Trabalibros entrevista a Jerónimo Tristante sobre "Secretos"

viernes, 21 de junio de 2019
"Si alguien utilizara toda la información que manejamos sobre los demás, dinamitaría nuestro pequeño mundo".
Jerónimo Tristante compagina la docencia con la escritura. Entre otros libros, este escritor murciano autor de "El rojo en el azul", "1969", "El tesoro de los nazarenos" y "Nunca es tarde" (Premio Ateneo de Sevilla). Es, además, el creador de la figura de Víctor Ros, un detective muy sagaz protagonista de una serie de novelas en las que se basa una popular serie de televisión, con títulos como "El misterio de la casa Aranda", "El caso de la viuda negra", "El enigma de la calle Calabria" y "Víctor Ros y el gran robo del oro español".

Bruno Montano de Trabalibros tuvo la oportunidad de conversar con Jerónimo Tristante en 2013 sobre "La última noche de Víctor Ros" (aquí la entrevista) y ahora lo hace sobre su última novela "Secretos" (XII Premio Logroño de Narrativa), una historia cargada de intriga en la que una mujer pone en jaque a los vecinos de una urbanización obteniendo información sobre los secretos que todo el mundo guarda y que nunca deberían salir a la luz (editorial Algaida).

Secretos (Jerónimo Tristante)-Trabalibros- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): Tu penúltima novela "Nunca es tarde" y esta misma, "Secretos", podríamos definirlas como "domestic noir". Dejas la intriga con ambientación histórica de la serie Víctor Ros y cambias de género.

- Jerónimo Tristante (J.T.): Hace tres años, en una mesa redonda de la Valencia Negra, comentaban que la novela negra goza de una excelente salud. A lo que yo alegué que estaba preocupado, precisamente por ese éxito tan grande. Yo conozco el mundo editorial y he visto cómo, en determinados momentos, la industria o los editores se dan cuenta de que hay fórmulas que funcionan, y las agotan. Eso pasó con la novela histórica. A mí me da mucho miedo saturar al lector con un cliché, con un modelo que se repite y que pueda hacer que la gente pierda interés. Por eso voy cambiando de quinta, por eso hibridé el género histórico con el policial en la serie de Víctor Ros. Tengo pendiente una novela, también policíaca, ambientada en una época histórica muy interesante. Me gusta moverme en otras épocas.

Y sobre tu pregunta de por qué me voy al "domestic noir", es porque creo que nos tenemos que reinventar. Tenemos que buscar otros recursos para que la gente no se canse y no sea siempre la misma historia. Igual que en la literatura postmoderna hubo un momento en que el cliché de la figura del antihéroe se agotó, también creo que está un poco agotado el cliché procedimental del superpolicía que es superinspector, superforense, superpsicólogo, ha estado en las Delta Force y hace el amor perfectamente... El lector tiene dificultades para identificarse con ese tipo de protagonistas y el "domestic noir" en ese aspecto me parece una línea muy buena porque, como la novela policíaca es la más lúdica de las novelas y estamos jugando a que el lector tome la cámara y se adentre en esta experiencia de realidad virtual, tengo más posibilidades de que el lector empatice con el personaje y se meta más en la lectura si el protagonista es una Ana Velázquez como la protagonista de "Secretos", que es abogada, con dos hijas, casada con un maestro; o es una Isabel Amat, como la protagonista de "Nunca es tarde". Por eso me gusta el "domestic noir", creo que es una de las muchas líneas que nosotros vamos explorando en el policial, que es un género muy vivo. Y eso es lo que nos puede salvar.

- B.M.: Otra cosa con la que estás experimentando es con las protagonistas femeninas. Tus dos últimas novelas están protagonizadas por mujeres y hasta este momento no había sido así.

- J.T.: También me gusta mucho. Hasta ahora, cuando publiqué "Nunca es tarde", muchos periodistas me comentaban que era la primera vez que hacía un protagonista femenino. Pero yo he tenido personajes femeninos muy potentes, por ejemplo la mujer de Víctor Ros, Clara Alvear, que en "La última noche de Víctor Ros" es ella la que resuelve el caso, o en otra novela se rapa la cabeza y se va a Londres con Eduardo para cubrirle la espalda a Víctor. O el personaje de María Fuster, en la última novela de Víctor Ros. Tengo personajes femeninos muy potentes, pero nunca protagonistas, porque mis novelas estaban ambientadas en otra época y hay que reconocer, por desgracia, que en otra época el papel de la mujer era secundario. Yo no puedo poner a una mujer templaria, Rodrigo Arriaga no puede ser una mujer, o no puedo poner a una mujer como divisionaria de la División Azul. Ni existía un personaje como el del policía del siglo XIX, Víctor Ros, femenino. No he podido hacer esto hasta que he venido a la época actual. 

