“Cuando no se puede tener la realidad, bastan los sueños”. Ray Bradbury.
Maimie Mannering de 6 años se ha perdido en el
parque de Kensington, es de noche y, asustada y sola, llora desconsolada cuando es rodeada por unos pequeños seres alados y luminosos… ¡hadas!, hadas que se debaten entre comerse sus tiernos y sabrosos deditos o arrancarle los ojos y, aun mejor, hacérselos comer a la propia Maimie… pero, ese a quien “¡nadie quiere en ningún sitio!”, ese “no-niño”, ese que “no es ni esto ni aquello, ni aquí ni allá, que es un entre-dos, que no es un pájaro ni es un niño pero vuela como un pájaro y se comporta como un niño”, ese
Peter Pan acudirá en su ¿ayuda?
Maimie, Peter Pan y el
cuervo Solomon caminarán -incluso volarán- la noche de Kensington buscando el camino de regreso a casa, pero Kensington no es un parque cualquiera, durante el conticinio nada permanece en silencio, las hadas, los animales, incluso los arboles hablan; se deslizarán entre mundos, huirán de sombras, se enfrentarán al guardián y la resolución del difícil acertijo de la reina Mab quizá les conceda un deseo. Todo es más fácil junto a Peter, el aventurero, el cazador de piratas, el que conoce
Nunca Jamás, a los niños perdidos, al temible
Capitán Hook… el que sabe de todo pero no lo que es un beso… pero ¿qué quiere realmente Peter Pan? ¿Acompañar a Maimie a su hogar o hacer hogar en su compañía?
Londres y Kensington, dos territorios, dos mundos. Tristeza-alegría, soledad-amor, infancia-adultez (“¡Es un adulto! ¡Hace tiempo que perdió el alma”), valentía-miedo, dualidades cuyos encuentros y desencuentros son la materia de la que se compone este cómic invadido por las sombras, sin descanso, sin respiro… una velada sin nada que envidiarle a la de “Jo, ¡qué noche!” de Scorsesse.
¿Quién no conoce a Peter Pan? ¿Quién no ha leído, visto o escuchado alguna vez sobre él? Lo que no tanta gente sabe es que el origen del personaje no se halla en la novela “
Peter y Wendy” que
James Matthew Barrie escribió en 1911, sino en su obra de 1902 titulada “
El pajarito blanco”; esta contenía seis episodios en los que Barrie presentaría a Peter al mundo y que posteriormente, en 1906, reuniría en un pequeño libro independiente “
Peter Pan en los jardines de Kensington”. A diferencia de “Peter y Wendy”, adaptada en múltiples ocasiones y formatos, no ha sido así con la obra original, pero sin ser un trabajo fácil
Munuera lo ha conseguido aunando elementos de los dos textos. Como explica
Richard Comballot “a partir de un material fragmentario y sumamente vaporoso […] Munuera logra conformar con su libérrima adaptación una historia estructurada y coherente de principio a fin, al tiempo que nos deja entrever su propio Peter Pan; todo ello en total avenencia con la obra de Barrie.” El resultado es magnífico, nos envuelve como la oscuridad en la que se desarrolla.
José Luis Munuera es un dibujante y guionista español con una larguísima trayectoria y gran obra a sus espaldas. En “
Peter Pan de Kensington” emplea un trazo delicado y un dibujo suelto de gran expresividad y dinamismo, caricaturesco en múltiples ocasiones, y unos fondos que aunque desdibujados forman parte de la historia. En el color le acompaña
Sedyas (
Sergio Román) con un excelente uso de la luz que enriquece la narración creando tiempos y espacios.
Un sugestivo cómic habitado por reflexiones para todas las edades acompañadas de un arte maravilloso (las apariencias importan) por el que te deslizas tan ágilmente como Peter en su vuelo.
Dice un viejo cuervo que todas las buenas historias son metáforas de algo, y una reina que todo lo que queda de uno es la historia que se cuenta, la misma reina que dice que la magia duerme cuando la razón despierta. En eso no estoy de acuerdo, la magia no se cree, se crea y este cómic está repleto de ella.
“Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad.” Ray Bradbury