegar a conocer a escritores de la talla de
Charlotte Brontë,
Jane Austen,
Edgar Allan Poe,
Emily Dickinson o
J.R.R. Tolkien? En mi caso conocer a
Charles Dickens, pero el caso es que en "El club de los autores de libros de texto", Juan Carlos Rodríguez González nos deja soñar con un mundo paralelo, el de la Biblioteca Central, donde algunos pocos invitados pueden codearse con autores de este nivel o con
Cervantes y
Shakespeare.
Autores de todas las épocas y estilos tienen la oportunidad de vivir una segunda vez con un objetivo único y bien claro: proteger a la Literatura.
Literatura con mayúsculas. Protegerla incluso de ellos mismos, pues según vamos avanzando en la trama de la novela el autor nos descubre la alta traición que uno de esos autores está elaborando en su afán de proteger la Literatura como solo él la entiende. Pero el exceso de celo de este autor pondrá a la
Biblioteca Central en peligro.
Su forma de proteger la literatura consiste en conservar copia de todos los libros publicados, pero también de aquellos borradores que quedaron olvidados en un cajón, intentando así evitar la posible pérdida de un material que puede ser valioso para algún lector. Entre ese mundo de sueño y la realidad, hay un nexo que en esta historia tiene nombre: Guillermo. Un invitado al que su curiosidad literaria le lleva a descubrir esa Biblioteca Central. Más adelante conoceremos a otra invitada que se unirá a la aventura y ayudará a Guillermo a intentar impedir las intenciones de ese autor misterioso.
La narración de Rodríguez González nos llevará con facilidad en el tránsito del mundo real al mundo de la Biblioteca Central. Sin grandes ansias por rizar el rizo al vérselas con autores de la importancia de los nombrados, el autor nos muestra cómo la sencillez de una narración suave, positiva y con un fin bien definido, tiene la misma validez que las greguerías de
Ramón Gómez de la Serna. La historia es cómoda de seguir para todo tipo de público, al margen de que conozcan a los autores que comparten espacio en la Biblioteca Central o no; porque la narración nos permite entender lo que estos autores han supuestos para la literatura de todos los tiempos.
En definitiva, "
El club de los autores de libros de texto" es el club al que muchos querríamos pertenecer, pero que a la vez implica sacrificios que, tal vez, no queramos asumir con mucha premura. Un libro refrescante, de literatura ligera con su dosis de misterio y fantasía.