01.Bruno Montano entrevista a Jerónimo Tristante
- B.M.: Otra cosa que hermana a tus dos últimos libros es que están ambientados en el siglo XXI. ¿Eso ha sido para no tener que hacer un gran esfuerzo de documentación? [Risas]

- J.T.: Esa pregunta es buenísima [Risas]. Tanto "Nunca es tarde" como "Secretos" son dos historias que yo tenía ganas de contar; eran actuales, me apetecía mucho escribirlas, pero no había tenido tiempo hasta ahora a causa de todos los compromisos. Cuando me vi con un huequecito me metí con "Nunca es tarde". Y no es que la ambiente en la época actual para no documentarme, pero no tener que documentarse mola un montón [Risas]. Es muy relajado escribir una novela en la época actual en la que, para contar una historia, me puedo poner a hacerlo directamente sin tener que mirar muchos detalles. Aunque en "Nunca es tarde" tuve que documentarme sobre alguna cosa relacionada con comisarías de Cataluña, etc, pero cosas muy puntuales. Es un relajo y yo recuperé ahí ese componente lúdico que tenía escribir cuando empecé, de divertirme, de escribir porque sí. Te evitas esa tensión que te produce escribir histórico porque tienes que estar mirando muchos datos, comprobando en qué momento por qué calle vas...

02.Bruno Montano entrevista a Jerónimo Tristante- B.M.: Aunque también hay escritores que comentan que lo que más les gusta de ese tipo de novelas es el proceso de documentación, bucear en archivos, en bibliotecas, recorrer ciudades antiguas buscando escenarios reales...

- J.T.: Claro. Cuando escribes una novela con ambientación antigua hay tres partes: la de búsqueda de documentación, que al principio es muy frustrante porque te faltan muchos datos, pero luego llega un momento en el que al final ya te sobran datos. Esa fase de investigación es muy divertida. Luego viene la fase de desarrollo de la novela, que también es muy divertida porque escribir es como jugar a ser Dios, y luego ya la de tratar de publicarla, que es la fase más fea y que es como tirarte un tiro en la pierna, es desesperante.

- B.M.: El tema que tocas en "Secretos" me ha parecido muy interesante, la sociedad de la información y lo peligrosa que puede ser la acumulación de datos. "Un hombre, un secreto", es el lema de Hellen. Todos escondemos secretos, todos conocemos secretos de otras personas. Esta sociedad, sobre todo las comunidades pequeñas, mantienen el equilibrio porque no contamos nuestros secretos, ni los de los demás. Si en algún momento dinamitas esto, se va todo el edificio social abajo.

- J.T.: Correcto. Yo quería tratar el tema de la información, pero no de los grandes dossiers como los de Villarejo, sino la nuestra, la de las personas sencillas. Y como tú muy bien apuntas, en muchas ocasiones sabemos que ese de ahí se está acostando con la mujer del vecino, que aquel es cocainómano, que ese otro es gay, tiene tres hijos, lo oculta y lo hemos visto en un club de ambiente... Manejamos toda esa información sobre los demás y no solemos utilizarla.

- B.M.: La manejamos con discreción.

- J.T.: Sí; existe la frase hecha de que cuando hay una infidelidad, el marido o la mujer es el último en enterarse. Yo conozco amigos o amigas que se han divorciado a causa de una infidelidad y cuando se han divorciado todo el mundo ha empezado a contarle cosas. Y entonces les han echado en cara que, si lo sabían, por qué no se lo habían dicho. Pero nadie se quiere meter y es normal. Y yo siempre pensaba: todas esas informaciones que la gente maneja... ¿y si hubiera alguien tan mala persona como para utilizarlas, como hace Hellen, qué pasaría? Dinamitaría ese pequeño mundo.03.Bruno Montano entrevista a Jerónimo Tristante

- B.M.: Esa posibilidad es aterradora.

- J.T.: Totalmente, incluso yo he pensado al escribir esta novela que a lo mejor a alguien se le ocurre hacerlo al leerla. Es algo altamente inquietante y eso me gusta. Hellen es la encarnación del mal, es una mala que te enerva, que siempre consigue lo que quiere, y eso al lector le motiva mucho. 

- B.M.: La estructura de la trama es reticular: nódulos de información recopilados por Hellen, formando una gran red, que implica a multitud de personas. La forma en la que está escrita se asemeja a la trama, que de alguna manera funciona como lo hacen las neuronas en nuestro cerebro.

- J.T.: Efectivamente. El cerebro es una red tridimensional de neuronas. La verdadera protagonista de esta novela es Hellen, aunque Ana es su némesis, la persona que la busca y la investiga. Y hay mucha gente que me dice que empatiza con esa mala, porque ella es una persona totalmente libre, que hace lo que le da la gana, y todos tenemos dentro una Hellen, a todos nos gustaría poder pegarle a ese tipo que te está haciendo la vida imposible. En el fondo, a todos nos gustaría ser un poco Hellen, no para hacer el mal por el mal, sino para darle una lección a la gente en determinados momentos.

- B.M.: Hellen, en un momento dado, confiesa que no soporta la hipocresía y por eso actúa como lo hace, para castigar a los hipócritas.

