Trabalibros entrevista a Manel Loureiro, autor de "La Puerta"

lunes, 19 de octubre de 2020
"Hoy por hoy el viajero todavía puede encontrar esa Galicia que vive con un pie en el siglo XXI y otro en las tradiciones más antiguas y clásicas, llena de misterios y medias verdades susurradas".
El escritor y abogado Manel Loureiro ha trabajado como presentador en la Televisión de Galicia y como guionista de diversos proyectos. En la actualidad colabora en los periódicos La Voz de Galicia y El Mundo así como en la Cadena Ser y Onda Cero.

Alcanzó un gran éxito con su primera novela, "Apocalipsis Z. El principio del fin", proyecto que inició como un blog en Internet que escribía en sus ratos libres. Es autor de otros éxitos de ventas, como "Los días oscuros", "La ira de los justos", "El último pasajero" y "Fulgor y Veinte". Es uno de los pocos autores españoles contemporáneos que ha conseguido situar sus libros en la lista de los más vendidos de Estados Unidos.

Bruno Montano
ha tenido la oportunidad de entrevistarle con motivo de la reciente publicación de "La Puerta", un thriller ambientado en la misteriosa y legendaria Galicia en el que la mítica Puerta de Alén, monumento megalítico cargado de simbolismo místico, ostenta un papel esencial (editorial Planeta).

La puerta (Manel Loureiro)-Trabalibros- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): Empezaste tu carrera literaria con novelas de terror, la serie “Apocalipsis Z”. Seguiste con un thriller con componentes sobrenaturales como “El último pasajero”. A continuación escribiste otro thriller, pero esta vez de corte psicológico, como “Fulgor”. Y finalmente, con “Veinte”, exploraste el género distópico. Ahora, con “La puerta”, te estrenas en el género policial. Después de este variado periplo, ¿crees que lo importante no es el género de la novela, sino la capacidad de ésta de “secuestrar” la atención y generar deseo lector?

- Manel Loureiro (M.L.): Creo que lo importante es ofrecer una lectura agil y entrentenida, que cautive al lector desde la primera página. No importa tanto el género como la historia en sí. Aventuras distintas exigen formas diferentes de contarlas. Además, tanto como autor como lector, hay que atreverse a salir de la zona de confort y explorar lenguajes nuevos. Si siempre haces lo mismo, nunca serás capaz de descubrir tus límites. Lo que no podía adivinar era que este salto iba a salir tan bien y que la recepción iba a ser tan entusiasta, colocando a "La Puerta" en la lista de los libros más vendidos de España. A ver si resulta que debía haber escrito novela negra desde el principio…

- B.M.: “La puerta” se desarrolla en la Galicia rural contemporánea. El paisaje, el clima, la naturaleza, no son sólo fundamentales en la ambientación de este texto, sino que tienen un protagonismo especial, ya que generan un marco psicológico ideal para que ocurran ciertos fenómenos extraños y sobrenaturales muy importantes en la novela.

- M.L.: Esa Galicia rural existe, es real. Es un mundo que se muere y al que apenas le quedan veinte o treinta años antes de pasar definitivamente a los libros de historia, pero hoy por hoy el viajero todavía puede encontrar esa Galicia que vive con un pie en el siglo XXI y otro en las tradiciones más antiguas y clásicas. Quería que esa Galicia rural y desconocida, llena de misterios y medias verdades susurradas fuese una protagonista más de la novela, que el lector se mojase y pasase frío con los protagonistas, que, en definitiva, viaje hasta allí con ellos…

- B.M.: En la novela ocurren cosas que hacen temblar los cimientos de la racionalidad de Raquel, la protagonista (“que quede claro que yo siempre he sido una persona muy racional”). Esta investigadora de la Guardia Civil sabe que, si acepta cierto tipo de explicaciones, todo su “mundo racional amenaza con venirse abajo”. Este es un conflicto fundamental en la novela: la lucha entre el pensamiento mágico y el racional, entre la superstición y la lógica.

- M.L.: "La Puerta" juega con las expectativas del lector, con lo que cree y con lo que tiene que creer. Esa lucha entre ciencia y religión, entre fe y razón, entre evidencia y creencia se mantiene a lo largo de toda la novela y obilga a Raquel, una mujer racional y sensata, a abrirse paso en medio de un mundo de supersticiones y leyendas para diferenciar lo que es verdad o no, en busca de su objetivo: Resolver el crimen de la montaña y averiguar quién y por qué ha asesinado a esa chica.

- B.M.: Otro componente muy importante en la novela es el afectivo. El hijo de Raquel sufre un cáncer terminal y todas las decisiones que toma ésta están influidas y mediatizadas por esta carga emotiva. Toda la pesquisa policial que realiza esta investigadora la hace bajo esta angustiosa presión emocional.

