Santiago es un pescador ya anciano que, día tras día, sale a navegar en su barco en busca de peces por las aguas cubanas del mar Caribe. Santiago es un hombre solitario, curtido por la vida, acostumbrado a la dureza del mar y las inclemencias del tiempo, que le habían otorgado un buen número de arrugas, antiguas cicatrices y manchas en la piel. "Todo en él era viejo, salvo sus ojos; y estos tenían el color mismo del mar y eran alegres e invictos", en ellos resplandecía un brillo de resistencia y desafío.
Su joven ayudante Manolín dejó de acompañarle tras 84 días sin conseguir pescar nada junto a él; sus padres, convencidos de que el anciano estaba afectado por la mala suerte, decidieron que se enrolara en otro barco que tuviera más éxito con la pesca. Aunque Manolín, para el que Santiago era casi como un padre, nunca dejó de preocuparse y ayudar al anciano siempre que le era posible.
Pero el viejo Santiago no se rinde: sale al mar una vez más, buscando su suerte y con ella la reafirmación de su antigua valía como pescador. Esta vez es diferente: un gran pez cae en su trampa y el anciano no está dispuesto a dejarlo escapar. El ejemplar es enorme, mayor que la propia barca, pero la valentía y obstinación de Santiago consiguen reducirlo y el pez es capturado por el viejo pescador, que finalmente logra capturarlo y matarlo. Sin embargo, en los días que duró la travesía de vuelta a tierra los tiburones devoran poco a poco al gran pez sin que Santiago pueda evitarlo, a pesar de intentarlo con todas sus fuerzas.
El viejo pescador arriba al puerto derrotado, con la espina del pez como único trofeo. A pesar de ello, los restos del animal sirven como prueba de la gran hazaña y le devuelven el prestigio y la admiración perdida.
"El viejo y el mar" es un emotivo relato cargado de simbolismo, en el que Ernest Hemingway trata temas como la soledad, la vejez, la sensación de cercanía a la muerte, el cariño o la nostalgia. Aunque sobre todos ellos destaca la eterna lucha del hombre contra las adversidades, la dureza de la vida, el poder de la voluntad, la importancia de la dignidad humana, la necesidad de superación personal. Según Carlos Pujol, "la lucha del hombre y el pez, solos frente a frente, mar adentro, es una parábola del individualismo que extrae de su derrota ante las fuerzas de la naturaleza, del destino, la íntima convicción de que su esfuerzo denodado y su negativa a darse por vencido a pesar de todo, constituyen ya una victoria".
La historia que cuenta Hemingway en "El viejo y el mar" es, en definitiva, un reto tardío del anciano pescador consigo mismo. Santiago, a sabiendas de que es su última oportunidad, le echa un pulso a la vida y de este combate, en el que sus únicas armas son el ímpetu, el esfuerzo y la valentía, sale fortalecido. Hay algo épico en el triunfo de un hombre contra el mundo, hay algo que se antoja grande y casi divino. Debe ser cuestión de carácter, de personalidad, porque como dice Hemingway: "El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado".
Curiosidades: - La novela corta "El viejo y el mar", todo un clásico de la literatura, le sirvió a Ernest Hemingway para conseguir el Premio Pulitzer en 1953. Un año después este autor recibió el Premio Nobel de Literatura por el conjunto de su obra.
- El argumento de esta novela está basado en un hecho real que el propio escritor contó en el relato "Sobre el agua azul", que se publicó en Squire en abril de 1936. En este relato ya estaban, de forma embrionaria, todos los elementos que posteriormente desarrolló en "El viejo y el mar".