- J.T.: Ella es una psicópata en el fondo y sabe que un secreto tuyo vale tanto, en cuanto tú tengas miedo a que se desvele. Muchas veces esos secretos son cosas ridículas, pero que a nosotros nos parecen muy importantes. En el momento en que no ocultas ninguna cosa, la otra persona no tiene ningún poder sobre ti. Pero en la novela, todos los habitantes de la urbanización le están dando un poder extraordinario a Hellen desde el momento en que están intentando ocultar esa información.

- B.M.: Algo que también comparte "Secretos" con tu novela anterior y que la hace más opresiva es el ambiente reducido en el que transcurre. "Nunca es tarde" transcurre en un pequeño pueblo de montaña y "Secretos" en una urbanización de clase media con cierta promiscuidad vecinal. El espacio físico es perfecto para que la red que va tejiendo Hellen cuaje.

- J.T.: A mí ese recurso me gusta mucho, yo le llamo "efecto Broadchurch" porque lo vi muy reflejado en la serie que lleva este nombre, que se desarrolla en un pequeño pueblecito donde hay un crimen y ese crimen, en realidad, lo que provoca es que salgan a la luz los secretos de todo el mundo. Es algo que, desde un punto de vista narrativo, funciona muy bien. Y además yo quería explorar con la novela el poner un poco nerviosa a la gente, a ese pequeño burgués que vive en una pequeña urbanización donde son muy amigos todos al principio, los vecinos te invitan a sus barbacoas, pero en un año y medio acaban a tiro limpio. Esa pequeña burbuja que queremos crear para evitar problemas (alejarse de la ciudad, llevar a los niños a colegios privados o concertados) no funciona. Yo quería poner nerviosa a la gente.

07.Bruno Montano entrevista a Jerónimo Tristante
- B.M.: Cuando los personajes hablan de la hipocresía se centran en la hipocresía de ese tipo de gente, el pequeño burgués que vive en su urbanización con su tipo de vida aparentemente ideal. En el fondo también habría una crítica hacia ese estilo de vida.

- J.T.: Ten en cuenta que la novela negra es un tipo de novela que parte de un hecho delictivo, que no tiene por qué ser un asesinato, y la descripción de la investigación de ese delito es lo que nos permite mostrar al lector cómo somos nosotros.

- B.M.: La novela tendría también un componente sociológico, un intento de retratar una sociedad concreta en un momento determinado.

- J.T.: Cualquier ciudadano de Valencia o de Murcia tiene un máster en corrupción, con todo lo que hemos visto y hemos aprendido, por desgracia. Esta sociedad, con sus redes clientelares, ha creado una serie de comportamientos que todos conocemos. De hecho, al principio de esta novela -y es la primera vez que lo hago- he puesto: "Los sucesos y personajes que aparecen en la siguiente novela son solo producto de la imaginación del autor; cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia". Lo he hecho porque yo sé que, en la sociedad murciana, muchos de los políticos y empresarios que practican esta serie de comportamientos se van a ver reflejados, por cómo se comportan con los medios de comunicación, por cómo los controlan mediante la publicidad, cómo hay empresarios que deciden quién es consejero en un gobierno regional y quién no, etc... Yo sabía que todo esto iba a refrescar la memoria de algunos casos de corrupción. Le he huido a la realidad, he cambiado multitud de cosas para que no se parecieran en nada a los casos reales, pero yo sabía que en la mente del lector iban a emular a ciertos casos que iban a hacer pensar en ciertos nombres y apellidos. He intentado hacer todo lo que ha estado en mi mano para evitarlo, aunque sí son muy reconocibles determinadas conductas, determinada forma de actuar en una sociedad que, en gran medida, está podrida y que hay que regenerar.

- B.M.: Esos manejos en la sombra, esa connivencia entre políticos, empresarios, etc, está presente en tu novela, del mismo modo que está presenten en la realidad actual.

- J.T.: Así es.

05.Bruno Montano entrevista a Jerónimo Tristante
- B.M.: Para terminar, me llama la atención que tu novela presenta un final cuasi-apocalíptico, apoteósico y abierto, una especie de caos exacerbado que es, precisamente, una de las motivaciones principales de Hellen por encima del beneficio económico.

- J.T.: Sí. Cuando escribí la escena final escribí en Facebook que era el final más apoteósico que había escrito en mi vida. Tengo una amiga que dice que es "tarantinesco". Es un final que es muy Hellen. Su procedimiento lleva incluido sembrar el caos, no dejar ninguna prueba tras de sí, y realmente esto es lo que sucede. Es un final brutal. Además es una novela muy coral y en esa escena final hay muchos personajes implicados y yo creo que es un brillante cierre. No quería escribir un final clásico de los míos, en los que siempre las cosas acaban bien, quería hacer una cosa distinta, sobre todo como reflexión moral final acerca de la importancia de los secretos.

Desde Trabalibros agradecemos a Jerónimo Tristante el tiempo que nos ha dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Del mismo modo, agradecemos a la editorial Algaida el haber hecho posible este encuentro.
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