- M.L.: Raquel es una mujer muy racional, una investigadora de la Unidad Central de Inspección Ocular de la Guardia Civil, una especia de CSI a la española. Cree en lo que la evidencia y la ciencia puede demostrar, como decíamos antes. Pero al mismo tiempo, Raquel tiene un problema: Su hijo se muere, está desahuciado por la medicina y no quedan alternativas…excepto una remota esperanza a través de una menciñeira gallega, una mezcla entre sanadora y meiga que asegura que puede curar a su hijo. Es entonces cuando Raquel hace lo que haría cualquier padre en esa situación: Renuncia a  todo –su trabajo, su carrera, incluso su incredulidad natural- ante la última esperanza de salvar a su hijo. Lo que no puede saber es que ha iniciado un camino tortuoso que le va a llevar a plantearse muchas cosas…

loureiro
- B.M.: La novela tiene dos narradores: uno omnisciente en tercera persona del singular y otro en primera persona, que es la propia Raquel. ¿Qué aporta a efectos narrativos esta alternancia?

- M.L.: Es un recurso muy efectivo para, por una parte, poder suministrarle a lector muchas más información de la que tienen los protagonistas, cuando se usa el lector omnisiciente, y así permitirle tener una imagen más amplia de la situación, con más detalles y contexto y , por otra parte, la primera persona de Raquel nos obliga a seguir la acción desde su punto de vista, descubriendo los puntos más importantes de la novela al mismo tiempo que ella. Esto hace que el ritmo y la tensión sean muy altos en todo momento y, como escritor, me permite jugar con la intensidad de la narración de una manera muy precisa. 

- B.M.: Muchos vamos a descubrir el monte Seixo y las estructuras megalíticas de Portalén o Porta do Alén o Puerta del Más Allá a través de tu novela. La idea de la existencia de dos mundos, el de los vivos y el de los muertos, tan querida por cierto para la cultura gallega, lleva aparejada la intuición de que ambos mundos están comunicados, que existe entre los dos una “puerta” franqueable en los dos sentidos. A pesar de la tecnología y de los avances científicos, ¿crees que estas ideas siguen arraigadas en la gente? ¿Puede darse en la actualidad un renacimiento de lo esotérico?

- M.L.: Me considero, como Raquel Colina, una persona muy racional: Creo en lo que puedo explicar, ver, tocar, oler y entender. Pero al mismo tiempo soy muy gallego, lo que significa que… bueno, que sé que hay cosas que se escapan de nuestro control, ya sea porque no las podemos explicar o porque aún no las entendemos del todo. En la Galicia rural estas ideas siguen plenamente vigentes, en muchos casos. O, dicho de otra manera, no puedo afirmar que esas creencias sea reales, pero si puedo certificar que para mucha gente son plenamente auténticas.

- B.M.: Juan Vilanova, el compañero de Raquel en el puesto de la Guardia Civil de Viascon (Pontevedra), es un logro como personaje. “Juan no preguntaba, no juzgaba, no vacilaba. Simplemente hacía. Y eso le transformaba en un ser maravilloso”. Juan es un personaje amable, sensato, irónico, con el que es fácil empatizar. No tiene un desasosegante conflicto interno como Raquel y, en este sentido, sirve como contrapunto necesario de ésta. De alguna manera, corrige su desequilibrio.

- M.L.: Juan es maravilloso, aunque de partida, todas las cartas que tiene en la mano son nefastas: Su carrera profesional  está descarrilada y sin futuro, es poco agraciado, es muy torpe socialmente, come de manera compulsiva, es tímido hasta el extremo y además no tiene muchos amigos. Para las normas convencionales imperantes hoy en día, Juan es un bicho raro, pero sin embargo Raquel le da la vuelta a todo eso y es capaz de descubrir la increíble persona que es Vilanova y todo lo que le va a aportar a su vida. Con Juan Vilanova se puede decir aquello de que no debes juzgar un libro solo por su portada y que, además, estamos demasiado cargados de prejuicios estúpidos que nos roban a gente formidable.

- B.M.: “Nec spe, nec metu” (sin esperanza, sin miedo) es un lema medieval franciscano con el que Raquel trata de motivarse en un momento dado de la novela. ¿Podría ser un buen lema inspirador para la vida?

- M.L.: Creo que es un lema maravilloso para los tiempos que nos han tocado vivir. Significa que tenemos que seguir luchando, sin importar las expectativas o lo que nos digan que puede pasar, porque pelear por nuestros objetivos es lo que realmente nos define como seres racionales, lo que le da sentido a nuestras vidas. Sin metas, no hay camino.

Desde Trabalibros agradecemos a Manel Loureiro el tiempo que nos han dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Agradecemos también a la editorial Planeta el haber hecho posible este encuentro.
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